Facultad de Administración de la UAP (1959-1999) Por Joaquín Rodríguez Valencia *
l igual que en los Estados Unidos de Norteamérica las primeras escuelas de administración en México surgieron gracias al interés y a los donativos de hombres de empresa. En 1943, el Instituto Tecnológico de Monterrey, con apoyo financiero de Eugenio Garza Sada, inició los cursos de administración con el nombre de Administración de Negocios; cuatro años después, el Instituto Tecnológico de México, con la ayuda económica de Raúl Bailleres, estableció la Escuela de Administración de Negocios en el Distrito Federal. La Escuela Nacional de Comercio, de la Universidad Nacional Autónoma de México, inició en 1955 estudios para abrir programas de administración, proyecto que se cristalizó en 1957 con la creación de la carrera de Licenciado en Administración de Empresas; ese mismo año, la Universidad Iberoamericana inició sus actividades en la licenciatura en Administración. Posteriormente otras universidades comenzaron a incluir entre sus licenciaturas la carrera de administración. En el caso, por ejemplo, de la Universidad de Puebla, en 1959 abrió esta profesión.
Factores
que incidieron en la creación de la Durante el siglo XIX y en las primeras décadas del presente, la vida económica del Estado de Puebla dependió en buena medida de la producción textil, constituyéndose en la entidad un importante bastión de esa industria, a lo cual contribuyó de manera fundamental el potencial hidrológico de la región. Un gran número de talleres se estableció en los márgenes del río San Francisco y en otros sitios estratégicos, transformándose después en empresas de gran relevancia estatal y nacional, entre las que descollaron La Constancia Mexicana, La Economía, El Patriotismo Mexicano, La Noria y La Independencia. Con ello Puebla se reafirmó como centro textilero, comercial y artesanal de gran importancia. En la década de los cincuenta la industria textil entró en una crisis profunda, empero surgieron otras empresas y áreas de desarrollo económico en la entidad, estimuladas por la Ley de Fomento Industrial de 1957 y por la puesta en marcha de varios proyectos estatales y federales. Así, por ejemplo, en 1958 se inicia el proyecto de la autopista Puebla-México, el año siguiente se crea la Comisión de Promoción Industrial, que se propone estimular la creación de parques industriales en la entidad, lo que propició la instalación de las empresas Hylsa, Volkswagen, NCR, Ibisa, Moto Islo, y otras; Puebla se convirtió en uno de los principales polos de desarrollo económico del país. En los sesenta las empresas de la construcción, reparación de equipos y materiales de transporte, también experimentaron un auge notable al tiempo que surge la industria química y la de metal básica. Como consecuencia, diversas esferas y dependencias del sector público experimentan un gran crecimiento, lo que propicia la descentralización de entidades como las Secretaría de Hacienda y Crédito Público, Comunicaciones y Transportes, Reforma Agraria, Agricultura y Recursos Hidráulicos, así como Banrural, y otras. Todo ese complejo de factores sociales y económicos propicia la necesidad de impulsar la formación de expertos en administración. Primera etapa: (1959-1973)
fines de la década de los cincuenta, en diversos ámbitos de la Universidad Autónoma de Puebla comienza a plantearse la necesidad de abrir paso a la carrera de Administración. Corresponde a los licenciados Eligio Sánchez Larios y José Antonio Pérez Rivero el honor de haber sido los primeros en cristalizar tal inquietud. Así, en enero de 1958 plantearon a las autoridades de la Universidad la creación de la Escuela Administración de Empresas, solicitud que fue aprobada por el Consejo Universitario el 28 de febrero de 1959. Esta escuela abrió sus puertas en el primer patio del edificio Carolino, en el costado sur-poniente. El director fundador fue el licenciado Agustín Reyes Ponce, distinguido por su gran impulso a las ciencias administrativas en Puebla y a nivel nacional. La primera academia estuvo integrada por los profesores Agustín Reyes Ponce (Administración Industrial), Fernado Kuhn ( Elementos de Contabilidad), Gabriel Aguirre Carrasco (Estadística General), Eligio Sánchez Larios (Ética Profesional), Armando Guerra Fernández (Historia de la Cultura), Jorge Ávila Parra (Nociones Generales de Derecho), José A. Pérez Rivero (Sociología General e Industrial), Paulino Hidmann R. (Teoría Económica) y Germán González Martiñón (Cálculos Financieros). En diciembre de 1963 se graduó la primera generación de licenciados en administración de empresas, el primer titulado fue Joaquín Emmelhainz Naveda, en abril de 1964, con la tesis Creación y Localización de una Empresa de Tipo Industrial en el Estado de Puebla. Administración de Empresas se trasladó a Ciudad Universitaria en 1970, sus instalaciones fueron entregadas a las autoridades de la UAP en el último día de gestión del gobernador Aarón Merino Fernández, el 31 de enero de 1969. Con la tesis Valuación de puestos, María de los Ángeles Santiesteban Sánchez, fue la primera mujer titulada en la Escuela de Administración de Empresas, en diciembre de 1964. Desde su apertura, la Escuela de Administración respondió favorablemente, a las expectativas de la sociedad poblana, que anhelaban la existencia de un centro de estudios que permitiese la capacitación de administradores a la altura de las nuevas exigencias que enfrentaba la entidad a partir de los cincuenta; los industriales y comerciantes de la región han recibido directores de empresa con alta calificación. Tal como sucede con la mayoría de las carreras universitarias, la Escuela de Administración ha atravesado por varias etapas en su desarrollo, resultado de la necesidad de adaptar su currícula a las transformaciones de su entorno social estatal y nacional de las vicisitudes y problemas que ha enfrentado la Universidad en su vida contemporánea. Segunda etapa: la primera transformación (1973-1981)
a Escuela de Administración de Empresas no fue ajena a los conflictos políticos internos que se presentaron en la UAP, a raíz del estallido del Movimiento de Reforma Universitaria en 1961. Así, en octubre de 1972 tal como sucedió en la mayoría de las entidades académicas de la institución se dividió en dos grandes bandos: uno que simpatizaba con ese movimiento y otro que se oponía. El primero encabezado por los profesores José Luis Méndez Escalera, Abraham Perdomo Moreno y Francisco Elizalde, se trasladó al Edificio Carolino, y el segundo se atrincheró en las instalaciones de Ciudad Universitaria y, en una acto de franca rebeldía, desconoció al rector Sergio Flores Suárez debido a su identificación con los ideales del Movimiento de Reforma Universitaria. Después de varios meses de lucha triunfó la fracción progresista; el grupo que se había aposentado en Ciudad Universitaria abandonó la Escuela de Administración y se integró a los núcleos de la derecha poblana que crearon la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP). En 1974, una vez que se tornó estable la situación política de la UAP, la escuela regresó a Ciudad Universitaria. Se integró una comisión de profesores para elaborar un proyecto de actualización del plan de estudios, de acuerdo con las necesidades de la época; participaron los profesores Agustín Herrera, Jorge Orea, Salvador Maldonado, Enrique Juárez Cordero, Mauricio Eyssautier y Joaquín Rodríguez Valencia. Esta comisión propuso crear un tronco común del primero al quinto semestres, y abrir tres áreas de especialización: administración general, administración pública y comercialización para cursarse del sexto al noveno semestres. En la sesión ordinaria del Consejo Universitario, el 12 de marzo de 1975, el entonces director de Administración, Joaquín Rodríguez Valencia, solicitó la aprobación del nuevo plan de estudios. Junto con las inquietudes por modernizar la currícula de esta escuela, desde hace varios años han surgido varias iniciativas tendientes a fortalecer la investigación. Así, el 2 de febrero de 1974 se instituyó la Unidad de Investigación y de Planeación Académica (UIPA) que en junio de 1975 se incorporó al Instituto de Ciencias ICUAP), para realizar investigaciones en ciencias administrativas; empero, al reorganizarse este instituto, en junio de 1976 se suspendió este proyecto. En marzo de 1977, la Escuela de Administración realizó su Primer Congreso, con el propósito de definir de manera precisa su forma de gobierno y perfeccionar su estructura académica. Tercera etapa: la segunda transformación (1982-1994)
ruto de su Segundo Congreso, en octubre de 1980 surgió el reclamo de abrir paso a un nuevo Plan de Estudios, decidiéndose orientar la enseñanza hacia la administración pública. Esta orientación obedeció a las condiciones que imperaban en el país. Hay que recordar que en esa etapa México atravesaba por una época de prosperidad económica debido al impresionante crecimiento que experimentó la exportación de petróleo, fenómeno que obedecía a la gran demanda mundial del energético en esos años. En ese contexto, el entonces presidente José López Portillo decidió ensanchar la plataforma de explotación de petróleo, rompió así con las políticas cautelosas de los gobiernos anteriores, quienes consideraban inconveniente que el país se convirtiese en un exportador del energético dado que podía traer consigo el riesgo de comprometer la soberanía de la nación. A la postre se mostraron los resultados perjudiciales de la decisión lopezportillista de aumentar de manera desmedida las exportaciones de petróleo. Empero, lo cierto es que durante ese sexenio México experimentó una verdadera euforia propiciada por la prosperidad que trajo consigo ese hecho. Esta circunstancia provocó un considerable crecimiento en la matrícula de las escuelas de administración, fenómeno que se reflejó de manera muy clara en la UAP. En enero de 1981, el Consejo Universitario, aprobó el cambio de nombre de Administración de Empresas por el de Escuela de Administración Pública; el 30 de abril del mismo año, el doctor Ernesto Arévalo Alvarez presentó el nuevo plan de estudios y fue aprobado por el máximo órgano de gobierno de la institución. La Escuela de Administración Pública efectuó en octubre de 1984 el Primer Congreso, entre cuyos resolutivos más relevantes fueron la creación del Comité de Planeación y la Secretaría Académica de la escuela. Por esos años el panorama de la educación superior en el Estado de Puebla se modificó de manera notable, surgieron más instituciones, sobre todo de carácter privado (las universidades Iberoamericana, Cuauhtémoc, Madero, etc.), que incluyeron en su oferta educativa la carrera de administración, lo que propició que la UAP dejara de ser la única universidad en el Estado que ofrecía tal opción profesional. En enero de 1983, la Unidad de Investigación y de Planeación Académica de la Escuela de Administración amplió su campo de acción y abarcó el área de administración pública. Se iniciaron los talleres en este campo, coordinados por el doctor Omar Guerrero y también los seminarios de graduación, con el propósito de incorporar a los pasantes a los proyectos de investigación. Al año siguiente, el 4 de julio se creó el Centro de Investigación Pública (CIAP), se nombró como directora a la LAP María del Carmen Treviño, con el fin principal de impulsar seminarios de graduación para los egresados, pero en enero de 1990 se suspenden sus actividades, por considerar que no respondían al objetivo para el que fue creado. La cuarta etapa: la tercera transformación (1992-1998)
na vez desaparecida la euforia de la prosperidad que trajo consigo el aumento en la exportación de petróleo, el país se enfrentó a una situación económica bastante grave, en la que se combinaron la inflación galopante y la recesión. Al iniciarse esta década, como es del conocimiento público, se produjo una reorganización del capitalismo a nivel mundial que condujo, entre otras situaciones, al establecimiento del proyecto neoliberal, que asesta un golpe mortal a las políticas populistas que prevalecían en décadas anteriores. Tanto a nivel nacional como internacional, los gobiernos se vieron ante la necesidad de adoptar una serie de iniciativas dirigidas a reducir las dimensiones del aparato estatal, y de manera notable, la participación del Estado en la vida económica. En contraste a esa situación, la mayoría de las naciones se vieron en la necesidad de asumir los desafíos de la competitividad a nivel internacional, lo que las obliga a desmantelar las políticas proteccionistas que habían aplicado en años anteriores. Como era de preverse, todo ese complejo de factores propició una impresionante reducción del sector público en nuestro país, con la consiguiente disminución de su personal administrativo. En el sector paraestatal, por ejemplo, se redujeron las empresas públicas de mil 200 a sólo 250. En un contexto semejante, era difícil que las escuelas de administración continuaran con su política de orientación preferencial hacia el sector público. El nuevo escenario internacional y nacional que, reiteramos, había propiciado el desmantelamiento de las políticas de ensanchamiento de la administración pública imponía la necesidad de abrir paso a un nuevo tipo de administradores, preparados para desenvolverse en un entorno caracterizado por una competencia exacerbada entre las empresas y las naciones, y capaces de convertirse en agentes promotores del desarrollo económico del país. De este modo, en agosto de 1992, la comunidad de la Escuela de Administración consideró que había llegado el momento de efectuar un cambio importante y decidió ofrecer dos carreras: administración pública y administración de empresas. Por consiguiente, también cambió su nombre al de Escuela de Administración. Se consideró necesario modificar el plan de estudios, a efecto de adaptarlo a las nuevas circunstancias que prevalecían en el país y en la entidad. En 1994, a propuesta del director de la escuela, LAP Gregorio García Vargas, se nombra una comisión, en la que participan los profesores Mario Hernández, José Antonio García López y Cirilo Quispitupa, a fin de revisar el plan de estudios de 1992. Una vez que la comisión cumplió su tarea, se solicitó al Consejo Universitario la aprobación del nuevo plan de estudios, proyecto que se concretó en la sesión del 25 de marzo de 1994. Estudios de Posgrado
n marzo de 1995, el director de la Escuela de Administración, Gregorio García Vargas, nombró a Joaquín Rodríguez Valencia como coordinador de Estudios de Posgrado; le solicitó analizar y diseñar un proyecto de posgrado. El resultado de tal iniciativa fue el proyecto de la Maestría en Administración de Pequeñas y Medianas Empresas, que el 11 de diciembre de 1995 aprobó el Consejo Universitario. Este hecho permitió a la escuela convertirse en Facultad y el 16 de abril de 1996, el entonces vicerrector de Investigación y Estudios de Posgrado, Enrique Doger guerrero, inauguró la maestría, Dos años después, el 31 de octubre de 1997, el Consejo Universitario aprobó la Maestría en Gobierno y Administración, cuyos cursos iniciaron en febrero de 1998. La Facultad de Administración continúa impulsando iniciativas tendientes a la superación de su nivel académico; Hay que reconocer al respecto los esfuerzos del director actual, Enrique Agüera Ibáñez, quien se ha propuesto convertir a esta unidad académica en uno de los mejores centros de estudios de administración del Estado y del país. Finalmente podríamos aseverar, en ese sentido, que la Facultad de Administración goza en nuestros días de un gran prestigio, no sólo a nivel estatal sino también nacional. Directores de la Escuela de Administración Lic. Agustín Reyes Ponce 1959-1960
Población ocupada en actividades administrativas Actualmente la carrera de administración existe en más de 250 universidades e instituciones de educación superior en todo el país, de donde han egresado 250 mil profesionales de la administración, según datos del Colegio Nacional de Licenciados en Administración (CONLA) (Código de ética p. 9 México 1996).
La población nacional escolar en 1996 de licenciatura en instituciones públicas y privadas fue de un millón 286 mil 633. De este total 588 mil 929 (46%) corresponde a la participación de la mujer. Fuente: ANUIES, 1997.
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