Año 2, número 17
H. Puebla de Zaragoza a 23 de septiembre de 1999

Movimiento estudiantil
popular de Puebla en 1964

Por Nora Gatica Krug*

* Nora Gatica es una investigadora chilena a quien no sólo distingue su sólida formación académica, sino también su identificación con las causas populares. A raíz del golpe de estado que derrocó a Salvador Allende en septiembre de 1973, Nora se exilió en Argentina, donde permaneció hasta 1977. De ahí se trasladó a Bélgica y Bulgaria. En 1980 decidió radicar en nuestro país, trasladándose a Puebla, en donde se integró al Instituto de Ciencias de la BUAP en donde desarrolló investigaciones como la que aquí hemos reproducido. En 1990 retornó a su país natal. En la actualidad realiza estudios de doctorado en la Universidad de Barcelona, España.

"Confiamos en nuestro nuevo gobernador para la resolución de nuestros problemas", decía el estudiante Nicandro Juárez, la mañana del 31 de octubre de 1964 en la UAP.Foto tomada de El Sol de Puebla. Al centro, el doctor Manuel Lara y Parra, rector de la UAP y defensor de la grey estudiantil a la cual sirvió con honestidad.

 

E

ste ensayo fue publicado en el boletín de Investigación del Movimiento Obrero del Centro de Investigaciones Históricas del Movimiento Obrero del Instituto de la UAP en marzo de 1985.

En este lugar nos limitamos a efectuar una síntesis de dicho trabajo, lo cual, desde luego, afecta a la riqueza y complejidad del mismo. Empero tuvimos que hacerlo por cuestiones de espacio y, sobre todo, con el propósito de difundirlo ampliamente entre la comunidad universitaria.

Habría que recordar que en octubre de este año se cumple el 35 aniversario de la caída del Gobernador de Estado general Antonio Nava Castillo, hecho que constituye una gran relevancia para el fortalecimiento del movimiento democrático-popular que se gesta en esos años, el movimiento de reforma universitaria de la UAP que estalla desde 1961.

Pensamos que las actuales generaciones de universitarios deben compenetrarse con esa fase de la historia moderna de Puebla, dado que la misma forma parte esencial de la memoria histórica de nuestra entidad y de nuestra máxima casa de estudios. Mención especial merece la participación y conducción del rector Manuel Lara y Parra llamado con justicia Rector de la dignidad por defender a la grey estudiantil frente a las disposiciones antipopulares del gobernador mencionado. El resumen lo hizo el licenciado Humberto Sotelo Mendoza.

Derrota del avilacamachismo

Fotografía que muestra distintos grupos reunidos en la Plaza de la Democracia, frente a la UAP, poco antes de una manifestación por las principales calles de la ciudad. Foto: El Sol de Puebla, 24 de octubre de 1964

 

E

l movimiento popular que estalla en Puebla en octubre de 1964 se ubica en la larga serie de momentos conflictivos que vive la entidad en su historia más reciente. Estas coyunturas de aguda conflictividad, son los "picos" de los movimientos populares que surgen por encima de las aguas de una sumergida pero descubrible historia de la gente común.

El resquebrajamiento y posterior derrota del avilacamachismo tiene un momento importante en la revuelta popular de 1964, movimiento que tiene su antecedente directo en el proceso de reforma universitaria emprendido en 1961, en el cual los estudiantes, al unísono de su solidaridad con la Revolución Cubana, se presentan como el sector social más activo y que liderea los cambios en los comportamientos colectivos regionales.

Sostenemos la hipótesis de que el movimiento de 1964 es la última revuelta preindustrial en la que ya se avizoran vigorosos rasgos de un movimiento popular moderno, constituyendo un momento importante para la periodización de la historia social de Puebla en el siglo XX.

La hegemonía del avilacamachismo —corriente conservadora que consolida el dominio de la burguesía en Puebla desde mediados de los años 30, en la que convergen la oligarquía poblana y la "familia revolucionaria"— unida a la tradicional influencia de un clero conservador y a la ausencia de corrientes políticas alternativas, configuran un panorama político regional caracterizado por la homogeneidad ideológica conservadora. Sin embargo, nuevos elementos que cristalizaran a comienzos de 1960 cambiarán esta situación.

El despegue industrial de inicios de 1960, conlleva importantes cambios en la estructura industrial regional, pues la grave crisis de la rama hegemónica de la industria de transformación poblana, la textil, va acompañada de la instalación en la región de empresas de elevada composición orgánica de capital, ligadas al capital financiero nacional y transnacional, en las que nuevas ramas industriales (metalúrgica, automotriz, química, petroquímica) pasan a tener la preponderancia. Esta situación implica cambios en la composición de las clases sociales de Puebla.

Al mismo tiempo, la crisis del sector agrícola, el incremento vertiginoso de la población del Estado —que se duplica en 30 años—, el aumento numérico de la población asalariada, la agudización de la heterogeneidad estructural paralela al incremento de las desigualdades sociales y de la "movilidad social", son otros de los elementos aludidos.

Vinculación popular de la Reforma Universitaria

S

erá en la Universidad Autónoma de Puebla donde el impacto de los cambios señalados en la página anterior se expresarán en movilizaciones estudiantiles que resquebrajarán la antigua Universidad y serán el detonador de la movilización popular.

En abril y mayo de 1961, conjuntamente con una movilización estudiantil de apoyo a Cuba que desata la agresión de estudiantes ultraconservadores de los colegios confesionales —lo que despierta la unidad estudiantil en torno a consignas liberales, así como una fuerte cohesión alrededor de una autoconciencia de marginalidad social—, se inicia la lucha por la Reforma Universitaria. Es tomado el edificio central de la Universidad, el Carolino, y demandan sus ocupantes la democratización de la casa de estudios y el respeto a la Autonomía Universitaria: su independencia respecto a la iniciativa privada, el clero y el estado, así como la modernización y el desarrollo académico de la misma. La contrarreacción de la retardataria oligarquía local y del clero se desata: el Frente Universitario Anticomunista (FUA) y el Comité Coordinador de la Ciudadanía Poblana, sumados al activismo anticomunista del arzobispo poblano, promoverán una serie de enfrentamientos con los carolinos (denominación popular de los estudiantes de la UAP), convirtiéndose Puebla en el escenario de una importante confrontación entre fuerzas conservadoras y progresistas, donde la cruzada anticomunista emprendida por la iglesia alimenta los ánimos revanchistas de la oligarquía local.

El gobernador del Estado, general Antonio Nava Castillo

 

La promulgación de la Ley Orgánica, en febrero de 1963, que reconoce la autonomía y el autogobierno de la Univer-sidad, al Consejo Universitario como máxima autoridad, así como la libertad de cátedra e investigación, crea un espacio institucional donde están contempladas gran parte de las reinvindicaciones reformistas. Se abre así una nueva etapa en la Universidad, caracterizada como "liberal", en la que a pesar del dominio que todavía ejerce el sector tradicional sobre la vida académica, y de la ausencia de un proyecto académico alternativo, se crean espacios de acción política y científica que contribuyen a acelerar los cambios en las mentalidades regionales.

Será en el movimiento estudiantil-popular de 1964 cuando todos los elementos mencionados se potenciarán, dando origen a un estallido de descontento popular de envergadura espectacular.

En una época en que las burguesías latinoamericanas están entusiasmadas con la Alianza para el Progreso, México evidencia la fortaleza de sistema político, y una vez remontada la recesión de 1959-1961, el crecimiento económico del país es considerable gracias a una política oficial desarrollista, que otorga importantes subsidios a productores, exportadores y consumidores, provee un voluminoso financiamiento extranjero negociado por el gobierno, y obtiene un volumen creciente de inversión extranjera directa.

Sin embargo, a nivel local, la presencia en la gubernatura estatal del general Antonio Nava Castillo, vinculado desde antiguo al cacicazgo de los Avila Camacho, precipitará el afloramiento del conflicto.

La política implementada por el gobernador pretendió recomponer la "paz avilacamachista" necesaria para el "progreso" del Estado, a través de los tradicionales métodos antidemocráticos de sus promotores, en una nueva fase del proceso de industrialización. Esto redundó en lo que podríamos llamar una política de "acumulación forzosa" para la industrialización de Puebla, en la que amplias capas populares son las que contribuyen a financiar el degue industrial, a través de las imposiciones y arbitrariedades de un equipo de gobierno corrupto y despótico.

Ley de pasteurización, origen del conflicto

A) El conflicto con los lecheros: primera fase del movimiento.

Foto tomada desde un balcón de la Avenida Reforma, muestra una parte de la manifestación de la mañana del 18 de octubre de 1964. Fuente: La Extra

 

 

Como expresión del desarrollo capitalista en el campo, y vinculada a la "fiebre industrializadora" que vive la entidad, sectores ganaderos e industriales lecheros consiguen hacer aprobar por la Legislatura local, el 25 de agosto de 1964, la Ley sobre producción, introducción, transporte, pasteurización y comercio de la leche, que sacrificaba a los pequeños productores lecheros en beneficio de los monopolios, obligándolos a entregar su producción a grandes plantas pasteurizadoras. Prominentes políticos locales, entre los que se incluía al mismo gobernador, tenían intereses en una gran planta pasteurizadora regional que se había comenzado a instalar en enero, en Chipilo.

La aprobación de dicha ley suscita una gran inconformidad entre los pequeños y medianos productores de leche de la entidad, y de miles de familias que acostumbraban comprar ese líquido vital directamente a los mismos en las calles de Puebla, debido a que el ordenamiento de referencia propiciaría el aumento del precio de la leche.

Nava Castillo permaneció indiferente frente a la protesta de dichos grupos de productores de leche, lo cual propició que éstos acudieran a solicitar apoyo a la Universidad Autónoma de Puebla, cuyos estudiantes tenían un gran prestigio ante la población por su combatividad y su oposición activa a las iniciativas arbitrarias del gobierno. Y, en efecto, los universitarios poblanos le brindaron su respaldo a los lecheros, ora difundiendo su demanda entre la población, ora organizando diversos actos políticos, ora promoviendo su movimiento entre las principales organizaciones obreras y campesinas de la entidad.

B) El estallamiento del conflicto

Cuando la Unión de Lecheros organiza un mitin para el 13 de octubre, las autoridades estatales niegan a última hora la autorización, y organizan controles policiales para impedir el acceso a la ciudad de los campesinos de los pueblos circunvecinos.

A pesar de los impedimentos, se congregan varios miles de personas que son reprimidas duramente. Son detenidos Danzós Palomino, líder nacional de la Central Campesina Independiente (CCI); Bruno Martínez, dirigente local de esta organización; Vicente López y otros líderes de los productores de leche, el dirigente comunista Doroteo Fernández de Lara, el líder estudiantil Enrique Cabrera, y varias decenas de manifes-tantes, principalmente estudiantes.

Una manifestación espontánea que exige la libertad de los detenidos también es reprimida. Al día siguiente, a partir de la UAP, se organiza otra manifestación que es nuevamente agredida, produciéndose un fuerte combate de varias horas en las inmediaciones del edificio Carolino entre estudiantes y fuerzas del orden, con un resultado de varios estudiantes heridos de bala. En ese momento, Nava Castillo hace intervenir a todas las fuerzas militarizadas en la agresión: policía judicial, preventiva y auxiliar, policía de tránsito y bomberos, y la ciudad vive un clima de guerra civil.

Ante la gravedad de la agresión al estudiantado y a la Universidad, el Consejo Universitario acuerda por unanimidad solidarizarse con los estudiantes, suspender las actividades de la Universidad, solicitar la solidaridad de sectores populares y de las instituciones universitarias del país, y agrega la demanda de destitución del gobernador y de los otros responsables de la represión.

C) Segunda fase del conflicto: fuerzas que intervienen

Al intervenir la violencia policiaca, cuatro fuerzas participan activamente en el movimiento opositor: pequeños productores lecheros, sectores urbanos movilizados por ellos, campesinos de pueblos cercanos a la capital y grupos estudiantiles.

Por parte del poder local, esta etapa se caracteriza por el repliegue y desorganización de sus fuerzas de choque, pues inmediatamente son desplazados el director general de Tránsito y el subjefe de la policía preventiva. En los primeros días desaparecen las fuerzas policiales, y en los días posteriores la actuación policial será muy discreta por instrucciones superiores, lo que significa un primer gran triunfo parcial del movimiento popular.

El poder local en esta fase hace un despliegue de todos sus mecanismos de control de la sociedad política y civil, que se expresan en la adhesión unánime que recibe Nava Castillo.

Las cámaras patronales, en un desplegado firmado por todas ellas, también apoyan al gobernador.

En la medida que los apoyos formales al gobernador se multiplican, el aislamiento del poder ejecutivo local se incrementa, a pesar de que Nava Castillo ya el día 17 de octubre ha dado marcha atrás respecto a la Ley de Pasteurización, anunciando oficialmente que la misma no se aplicará, en afán de contener la avalancha opositora. La Ley de Pasteuriza-ción será finalmente derogada por la Legislatura local el 20 de diciembre de ese mismo año.

Por parte del movimiento popular, rápidamente van agregándose nuevas fuerzas que se levantan de manera espontánea, atraídas por sus propias demandas y reinvindicaciones, desencadenándose un potente movimiento social que pone en acción a toda la formación regional. La reacción social es tan vigorosa que rebasará actos voluntaristas, controles de partidos, de gobierno o de sectores sociales específicos. El agregamiento de nuevos sectores a la lucha se desarrolla inconteniblemente a pesar de las maniobras y presiones del poder estatal y sus agentes, y de las contradicciones de la dirección estudiantil.

El licenciado Urbano Deloya, secretario particular de Nava Castillo cumpliendo órdenes obvias, azuza a las fuerzas policiacas.Foto y pie de foto: El Sol de Puebla, 21 de octubre de 1964.

 

La consigna "fuera Nava", que centraliza el contenido de las demandas, moviliza a amplios sectores y en pocos días interpreta el sentir de la ciudad. El movimiento popular recibe la adhesión inmediata de los diversos niveles de enseñanza. La Universidad se convierte en sede del movimiento popular, a la cual acuden los diversos grupos que van a expresar su apoyo, destacándose el flujo permanente de anónimos y humildes colaboradores que aportan ayuda moral, económica y alimentos. Grupos estudiantiles recorren barrios, colonias populares, pueblos circunvecinos y ciudades de la entidad, explicando el problema, promoviendo mítines locales e invitando a las manifestaciones.

Diversos sectores sociales se incorporan al movimiento, pequeños comerciantes, locatarios de todos los mercados del Municipio, ambulantes, propietarios de tortillerías y tahonas, sectores afectados por el incremento de los impuestos, las arbitrariedades policiales y, en general, por la política pro-industrialización forzosa del gobernador.

Manifestaciones populares

T

res enormes concentraciones y marchas convocadas por el estudiantado a lo largo de los diez primeros días de lucha, van expresando el incremento de las fuerzas del bando opositor, así como los cambios en el contenido del pliego petitorio.

La primera marcha, realizada el 15 de octubre, congrega una multitud calculada en 25 mil personas. Aparte de estudiantes de la UAP participan miles de ciudadanos de pueblos circunvecinos a la ciudad capital.

La segunda marcha, realizada tres días después, congrega a una multitud de alrededor de 70 mil personas, y en ella convergen contingentes de la UNAM y el Politécnico. Participan en ella también nuevas fuerzas sociales que se han incorporado al movimiento.

La tercera manifestación, realizada el día 23, expresa la magnitud impresionante alcanzada por el movimiento, pues a los sectores anteriormente movilizados se agregan la totalidad de los taxistas, el Sindicato de Telefonistas, ferrocarrileros, obreros textiles de diferentes centrales, profesores, campesinos, etc., y se calcula su asistencia en 200 mil personas. El pliego petitorio sigue demandando la destitución y consignación del gobernador y demás responsables de la agresión policial.

Participación del movimiento obrero

La creciente intervención de todos los sectores sociales de la entidad en el movimiento se consuma con la explosiva participación obrera, activada por la declaración de apoyo al gobernador suscrita por las centrales sindicales oficiales.

Diversos grupos y contingentes de trabajadores repudian el apoyo de sus líderes al gobernador, tal como sucede con la sección 21 del Sindicato de Ferrocarrileros, y con los obreros de la fábrica textil El Mirador y de la fábrica Patriotismo, quienes denuncian a "los dirigentes de la FROC que indebidamente, sin previa asamblea, incluyeron al sector obrero en el manifiesto de apoyo al gobernador".

A partir de ahí, la insubordinación de las bases trabajadoras es incontenible, y múltiples sindicatos y asambleas sindicales se suman al movimiento.

La ampliación del movimiento da origen, además, a la estructuración de organizaciones de coordinación de las luchas que se plantean objetivos a más largo plazo. El 26 de octubre se constituye en el Edificio Carolino la Coalición de Representaciones Populares de Puebla "para organizar debidamente el movimiento contra el gobernador", y coordinar las luchas, en la cual participan 75 organismos de masas. Ese mismo día se convoca a un Congreso Estatal de Secundarias, y se constituye el Directorio estudiantil de Secundarias.

La insubordinación de las masas que tienden a la autoorganización de sus luchas, radicalizándolas, aparece como uno de los rasgos más notables de este movimiento, situación que lleva a reflexionar sobre los momentos de ruptura y cambio en la conciencia colectiva popular.

Caída del gobernador Nava Castillo

Algunos de los automóviles de alquiler en los momentos de formarse para iniciar la majestuosa manifestación.Fuente: El Sol de Puebla

 

U

n desborde represivo contra el movimiento suscitado el 29 de octubre será el preludio de la caída del gobernador.

Las campanas echadas al vuelo en el Templo de la Compañía, contiguo al Carolino, convocan a multitudes que desde la madrugada se desplazan hacia la UAP, organizándose un sistema de circulación interna en el edificio, dada la magnitud de la multitud. La Secretaría de Gobernación da la orden de intervenir al ejército, para resguardar el orden, y las patrullas militares se despliegan por la ciudad, haciéndose evidente que el poder federal ha decidido intervenir, desconociendo la autoridad del Gobernador del Estado.

La densidad de la masa que se aposenta en el centro de la ciudad es tal que el ejército está imposibilitado de actuar, mientras siguen llegando multitudes y el comercio cierra sus puertas.

El anuncio del nombramiento de un nuevo gobernador —Aarón Merino Fernández— y la solicitud de licencia presentada por Nava Castillo, son el epílogo institucional natural de estos acontecimientos.

El desbordante júbilo popular se expresa en una verbena multitudinaria donde comparten por última vez juntos los sectores movilizados. A partir de ese momento, cada uno volverá —con mayor o menor rapidez— a sus actividades "normales", pero las huellas dejadas por el movimiento en la conciencia colectiva tendrán una presencia permanente.

La primera actividad oficial del nuevo gobernador será la visita a la UAP —que será seguida por otras a centros educativos— donde la autoridades y estudiantes le brindan una cálida recepción. Su gestión estará encaminada a reconstruir el consenso a partir de una política de diálogo y concesiones.

La triunfal visita a Puebla, 15 días después del cambio de gobernador, del presidente López Mateos, que es condecorado por la UAP y en cuya recepción participan los diversos grupos sociales movilizados anteriormente, cerraba el ciclo de la protesta popular por algún tiempo.

  »Gacetas 1999

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