Manuel Buendía: en defensa de la UAP y del país
l miércoles 30 de mayo de 1984, a las seis y media de la tarde, fue asesinado arteramente el periodista Manuel Buendía, en una céntrica calle del Distrito Federal. Tal hecho suscitó un gran impacto a nivel nacional ya que Buendía era, sin duda, el periodista más conocido e influyente de nuestro país, debido a su espíritu crítico y a su proverbial capacidad para hurgar en los laberintos más recónditos del poder. Su columna "Red Privada" que publicaba de lunes a viernes en el diario Excélsior era el espacio periodístico más leído en México, ya que en el mismo se sacaban a relucir las maniobras e intrigas de aquellos grupos poderosos que, amparados en las sombras de la impunidad, atentaban contra el erario de la nación y/o contra la estabilidad de nuestras instituciones, en aras de su fortalecimiento económico y político. Así, por ejemplo, Buendía puso de relieve las acciones nefastas de la ultraderecha mexicana radicada en Guadalajara, Monterrey y Puebla. Asimismo, denunció las sedicentes iniciativas de los sectores más reaccionarios del clero católico, que en la década de los setenta emprendieron una verdadera "cruzada" como sucedió en Puebla contra los movimientos democráticos y progresistas que estallaron en esa década. También se distinguió por sus esfuerzos en hacer visibles las conspiraciones de la CIA en México que, con el respaldo de algunos connotados funcionarios nativos, atentaban contra la soberanía nacional. En ese sentido, tal como escribe Carlos Monsiváis, "el centro de la tarea de Manuel Buendía fue la develación de los 'Poderes Invisibles'... Es innegable que de su labor periodística se desprende una idea fija: no es admisible que nos gobiernen y nos roben y nos traicionen fuerzas y situaciones de las que no tenemos pleno registro o a las que apenas intuimos. Esa fue, para ejemplificar con la más ostentible, su cruzada contra la intromisión de la CIA en México.1 Ahora bien, no podemos sino preguntarnos: ¿hasta qué punto ha resultado estéril el sacrificio de Buendía? (Y decimos "sacrificio" porque el autor de "Red Privada" estaba conciente de los riesgos que corría al descorrer el telón de la corrupción en nuestro país: sabía que sus denuncias sobre las acciones turbias de las fuerzas, grupos y personalidades a las que denunciaba en su columna serían intolerables para las mismas, y por ello podrían decidir en cualesquier momento arrancarle la vida....Tal como sucedió). En respuesta a tal interrogante podríamos aseverar, sin la menor duda, que su sacrificio no fue inútil : su asesinato, lejos de acallar a la prensa crítica, por el contrario ha permitido que ésta se fortalezca día con día, a un grado tal que hoy se ha convertido en uno de los principales ejes que impulsan el desarrollo de la democracia en México. Tal como escribe Alejandro Gómez Arias, "más allá del dolor y la indignación que el atentado provoca, es preciso afirmar que de él no resulta la derrota del periodismo ni la inutilidad de su riesgosa empresa...El sacrificio del notable periodista no es un hecho excepcional. Otros han caído, antes y después de la fecha negra. Las confiscaciones de la prensa y la destrucción física de las instalaciones no han desaparecido. La lista quizá no se ha cerrado y quedan en el aire las dudas: ¿quiénes?, ¿dónde?, ¿cuándo? Que esto acontezca en México y en el siglo de sus grandes luchas sociales, democráticas, liberadoras, parece imposible. Pero no lo es".2 Ahora bien, en este quincuagésimo aniversario de la muerte de Manuel Buendía, los universitarios de la UAP tenemos la obligación moral de rendirle homenaje tomando en cuenta que éste no titubeó en salir en defensa de nuestra institución en los años aciagos de los sesenta y los setenta, cuando las fuerzas más retardatarias de la entidad desplegaron una verdadera ofensiva contra el movimiento de reforma universitaria que se propuso democratizar y elevar el nivel académico de nuestra casa de estudios, proyecto que suscitó la indignaciòn de dichas fuerzas, ya que las mismas ansiaban mantener sumida a nuestra casa de estudios en el oscurantismo y en la postración, a efecto de utilizarla como trampolín para sus intereses económicos y políticos. En ese ambiente de hostilidad hacia la UAP por parte de la derecha poblana, cayeron asesinados los líderes universitarios Enrique Cabrera y Joel Arriaga. Al igual que sucedió con Manuel Buendía, continúa sin esclarecerse quiénes fueron los autores intelectuales. Entre los materiales más célebres que el autor de "Red Privada" dedicó al examen de la problemática que vivía Puebla en esa etapa negra de nuestra historia, destacan los artículos : "Puebla, Cada quien su Demonio" (El Día, 19/XI/1972), "Puebla, ¿Belfast Mexicana?"(El Día, 23/XII/1972), "¿En Vísperas de un Baño de Sangre?" ( El Día, 10/ II/ 1973), "Puebla, ¿Ángeles contra Demonios?" (El Día, 7/V/1973). Todos estos artículos fueron recogidos en un libro que publicaron, en 1987 la Dirección de Prensa y Relaciones Públicas de la UAP y la Fundación Buendía.3 Habría que subrayar que tales materiales coadyuvaron gracias a la influencia de que gozaba Manuel Buendìa a nivel nacional a desactivar la vehemente ofensiva que desataron en esos años las fuerzas más retardatarias de Puebla contra nuestra casa de estudios. "Nobleza Obliga", dice el refrán. Los universitarios poblanos estamos obligados, insistimos, a evocar la memoria de tan ilustre periodista, que contribuyó de manera tan decisiva a sembrar la semilla del periodismo crítico en nuestro país. Con el objeto de contribuir aunque sea con un grano de arena a tal objetivo en este número de Tiempo Universitario hemos reproducido algunos artículos de Manuel Buendía, mismos que pueden permitirle a la comunidad universitaria formarse una idea del papel tan importante que aquél desempeñó en la defensa de la UAP, en las etapas en que ésta fue blanco de la ira y de la intolerancia de las fuerzas que siempre se han opuesto al desarrollo democrático de México y de Puebla. Notas: 1 Monsiváis, Carlos, "Manuel Buendía: La lucha contra los 'poderes invisibles', en Los Días de Manuel Buendía, Editorial Océano y Fundación Manuel Buendía, México, 1985, pág. 112. 2 Gómez Arias, Alejandro, en "Impunidad y Miedo", en Los Días de Manuel Buendía, Ibid., pág. 62. 3 Buendía, Manuel, Pensamiento y Acción de la Derecha Poblana, UAP, Fundación Manuel Buendía A.C., !986. Puebla: ¿Ángeles contra demonios? El Día, 7/V/1973
lguna vez dijimos que en Puebla las dos facciones que combaten entre sí de un lado, la derecha más reaccionaria; del otro, una izquierda primitiva y sin escrúpulos; en medio, la masa estudiantil aturdida y el grueso de la población civil como blanco para los cañones de la propaganda, parecían empeñadas en probar cuál de las dos tenía más capacidad para mentir con mayor frescura. Tergiversación de los hechos, verdades a medias, ocultamiento, disimulo, maniqueísmo... son algunos de los integrantes de este nauseabundo mole poblano, servido a la opinión pública nacional, según receta combinada por los cocineros de ambos bandos. Y ahora la cacería humana del 1º de mayo. Cinco muertos el quinto estudiante murió, vomitando sangre después de una paliza, al caer la noche del jueves, más un buen número de heridos, y una enorme, inconmensurable cantidad de mentiras propaladas tendidas a manera de cortina de humo en un tiempo récord. "Nosotros los ángeles", "Ustedes los demonios", "Ustedes los asesinos; nosotros las víctimas", los malos, los buenos. Un agudo observador, avezado a mirar con precauciones la situación poblana, nos envió por escrito reflexiones de las que tomamos lo siguiente: "Ya está visto que en Puebla no pelean ángeles contra demonios, es decir, que el Bien y el Mal no están respectivamente con las gentes de la universidad y las que representan al gobierno, o viceversa. Pero sin duda es más de culpar el gobierno, que debiera conservar la prudencia ante las provocaciones, y no lo ha hecho. "En el zafarrancho de ayer 1º de mayo de nuevo le compete una grave responsabilidad al gobierno. Casi puede asegurarse que la provocación partió de los grupos gubernamentales, o de los que se sienten amparados por el gobierno. Hay por lo menos dos indicios de esto: de una parte, las contradictorias versiones que sobre lo sucesos dieron a conocer las autoridades policiacas y el secretario general de gobierno, como se evidenció hasta por la televisión anoche mismo; y del otro, la circunstancia de que el próximo lunes comienza sus cursos la 'universidad popular' organizada por un patronato de la iniciativa privada, con la simpatía del gobernador Baustista, para arrancar primero alumnos y maestros, y luego el subsidio, a la UAP".
Bien. Este es un punto de vista. Pero ¿en verdad corresponde al gobierno por ser eso, precisamente la mayor responsabilidad? Aparte de los interesantes indicios que el sostenedor de este punto de vista ofrece sobre el origen de la provocación, ¿en verdad partió ésta por lo que se refiere concretamente a los terribles sucesos del 1º de mayo de agentes o protegidos del gobierno local?. Al respecto, mucho da en qué pensar el manifiesto que apareció el día 3 en El Día, bajo la firma de los comités de lucha de la UAP. Comienzan por negar enfáticamente que existan armas en poder de los estudiantes y menos aún que alguno de éstos hubiera disparado un solo balazo. Se necesita ser muy lerdo o estar irremisiblemente comprometido para poder tragar la rueda de molino de que no hay ninguna arma en poder de ningún estudiante en ninguna de las instalaciones de la UAP. Y por lo que se refiere a si partieron o no a balazos desde el Carolino hacia otras direcciones, bastará que quien no lo crea se tome la molestia de ir a comprobar visualmente que hay impactos y perforaciones de bala, de tal modo claros, que permiten precisar la trayectoria de las balas, y que ésta señala al edificio carolino. Negar tal evidencia equivale a declararse incapaz de averiguar el resultado de dos multiplicado por dos. "Todo se inicia dice más adelante la declaración oficial de los comités de lucha porque los estudiantes y el FOCEP habían acordado volantear el desfile del primero de mayo para aclarar la demagogia y el servilismo de las centrales obreras..." Si esto no es iniciar o por lo menos aceptar una provocación, habrá que revisar los principios elementales de la lógica. Y cuando alguien se enfrasca en la inteligente tarea de tapar el sol con un dedo, no tarda en verse atrapado en la red de sus propias "sutilezas". Así, en el párrafo siguiente, los firmantes del manifiesto a contrapelo confiesan que lo que en realidad se proponían era "la explosión de un movimiento fuerte". Cuando unas líneas después aseguran que en el Carolino sólo se habían organizado unos "actos culturales", el esfuerzo literario resulta tan conmovedor como patéticamente inútil. Tan inútil como decir acto seguido... "al momento en que se iniciaba un mitin de protesta pasó una patrulla disparando... Para detener al carro patrulla fue necesario quemarlo..." Inútil, porque cuantos fueron testigos de estas escenas saben perfectamente que: a) esos policías jamás dispararon; b) La patrulla fue incendiada después de que sus ocupantes ya estaban prisioneros en manos de los estudiantes. No era pues, en modo alguno, "necesario" quemar un automóvil que hacía rato permanecía más quieto que un poste. Si este documento que rápidamente hemos analizado, aunque tiene altos méritos para un examen mucho más detenido fuese el único alegato posible en defensa de los estudiantes, éstos podrían darse por perdidos.
Por fortuna, acudió en su auxilio el gobernador Bautista. La presente nota fue escrita el viernes. Este día aún no era posible saber si el gobernador Bautista encaraba la alternativa de renunciar o ser destituido. La mayoría de los observadores consultados coincidían en señalar que los sucesos del primero de mayo a pesar del dolorosísimo saldo de muertes no bastaban; por una serie de circunstancias políticas, para determinar la caída del gobernador; pero sí las declaraciones, inauditamente arrogantes, que hizo después. He aquí una parte del florilegio que en unos cuantos minutos el ex campeón de esgrima y de karate experto cazador también logró acumular para su historia política: 1.- El mismo día en que se publicaron las declaraciones del Presidente Echeverría pidiendo una urgente y profunda investigación, se publicaron también las del doctor Gonzalo Bautista O´Fárril para anunciar que, por cuenta suya, no habría investigación alguna. En ciertos diarios, los formadores cuidaron de que en la misma plana quedaran próximas las "cabezas" respectivas. 2.- Resulta difícil averiguar si el comandante de la policía de alguna remota aldea pudiera haber superado al doctor Bautista en violencia de lenguaje. Afirmó categóricamente que se proponía "acabar con" los alteradores del orden, y para que no quedaran dudas de qué significa para el "acabar con", aclaró que se trata precisamente de "matar de un tiro" a todo aquel que pretenda alterar la paz pública. En menos de trescientos palabras pronunciadas, el gobernador repitió dieciséis veces, la palabra "matar" o sus equivalentes. Un amigo de él nos comentó: "Positivamente está transformado. No es el mismo Gonzalo de siempre". Otros observadores, en cambio, decían que sí era el Gonzalo de costumbre, y aún el propio gobernador se esforzó por enfatizar cuán partidario es de la violencia. Tranquilamente reveló que ha gastado tres millones de pesos en armar a la policía, incluyendo "armas modernas de precisión" como las que se usaron en la cacería de estudiantes de azotea a azotea, y que "todo el cuerpo policiaco practica el tiro diariamente". "Las armas que hemos comprado dijo Bautista no son para andarlas luciendo... Y si quieren medir sus fuerzas , que las midan". En realidad, la medición de fuerzas ya había ocurrido el primero de mayo, con resultados muy desiguales para los estudiantes. "Fue una lección para ellos", dijo el gobernador. 3.-Finalmente, como comentario al sepelio de cuatro de los cinco estudiantes asesinados, acto durante el cual se reunió una multitud impresionante, el gobernador Gonzalo Bautista amenazó con realizar pronto una a su favor a la que concurrirían "doscientas mil personas". Y daba la impresión de que sabía de lo que estaba hablando. Bueno, eso sucedía el viernes. Más sangre en las universidades El Día, 23/I/1975
n los últimos días éste ha sido el panorama en nuestras casas de cultura superior: Dos estudiantes fueron muertos en Villahermosa, uno a golpes, otro ametrallado; un joven murió en Monterrey con el vientre abierto por una granada de gases, y en Puebla se agregó a la lista de asesinatos el nombre de un muchacho que recibió un balazo en la frente. El rector de la Universidad de Puebla acusó a la policía de haber disparado ráfagas de metralla contra una escuela. El rector de la Universidad de Nuevo León hizo una denuncia semejante. En Villahermosa tomó posesión un nuevo rector, bajo protección armada, incluyendo la de un grupo de choque cuya dirección algunos estudiantes atribuyen al gobernador. A las cárceles y hospitales ingresaron otros estudiantes o maestros en Villahermosa está detenido el director de la Escuela de Leyes; hubo autobuses quemados, locales comerciales destrozados y tensión en las ciudades. En el campo de informaciones incompletas o intencionalmente mediatizadas, es difícil espigar en busca de datos que ayuden a despejar cada situación en particular. Tal parece que en el odioso cuadro que el terror y la sangre amasan, es preciso incluir siempre un esfuerzo de todas las partes en contienda para confundir a la opinión pública, aunque tengan que echar mano de las mentiras más cínicas. Tomemos, por ejemplo, lo que ocurre en Puebla. Para algunos observadores y comentaristas que proceden de buena fe, pudiera parecer que los campos están limpiamente definidos: de un lado la Universidad con sus alumnos y maestros amantes del estudio y del progreso social; de otro, las siniestras fuerzas reaccionarias, que son manejadas por el alto clero, y siempre están al acecho de los gallardos maestros y estudiantes, para matarlos en cuanto ponen un pie en la calle. Pero la verdadera situación no es exactamente así. Existen, claro está, las fuerzas reaccionarias capaces de cualquier violencia, hasta el atentado personal. Pero en el otro extremo hay que describir a una izquierda manifiestamente extranacional, y ya no sólo aventurera, sino tramposa y homicida, incluyendo en este último concepto la liquidación de disidentes. Pertenecen a esta izquierda, explosivamente violenta, unos doscientos individuos, entre estudiantes y maestros. El resto de los universitarios son unos aturdidos y aterrorizados muchachos que no hablan, que no protestan, que no cuentan, porque viven bajo la amenaza constante de la quema de sus expedientes escolares la ruina de sus vidas, y cuyo único interés consiste ahora en hacer el transito por la aulas lo más rápidamente posible. Aquellos doscientos están jefaturados por un selecto grupo de ultras que recibieron adiestramiento completo, a nivel universitario inclusive, en otro país, y que aplican tácticas de lucha que chocan aún con el criterio de seguidores de la veja ortodoxia marxista. La mentira es una de las armas en esta lucha, tanto para un bando como para el otro. Así, a unas pocas horas de haber muerto el estudiante, los extremistas de uno y otro tinte estaban produciendo declaraciones igualmente falsas. Ninguno reconocía quién había iniciado la provocación y quién la había resuelto a balazos. El estudiante muerto probablemente no pertenecía a ningún bando. Así suele ocurrir en Puebla. Gobernador premiado Excélsior, 25/V/1981
una reunión de emergencia ha sido convocado el Ateneo de Angangueo, para tomar una actitud institucional respecto a una provocación que tal vez lo obligará a modificar su Ley de Premios y Recompensas Civiles, Militares, Eclesiásticas, Similares y Conexas por Méritos en Campaña. La puntuación del párrafo anterior que prácticamente deja sin resuello al lector mejor entrenado habrá indicado a usted que éste es un asunto grave. Tanto, que pone en peligro la estabilidad emocional de la más alta institución, cuya existencia está dedicada exclusivamente a velar por la preservación de nuestros valores nacionales. Se recordará que el señor Guillermo Jiménez Morales, al tomar posesión del gobierno de Puebla, declaró tener una fortuna personal tasada en 198 millones de pesos. Este alarde lo convirtió automáticamente en campeón de todas las campañas de ahorro escolar y lo puso a salvo de una investigación por enriquecimiento inexplicable. Bien, pero ahora, apelando a los estatutos del Ateneo, reclama el título de "Polko modelo 1981", el premio especial "Cerro de las Campañas", y el grado de comendador de la "Orden de Pío Marcha". Inaudita agresión al Ateneo. Lo acusa el gobernador de falta de imaginación. Como se sabe, hasta ahora nadie se había atrevido a echar en cara a tan venerable instituto que hubiese omitido esfuerzos para premiar mediante una gran variedad de preseas, insignias, pergaminos, ritos y melopeas todos los destellos posibles del genio de los mexicanos. Ahí están, por ejemplo, la Gran Batea con Cordón de Jarcia para discursos y declaraciones notables en aniversario de la reforma agraria o de algún fideicomiso; el premio nacional de literatura Armendarizlaris para escritos desplegados o artículos de elogios a funcionarios que alcancen cierta densidad y hagan buena nata: la Orden Sagrada del Cirio Garapiñado, para homilías u omelettes de singular merecimiento; la Albarda de Piel de Ninfa con Aparejo de Plumas de Colibrí para libros de aliento poético escritos por funcionarios, etc., etc. El esfuerzo se ha hecho, pues. Si ahora un gobernador se planta con un desafío como aquél, la insolencia está a la vista. Dice el gobernador o, para ser exactos, ha dado a entender que ya tiene en la bolsa la Medalla Jenkins, el título "Mister Amigo 81 and for Ever" y por parte de la Universidad de las Américas el antiguo México City College, el premio Golden Sweet Potato, que es una muestra especial de afecto para poblanos porque significa algo así como el Camote de Oro. Lo delicado del asunto está en que el señor gobernador exhibe documentos de indudable mérito. Más aún, con una merma considerable de sus ahorros sería terrible pensar que entró a saco en las arcas del gobierno compró espacio en la revista estadunidense Fortune para hacer una manifestación ante la cual ni siquiera los ojos del Ateneo pueden permanecer cerrados. Para que no haya duda acerca de que se trata precisamente de la celebridad poblana, el señor gobernador sonríe desde un ángulo de la página 84. Es, por supuesto, una sonrisa de modern executive, y desde ahí hace su promesa con una tipografía mayúscula: "Yo garantizo su mejor inversión en Puebla". Mister Amigo pregunta al benefactor extranjero: ¿Es esto lo que usted quiere?", y en seguida él pone en bandeja ocho ofertas entre las que descuellan "Actitud positiva del gobierno hacia las multinacionales", así como "Calma política y estabilidad". En otra parte de la información a los benefactores extranjeros, el señor gobernador dice que "además de la Universidad de Puebla" la del Estado, tan llena de comunistas, "la ciudad tiene otras dos importantes casas de estudios, ambas privadas, que suministran una corriente continua de empleados adiestrados y bien educados, tanto técnicos como de oficina, además de potenciales gerentes para el stablishment de negocios de la ciudad". Para que los inversionistas foráneos queden aún mejor persuadidos de que para ellos Puebla es una sucursal del paraíso, el señor gobernador agrega: "La Universidad de las Américas (...) en gran parte financiada por la Fundación Jenkins, es la única institución educacional de artes liberales en Latinoamérica, y está totalmente acreditada en Estados Unidos". Desde luego, el señor gobernador hace el debido elogio a la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla que, como usted recordará, fue establecida en Puebla por los grupos ultraderechistas. Pero reconozcamos la habilidad del señor Jiménez Morales como vendedor de las excelencias poblanas. He aquí su texto publicado como inserción pagada en Fortune: "La Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla fue formada por un grupo de hombres de negocios y educadores hace ocho años, principalmente para alimentar la creciente comunidad de negocios de la ciudad. Con unos 3 mil 200 estudiantes, la Universidad está claramente orientada hacia los negocios. 'Nuestra meta es producir hombres de negocios', dice el rector Mario Iglesias. 'Este es el concepto básico de la escuela: su razón de ser', añade. 'El 85 por ciento de nuestros maestros son hombres de negocios. Estamos tratando de llenar la brecha en la educación de México, suministrando educación sobre negocios a nivel profesional con un sistema que podría ser un modelo para otros países en desarrollo que no tienen recursos para establecer escuelas para negocios por separado". Finalmente, el señor gobernador se muestra legítimamente orgulloso de que esta Universidad vaya a recibir próximamente "del sector privado", 8 millones de dólares para aumentar su capacidad a 5 mil estudiantes. En eso que el modern executive llama "sector privado", figuran los Gerardo Pellico y otros empresarios a quienes en memorable discurso de campaña, el entonces candidato a la Presidencia José López Portillo, reprochó sus inclinaciones al fascismo. Dos cartas históricas El Día, 12/V/1973
omo dato cultural únicamente, remito a mis lectores a la página 95 del libro Cartas y Documentos de Zaragoza (Fondo de Cultura Económica, 1962; selección y prólogo de Jorge L. Tamayo). Ahí aparece una carta del general Ignacio Zaragoza, escrita el 9 de mayo de 1862, apenas cuatro días después de la gloriosa victoria. El documento dice textualmente: "Excelentísimo señor Ministro de la Guerra: "El enemigo pernoctó en Amozoc y aún a las 7 de la mañana estaba allí. "Nuestra caballería lo hostiliza constantemente. En cuanto al dinero nada se puede hacer aquí porque esta gente es mala en lo general y sobre todo muy indolente y egoísta, sin embargo, acabo de mandar ver al señor Cabrera. "Hoy no he podido completar ni para un día de socorro económico que importa 3 mil 700 pesos porque sólo tiene la comisaría 3 mil 300 pesos. La fuerza está sin socorro desde el día 5 y casi sin rancho. "¡Qué bueno sería quemar a Puebla! "Está de luto por el acontecimiento del día 5. Esto es triste decirlo, pero es una realidad lamentable. "Estoy preparando mi marcha sobre el enemigo pero acaso no lo podré verificar oportunamente por falta de recursos". "I. Zaragoza. (Rúbrica)". Aquel mismo 9 de mayo de 1862, Zaragoza escribió una carta al Presidente Juárez, de la que tomamos los dos párrafos siguientes: "No me parece por demás advertir a Ud., que por este suelo existen gruesas partidas de reaccionarios y que el orgullo francés ha sido herido profundamente y por lo mismo, importa mucho que esta ciudad execrable que no he incendiado porque existen en ella criaturas inocentes, quede pronto bien resguardecida y que se mande fortificar en regla, sin pérdida de tiempo y sin omitir gastos, para que no nos volvamos a ver en otro caso tan difícil como el que acabamos de pasar. "No hay que confiar en los reaccionarios, son muy infames y aseguro a Ud., que con excepción de Negrete y otros muy pocos, me han causado grande afán para poderlo sobrellevar, empresa bien difícil, al frente del enemigo extranjero". Mayo de 1862. Mayo de 1973. ¡Lástima que el Presidente Echeverría no haya contado con un Zaragoza en Puebla! Sergio Flores Suárez, a 16 años de su ausencia
ergio Flores Suárez es un hombre con quien la Universidad Autónoma de Puebla tiene una gran deuda: éste tuvo el valor de presidir los destinos de la institución en una de las etapas más dramáticas de la vida contemporánea de nuestra entidad. Nos referimos a los primeros años de la década de los setenta, cuando nuestra casa de estudios se encontró en el centro de un violento conflicto social generado por una vasta coalición de grupos ultraderechistas. Tal como lo puso de relieve el destacado periodista Manuel Buendía asesinado en 1984 tal coalición no perseguía otro propósito que el convertir a Puebla en algo semejante a un bastión de las fuerzas más conservadoras del país y del estado, en aras de presionar al sistema político para que adoptara una postura de endurecimiento respecto a los movimientos sociales que estallaron esos años, los cuales fueron asumidos por la derecha poblana y de todo el país- como una amenaza para sus intereses económicos y políticos. Limitaciones de espacio nos impiden describir prolijamente el hondo drama que vivió en ese entonces nuestra máxima casa de estudios. Sólo queremos resaltar que, ante las condiciones difíciles que imperaban, los universitarios se vieron ante la necesidad de recurrir a varias iniciativas tendientes a asegurar la sobrevivencia de la institución. Una de ellas sin duda, una de las más relevantes fue el nombrar como rector de la UAP, para el período 1972-1975, al químico Sergio Flores Suárez. No fue de ningún modo casual que tal distinción recayese en tal universitario: éste se había distinguido desde varios años por su recia identificación con los ideales del movimiento de reforma universitaria. Este era un hombre de temple valeroso, que no rehuía las situaciones adversas. Era, además un destacado académico, que había ocupado la dirección de la Escuela de Ciencias Químicas en los años de 1971-1972. Sergio Flores Suárez logró sacar adelante a la UAP no sólo gracias a su valor y a su entereza, sino también a su capacidad y visión política. Si bien no titubeaba en responder con energía a las provocaciones de los enemigos de la Universidad, del mismo modo sabía cuándo se tomaba preciso privilegiar la prudencia y la moderación, cuándo se requería recurrir a la negociación y al diálogo. De este modo logró ganarse el respeto del conjunto de la comunidad universitaria. Su gestión rectoral constituye, pues, un hito decisivo en la vida contemporánea de nuestra máxima casa de estudios. La universidad que hoy tenemos es indisociable, pues, gracias al esfuerzo de hombres como el químico Sergio Flores Suárez. A 16 años de su fallecimiento murió el 10 de abril de 1983 los universitarios de la UAP tenemos la obligación de rendirle un homenaje a su memoria.
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