Año 3, número 11
H. Puebla de Zaragoza a 29 de junio de 2000

Historia de la Facultad de Filosofía y Letras

Primer patio del edificio Carolino, recientemente restaurado, sede inicial de la escuela de Filosofía y Letras

 

L

a Escuela de Filosofía y Letras surge en 1965, en el marco de las grandes transformaciones que experimenta la Universidad Autónoma de Puebla a raíz del estallido del Movimiento de Reforma Universitaria, en 1961. Se inicia con la apertura de los Colegios de Filosofía, Historia, Psicología y Letras. 1

Al comentar las vicisitudes que llevaron a la creación de la Escuela, el maestro Carlos Colchero señala que tal iniciativa —de la cual él fue uno de los impulsores, junto con el maestro en filosofía Joaquín Sánchez Mcgregor— surgió a partir de la inquietud de un grupo de catedráticos que consideraban que era "una necesidad imperiosa dotar a la Universidad de un centro de estudios humanísticos. Pensábamos que una Universidad tan ilustre, que había tenido antaño gran abolengo humanístico, no podía permanecer mucho tiempo más sin que se le dotara de una Escuela de Filosofía y Letras." 2

Ciertamente era incomprensible que la UAP careciese de un centro de estudios semejante, tomando en cuenta la gran tradición humanista de la institución. Formalmente hablando no existían impedimentos para ello, pero en los hechos sí los había, sobre todo de índole cultural. A este respecto Ricardo Moreno Botello formula la siguiente interrogante: "¿Cuáles fueron las causas que impidieron la creación de este tipo de estudios en Puebla?" Y él mismo responde: "Es muy probable que entre las explicaciones esté la poca tradición en provincia de este tipo de disciplinas". Y agrega: "También pudiera explicarse por las ideas educativas dominantes en la época, impregnadas de una concepción progresista que privilegiaba el establecimiento de carreras vinculadas al mundo productivo sobre los estudios de carácter filosófico y literario." 3

Desde luego había también obstáculos concretos, como la carencia de una planta de maestros preparada para asumir el reto que implicaba la creación de una Escuela de Filosofía y Letras, expresión a su vez de las limitaciones económicas que en ese entonces enfrentaba la UAP.

Sin embargo los fundadores de la escuela no se dejaron intimidar por dichos obstáculos, logrando cristalizar su sueño, como señalamos líneas arriba, en 1965. Habría que subrayar, además —como lo señaló el maestro Carlos Colchero— que la empresa de marras difícilmente habría arribado a puerto sin los vientos propicios que soplaban en esos años en la universidad, debido sobre todo al citado Movimiento de Reforma Universitaria, el cual despertó las energías creadoras de los universitarios, propiciando que éstos acometiesen proyectos e iniciativas audaces que seguramente en otras condiciones hubiesen sido imposibles.

Sin duda, como observa Ricardo Moreno Botello, la creación de la Escuela de Filosofía y Letras "significaba continuar con una voluntad de modernización académica que ya se había expresado en la década anterior, primero durante el rectorado del Lic. Horacio Labastida, con la fundación de la Escuela de Física y Matemáticas (1950), y después, en la década de los cincuenta, con la creación de la Escuela de Arquitectura (1954) y de Administración de Empresas." 4

Pasaremos, ahora, a mencionar —a grandes rasgos, dadas las limitaciones de espacio— las principales etapas de la historia de la actual Facultad de Filosofía y Letras.

1965 - 1975

Directores

1965 – 1969Mtro. Joaquín Sánchez McGregor

1969 – 1972 Dr. Angelo Altieri Megale

1972 – 1975 Dr. Angelo Altieri Megale

1975 – 1978 Lic. Alfonso Vélez Pliego

1978 – 1980 Psic. Manuel Muñoz y Vargas

1980 – 1983 Psic. Manuel Muñoz y Vargas

1983 – 1986 Dr. Adrián Gimate Welsh

1986 – 1989 Psic. Abraham Quiróz Palacios

1989 – 1992 Psic. Ma. Teresa Arellano Díaz

1992 – 1996 Dra. Ma. Teresa Colchero Garrido

1996 – 2000 Dr. Roberto Hernández Oramas

2000 – 2004 Dr. Roberto Hernández Oramas

 

En esta etapa, que podríamos definir como "años de formación", destaca el esfuerzo por establecer una planta estable de maestros. En los dos primeros años de existencia de la Escuela la mayoría de los profesores eran visitantes, pero poco tiempo después sus plazas se convierten en plazas de medio tiempo y de tiempo completo. 5

En este periodo sobresale, asimismo, el esfuerzo por diseñar un plan de estudios en el que se estableciese un equilibrio adecuado entre las asignaturas humanísticas y las científicas (a este respecto ver el ensayo del ingeniero Luis Rivera Terrazas, que aparece en este mismo número de Tiempo Universitario).

En términos generales, no obstante los logros alcanzados en tan breve lapso, la vida académica de la escuela es muy limitada. A excepción de la puesta en marcha de ciclos de conferencias, simposios y de mesas redondas, la escuela estaba aún muy lejos de arribar al objetivo para el que fue creada: esto es, el de ser un centro que no se limitase a la enseñanza, sino también un centro que contribuyese a la difusión y a la crítica del conocimiento.

El cambio de local de la Escuela —que en sus inicios se encontraba ubicada en el edificio Carolino— al edificio San Jerónimo, en la 3 oriente 403, en 1973, marca una nueva época, pues tal hecho contribuye al crecimiento de su población estudiantil. Mientras que en 1973 la escuela tiene una población de 643, hacia 1974 la misma asciende a 1014. 6

1975 - 2000

En noviembre de 1999, según la dirección de Administración Escolar, la población estudiantil era la siguiente:

Antropología Social 220

Filosofía 131

Historia 285

Lingüística y Literatura Hispánica 330

Total 966

Esta es una etapa de consolidación, no sólo de la vida académica de Filosofía y Letras, sino también de su estructura de gobierno y administrativa. En octubre de 1975 la asamblea general determina que el órgano superior de gobierno lo constituirá el Consejo General de Gobierno, iniciativa que permite un gran avance en la vida democrática de la escuela.

Durante la segunda mitad de los setenta la escuela vive una etapa de gran efervescencia académica y cultural. Así, en 1976 se crea la revista Dialéctica, que habrá de tener una gran influencia en los ámbitos culturales del país. En la segunda mitad de 1977, la escuela es sede del Segundo Coloquio sobre Didáctica de la Lengua Escrita. El Colegio de Filosofía, por su parte, envía representantes al II Coloquio Nacional de Filosofía que tiene lugar en Monterrey. Hemos mencionado sólo algunas actividades sobresalientes.

En 1979 el Consejo de Gobierno de la escuela aprueba la creación del Colegio de Antropología y su plan de estudios, el cual viene a enriquecer la vida académica, no sólo de Filosofía y Letras, sino de la universidad en su conjunto. Por otra parte, la escuela de Psicología, por acuerdo del Consejo Universitario, se separa de la facultad de Filosofía y Letras el 2 de octubre de 1991.

En 1982 el espacio físico de Filosofía y Letras se amplía de manera notable, pues al edificio de San Jerónimo se agregan el edificio Arronte, en donde quedan alojados los colegios de Antropología, Filosofía, y la maestría en Ciencias Sociales. En el primero quedan los colegios de Psicología, Historia, Linguística y Literatura Hispánica, y la administración general de la escuela. En ese mismo año se crea la Maestría en Ciencias del Lenguaje. 7

Con el tiempo y motivado por la expansión los colegios mencionados se ubicaron de la forma siguiente: Colegio de Antropología, Juan de Palafox y Mendoza 227; Colegio de Historia, Juan de Palafox y Mendoza 229; Colegio de Filosofía, 3 oriente 210; Colegio de Lingüística, 3 oriente 214; maestría en Neuropsicología y Psicología Social, 4 sur 302; Facultad de Psicología, 3 oriente 403.

Sin temor a equivocarnos, la actual facultad de Filosofía y Letras de la BUAP es una de las mejores de nuestro estado y del país, por su alto nivel académico, y por sus permanentes aportaciones en el campo de las humanidades.

Colegio de Antropología

En 1979 las autoridades de la UAP aprueban la creación del Colegio de Antropología Social, una vez que se percatan de que la ausencia de dicha carrera constituía un vacío notable en la vida académica de la institución. El primer plan de estudios fue aprobado en el otoño de 1979. En este mismo año se constituye la planta inicial de profesores, entre los cuales se encontraban Julio Glockner, Adrián Gimate, Susana Percaz y Manlio Barbosa Cano.

Entre los objetivos esenciales que se trazaron para la currícula del colegio destacaba el estudio de la antropología social en Puebla y Tlaxcala, y la vinculación de los principales problemas sociales de la región.

En la primera etapa de su creación el colegio se enfrentó a dos grandes problemas: por un lado la insistencia de algunos profesores en imponer al marxismo como doctrina oficial. 1 Por otro lado, se incurrió en el error de contratar a los maestros más por cuestiones de afinidad política que por cuestiones de nivel académico. A este respecto señala Julio Glockner: "en lugar de dar un perfil del tipo de docente que se adaptara a las exigencias del plan de estudios, éste se iba adaptando a los maestros que llegaban. Entonces, si sabías de guerrilla en Guatemala, se hacía un seminario de guerrilla en Guatemala; si sabías de movimiento obrero en América Latina, pues se hacía un seminario de esto." 2

Con el paso de los años, sin embargo, ese tipo de problemas se han ido superando. Ciertamente el Colegio enfrenta aún diversas carencias y limitaciones que no le han permitido obtener el mejor rendimiento, pero lo cierto es que ya se pueden palpar los primeros frutos de su vida académica, tal como lo muestra el hecho de que no pocos de sus egresados ya comienzan a desarrollar diversas investigaciones, y a encontrar ocupación en el sector privado y público.


1 Anuario 1984-1985. Escuela de Filosofía y Letras, UAP, 1985, pág. 6.
2 Colchero, Carlos, La Fundación de la Escuela de Filosofía y Letras de la UAP, Universidad Autónoma de Puebla, 1990, pág. 17.
3 Ibid., págs. 6, 7.
4 Ibid., pág. 7.
5 Anuario, Op. Cit., pág. 6.
6 Ibid., pág. 7.
7 Ibid., pág. 10.

Voces de la fundación*

Joaquín Sánchez McGregor

E

n la escuela de Filosofía y Letras de la Universidad Autónoma de Puebla comenzó a funcionar en 1965, por acuerdo del H. Consejo Universitario, con las cuatro carreras o colegios, que hasta la fecha tiene: Colegio de Psicología, Colegio de Filosofía, Colegio de Historia, Colegio de Letras Españolas. Estas cuatro especialidades vinieron a llenar un hueco dañino.

¿Por qué nos hacían falta? Hay varias razones:

Primero: Porque tales carreras con las que transmiten el mensaje humanista, sin el cual carece la sociedad de una dirección correcta ni de la posibilidad de transformar la información en valores formativos; sentando además, las premisas para que el alumno realice la más apasionante de todas las indagaciones; la del ser humano, sea en su comportamiento rico y complejo (estudiado en diferentes niveles y tendencias por la Psicología, o bien, el encuentro con la humanidad más profunda del hombre a través de las creaciones filosóficas, históricas, literarias. Claro que estas tres así como la Psicología, abarcan disciplinas o ramas del saber diversos y, a la vez, complementarias; así, por ejemplo, en el caso de la carrera de Psicología: desde la Fisiología del Sistema Nervioso hasta la Psicología Industrial, pasando por la Psicología Anormal y Patológica; en el caso de la carrera de Filosofía, desde su historia (dividida en varios cursos) hasta la Ética y la Economía Política, pasando por la Historia del Arte y los fundamentos de las principales ciencias filosóficas indispensables a la formación de los alumnos; y las Letras Españolas abarcan asimismo disciplinas heterogéneas (Latín, Gramática Histórica, Inglés o Francés, etc.)

Segundo: Se dejaba sentir ya la necesidad de proceder a la creación de tales carreras de la escuela de Filosofía y Letras para atender la demanda local (creciente, a medida que progresa el Estado de Puebla) de psicólogos industriales, cuya misión consiste en dar las pautas del comportamiento a empleados y patrones, debidamente organizados, en las empresas. Capacitamos también los elementos que van a atender, como psicólogos clínicos, los trastornos de la conducta humana que, por desgracia, van en proporción directa de la complejidad de la vida moderna. Y los orientadores vocacionales cuya importancia indiscutible se comprende cada vez mejor por las instituciones educacionales.

Nuestros alumnos de Filosofía se preparan para desempeñar la docencia de las asignaturas filosóficas (Ética, Estética, Lógica, etc.) que se imparten en las escuelas preparatorias y normales, así como las que se enseñan a nivel facultad.

Ocurre igual con los estudiantes de las carreras de Historia y Letras Españolas que deberán cubrir todas las asignaturas de carácter histórico, literario y gramatical, respectivamente, en los mismos niveles pedagógicos.

En cada una de las cuatro carreras de la escuela de Filosofía y Letras se obtienen los títulos profesionales de licenciado primero y después maestro. Hay además de éstas, el título de subprofesional de técnico en Psicología para los alumnos de dicha especialidad que concluyen su tercer año en estado de regularidad, y para el resto de las carreras del plantel, se otorga a los estudiantes que llenen este doble requisito un diploma de capacitación para impartir en los planteles de la enseñanza media las asignaturas relacionadas con sus estudios ya cursados.

Por otra parte, ya se van abriendo para nuestros estudiantes las anchas perspectivas de la investigación científica: en la carrera de Historia se les ha brindado acceso al cinco veces secular Archivo Judicial (que custodia el Instituto Poblano de Antropología e Historia), y en Psicología Experimental ha empezado a trabajar nuestro laboratorio, con un cuidadoso plan de organización. Esperamos que los otros dos colegios del plantel puedan pronto emular, conforme a sus características, tan valiosas experiencias.

Es así como nuestra joven escuela de Filosofía y Letras recoge la mejor herencia del Colegio Carolino y del Colegio del Estado proyectándose hacia los nuevos rumbos del saber y las exigencias humanísticas, enseñando a valorar la importancia de la teoría desinteresada, sin menoscabo de sus posibles aplicaciones utilitarias al arrestrar los problemas y enormes convulsiones de la época tan difícil que nos ha tocado vivir. Antes que nada, la escuela de Filosofía y Letras procura darles un nuevo sentido a los valores hoy en crisis a sabiendas de que sin ellos puede sobrevirir el colapso de la cultura e, incluso, del género humano.

*Discurso pronunciado por el Dr. Sánchez McGregor, director de la escuela de Filosofía y Letras, UAP, en septiembre de 1968. Tomado de la Revista Autogestión No. 1 Colegio de Psicología .(Comité de Lucha), Puebla, Pue., 1973.

La fundación del Colegio de Filosofía*

Luis Rivera Terrazas

Edificio Arronte sede del colegio de Antropología

 

E

l día cinco de abril de 1965 se fundó la escuela de Filosofía y Letras de la Universidad Autónoma de Puebla, y quedó constituida por cuatro colegios, a saber: Filosofía, Letras, Historia y Psicología.

De esta manera se daba cumplimiento a una vieja aspiración universitaria que encuadraba dentro del espíritu de la Reforma Universitaria iniciada en 1961.

Desde entonces han ocurrido cambios dentro de la Universidad que valdría la pena comentar, pero en este momento me interesa hacer algunas consideraciones en torno al plan de estudios y programas del Colegio de Filosofía.

Recuerdo que al preparar el programa de estudios había una idea central que fue ampliamente discutida con el profesor Joaquín Sánchez McGregor, la que en resumen consistía en darle a la carrera de filosofía un contenido científico acorde con los tiempos que nos ha tocado en suerte vivir.

Concretizando, la idea se reducía a la introducción de algunas materias del área científica, que permitieran la preparación de filósofos no meramente especulativos, sino que tuvieran a su alcance los recursos y conocimientos que la ciencia moderna había establecido desde su fundación, en los siglos XVI y XVII, por hombres tan eminentes como Copérnico, Kepler, Galileo y Newton. La idea, desde luego, no era completamente original, ya que a partir de Kant los filósofos se han visto obligados a apoyarse en las ciencias de su época, como lo hizo el mismo Kant, quien dominó la física newtoniana que por aquel entonces era la expresión más alta del pensamiento científico, en el área de la física y matemáticas.

Tal fue, a grandes rasgos, la idea que nos llevó a incluir en el programa de estudios de este colegio asignaturas tales como:

Fundamentos de Matemáticas; Historia de la Ciencia y Tecnología, en el primer año; Fundamentos de la Física, en el segundo año, y finalmente en el tercero, Lógica Matemática y Fundamentos de la Biología.

Desde luego se trataba de un plan experimental que debería ser enriquecido a la luz de experiencias posteriores, pero que, de inmediato, resolvía un agudo problema de tipo académico, y sobre ello quisiera prolongar un poco el comentario inicial.

Patio central del Colegio de Historia y dirección de la Facultad de Filosofía y Letras

 

Para 1965 y por lo menos desde un siglo atrás, la ciencia, en general, había logrado obtener una posición clara y definida en torno a los problemas sobre la estructura del Universo como un todo, sobre la estructura íntima y composición de la materia, sobre la historia y desarrollo tanto de la vida como de la sociedad humana, en fin, sobre los problemas de frontera entre las ciencias particulares y la filosofía, que forman ahora el contenido de ramas filosóficas tan importantes como la Epistemología y la Filosofía de la ciencia. En otras palabras se trataba de dar al joven estudiante de filosofía las armas intelectuales necesarias para una formación integral, y alejarlo de la etapa puramente especulativa, donde la filosofía se debatió inútilmente durante siglos.

Por ejemplo, ante problemas tales como el infinito, la causalidad, la lógica, el determinismo, la evolución, etc. ¿qué puede decir un joven estudiante de filosofía sin el recurso de los conocimientos científicos actuales? Y lo mismo puede decirse de otros muchos problemas que también pertenecen al campo de la ciencia y que comparten con la filosofía la tarea de dar una más profunda y verdadera concepción del mundo, de la vida y de la sociedad humana.

Tales fueron, a grandes rasgos, las ideas que estaban detrás del proyecto del programa aprobado por el H. Consejo Universitario.

Por otro lado, si se examina la distribución del tiempo dentro del programa de filosofía se verá claramente que el peso específico de la enseñanza recaía en las materias netamente filosóficas, y que las científicas aparecen sólo como un respaldo justo a la preparación académica del filósofo. El total de horas del área científica era de cuatro a la semana en los tres primeros años de la carrera, lo que revela que no representaban una carga excesiva, que actuara en detrimento de la preparación básica de los alumnos de esta carrera.

Como dije al principio, desde 1965 ha habido cambios en nuestra universidad que en términos generales pueden ser considerados como positivos y acordes con los planteamientos del programa de Reforma Universitaria.

Sin embargo, el que posteriormente hayan sido suprimidas las materias científicas del programa filosófico, creo que de ninguna manera puede ser considerado como un avance académico y debe ser rediscutido.

 

*Tomado de la Revista Autogestión No. 1, Colegio de Psicología (Comité de Lucha) Puebla, Pue., 1973.

A 29 años del asesinato de Joel Arriaga

 
E

l 20 de julio de 1972 fue arteramente asesinado el arquitecto Joel Arriaga Navarro, uno de los líderes más destacados del Movimiento de Reforma Universitaria de la Universidad Autónoma de Puebla.

Tal acción proditoria se realiza en el marco de la feroz ofensiva que desatan en esos años las fuerzas más retrógradas de la entidad contra nuestra institución, a la que acusaban de ser uno de los bastiones del "comunismo ateo que intentaba apoderarse de México". En realidad el citado movimiento universitario no pretendía otra cosa que transformar a la UAP de acuerdo a los signos de los tiempos, ya que desde hacía varias décadas se encontraba inmersa en la postración académica y cultural. Sin embargo, la derecha poblana, sempiternamente hostil a todos los movimientos de signo progresista, decidió combatir encarnizadamente la Reforma Universitaria, temerosa de que la misma afectase sus intereses.

En ese sentido el asesinato de Joel Arriaga fue "una muerte anunciada", ya que desde mediados de julio del año de referencia la derecha se dio a la tarea de colocar por toda la ciudad todo tipo de leyendas amenazantes contra los principales líderes del movimiento de reforma.

El crimen de Joel Arriaga Navarro, como era de esperar, suscitó una gran indignación entre la comunidad universitaria, la cual le exigió a las autoridades del fuero común el castigo de los culpables, señalando entre los posibles autores intelectuales del asesinato a los grupos fascistas Juventud Nueva, Nahuatl y Frente Universitario Anticomunista.

"Arriga Navarro fue victimado por unos individuos no identificados quienes le dispararon once tiros, aproximadamente a las 23 horas de ayer. Era una de las tres personas amenazadas de muerte en los volantes que circularon por la ciudad de Puebla firmados por grupos derechistas, según lo publicó Crucero en su edición de ayer y en otras recientes." 1

"El arquitecto Arriga Navarro tenía 35 años, nació en el Distrito Federal y terminó la carrera en la UAP. Fue maestro de esa escuela y desde hace un mes director de la preparatoria Diurna. "

"En el campo político, fue militante del Partido Comunista Mexicano. A su regreso del Noveno Festival Mundial por la Paz y la Amistad, celebrado en 1968 en Sofía, Bulgaria, fue detenido y encarcelado en Lecumberri, hasta que en este año (1972) el ministerio público federal desistió de los cargos." 2

Meses después, el 20 de diciembre de 1972, en diferentes circustancias fue asesinado Enrique Cabrera Barroso, director de Extensión Universitaria y miembro del PCM. Un mes después, el 20 de enero de 1973 fue asesinado el dirigente estudiantil Josafat Tenorio Pacheco, miembro del Partido Revolucionario Institucional e identificado plenamente, como los dos casos anteriores, con los postulados de la Reforma Universitaria que defendía la educación pública, laica y gratuita.3

En los tres casos, las autoridades se comprometieron ante los universitarios y, en general, ante la ciudadanía poblana, a investigar a fondo el acto de marras. Sin embargo, a 21 años de perpetrados los crímenes, los autores intelectuales y materiales del mismo continúan sin recibir el castigo correspondiente.

Los universitarios no podemos permitir que tales delitos permanezcan inmunes. Por ello tenemos la obligación moral de insistir en la aclaración de los mismos, sobre todo en este periodo en que nuestro país se encuentra en plena transición hacia la democracia, la cual debe expresarse no sólo en las urnas electorales, sino también en el fortalecimiento de las instancias encargadas de impartir justicia, por lo pronto en la universidad pública debemos externar: Joel Arriaga, !Presente¡


1 Periódico El Día, 21 de julio de 1973
2 Idem
3 Yáñez Delgado Alfonso, UAP: reforma y violencia, 1998

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