Año 3, número 9
H. Puebla de Zaragoza a 25 de mayo de 2000

Acervo pictórico universitario

Por Velia Morales Pérez*

El Pentecostés o Descendimiento del Espíritu Santo, Manuel Cano (1751-1820), firmado, óleo/tela, 419x333 cm. 1790.

 

L

a Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, a través de su larga historia, ha logrado formar y resguardar un relevante fondo artístico integrante de la producción plástica mexicana, que representa la trayectoria cultural poblana, abarcando desde la época virreinal hasta el siglo xx . Además de ser uno de los acervos artísticos regionales más importantes, que se aprecia en la cantidad como en la calidad de las obras que lo conforman. Éste se encuentra custodiado en el Museo Universitario, creado en 1987, con sede en La Casa de Los Muñecos.1

La creación del Museo Universitario tiene como finalidad la de ofrecer un espacio a los universitarios y a la sociedad en general, para apreciar colecciones de arte, historia, de ciencias y de la herencia cultural de la Universidad; siendo una parte significativa el legado histórico-cultural de los colegios de la orden de La Compañía de Jesús, asentados en la ciudad de Puebla durante la época colonial.

El acervo artístico universitario está formado por diversas expresiones de artes plásticas: pintura, grabado, litografía, varias esculturas en bronce y un interesante fondo de yesos. Sin olvidar que en este espacio cultural también se custodia la colección de aparatos del Gabinete de Física del antiguo Colegio del Estado, animales disecados, una pequeña colección de numismática, muebles antiguos y algunas series de fotografías.

La colección de pinturas del Museo Universitario es notabilísima y con seguridad se puede decir que resulta ser la más numerosa concentración localizada en el Estado de Puebla. De acuerdo con el inventario del Museo, se tiene registrado que la Pinacoteca Universitaria está formada por 436 obras, que son desde el siglo XVII hasta el XX. Se tienen 214 obras del periodo colonial, 107 del siglo XIX y 115 del siglo XX.

Del periodo colonial se resguardan obras de maestros pintores de gran renombre como José Juárez, Juan Tinoco, Diego de Borgraf, Gerónimo de la Portilla, Bernardino Polo, Cristóbal de Villalpando, Gaspar Conrado y Pascual Pérez, la familia Talavera, los Berruecos, Miguel Jerónimo Zendejas, Francisco Martínez y Miguel Cabrera.

En la valiosa colección decimonónica existen obras de Manuel López Guerrero, José Luis Rodríguez de Alconedo, José Manzo, Agustín Arrieta, Francisco Morales, Daniel Dávila y Gonzalo Carrasco. Del siglo XX hay obras de Alfredo Zalce, Eduardo Espinoza y Fany Rabel; además de las obras de artistas tan conocidos como Rufino Tamayo, Francisco Toledo, Octavio Campo y reproducciones autorizadas de Dalí.

Procedencia del acervo pictórico

Se puede asegurar que el acervo de la Pinacoteca Universitaria procede básicamente de dos colecciones poblanas, la de los colegios jesuitas y de la Academia de Bellas Artes de Puebla, las cuales subsistieron y se enriquecieron durante el siglo XIX, principalmente con piezas de los conventos exclaustrados y obras de las galerías particulares de los obispos poblanos José Joaquín Antonio Pérez Martínez y Pablo Vázquez Sánchez.

Intentos de catalogación del acervo

Del acervo pictórico universitario —formado por las pinacotecas de la Academia de Bellas Artes y de la Universidad, legado jesuita— se localizaron diversos inventarios que buscaron lograr un control eficiente y adecuado de las colecciones. Hasta ahora hay ubicados diez inventarios, siendo el más antiguo el de 1861, titulado Lista general de las pinturas que eligió y recibió la comisión de la Junta Directiva de la Academia de Bellas Artes, de los conventos suprimidos, también de la Academia el Inventario de las pinturas existentes en el establecimiento de 1873; del presente siglo tenemos diversos registros elaborados por la misma institución en distintos años 1901, 1912, 1948, 1953, 1967, 1971, 1975; del acervo universitario se localizó un inventario de 1937 del Colegio del Estado de Puebla con 125 obras y otro realizado en 1972 por la Universidad.

La información de los inventarios mencionados es variada, se registró desde el número de inventario, título, algunos tienen autoría, técnica, formato, medida hasta avalúos, lugar de origen de algunas obras, ubicación de otras dentro del edificio de la Academia, en varios se tienen los registros también de grabados, litografías, dibujos y esculturas, además del acervo de la biblioteca de la Academia.

Ya para finales de este siglo se tiene conocimiento de los esfuerzos de catalogación realizados por Gonzalo Fernández en el transcurso de 1980, en lo que fue la Pinacoteca Universitaria. Posteriormente, con la colaboración del arqueólogo Eduardo Merlo, auxiliado por Pilar Letona y Evelin Flores, se realizó la descripción básica de las obras y se anotó la procedencia y el origen de diversas obras, algunas cartelas y números de inventarios, además de la descripción iconográfica de una cantidad considerable de pinturas.

Hoy en día se tiene un inventario completo de las obras y, en estos momentos, se está realizando un proyecto de investigación para el estudio sistemático del acervo de pinturas para que se realice la catalogación completa de las obras; están colaborando en este proceso Patricia Bautista García y María Ana Severiana Camargo Jiménez; todos estos trabajos bajo la administración de Elsa María Hernández Martínez, directora del Museo Universitario y Rigoberto Trujillo Benítez, vicerrector de Extensión y Difusión Cultural de nuestra Universidad, y una mención especial debemos dar al interés constante y el apoyo del rector Enrique Doger Guerrero para estas actividades catalográficas, sin los cuales no se podrían llevar a cabo.

Ahora, como parte de este trabajo de catalogación, se realizó el estudio de la Historia de la colección de pinturas del acervo universitario. Para ello se efectuó la revisión de todas y cada una de las 321 obras del acervo antiguo (XVII-XIX), para hacer el registro de todos los números de inventario que tienen las pinturas en diversas partes y de distintas épocas, advirtiendo que una cantidad considerable de estos números se han perdido por el transcurrir del tiempo o por las intervenciones que han tenido. De los diversos números de registros en las obras, identificamos dos como los más antiguos; se encuentran en la parte frente de los lienzos, el primero formado sólo por un número y hecho a mano, el segundo integrado por un número y la letra E en forma de sello; estos registros coinciden con dos inventarios, el de 1912 de la Academia de Bellas Artes2 y el del Colegio del Estado de 19373, respectivamente.

Por otra parte, se han consultado materiales que están en diversos archivos, como los de la Academia de Bellas Artes, que custodia la biblioteca José María Lafragua, los de la sección de patrimonio del Archivo Histórico Universitario, y otros documentos resguardados por el Museo Universitario, en los cuales, hasta ahora, se han localizado diversos inventarios de las pinturas, que se custodiaban tanto en el Colegio del Estado como en las colecciones de la Academia de Bellas Artes de Puebla.

Se efectuó la transcripción de todas las inscripciones que existen en una cantidad significativa de las obras; también se encontraron textos detrás de algunas de ellas que nos dieron pistas de su origen. Además, a partir de la consulta de los archivos del museo, se hizo el registro de los préstamos y las restauraciones de las obras.

Toda esta tarea tiene como fin hacer una base de datos con cada una de las piezas, con su ficha técnica que consigne los diversos renglones catalográficos que lleve a la conformación de la historia de las obras y con ello ir armando lo que será el Catálogo General.

Colecciones Jesuitas

San Ignacio de Loyola, Julián Ordóñez (1784-1853) atribución, óleo/tela,307x189cm, ca. 1820

 

 

Hacia 1760, la ciudad de Puebla albergaba cinco instituciones jesuitas: "tres colegios ( Espíritu Santo, San Ildefonso y San Javier) y dos seminarios, internados o convictorios (San Jerónimo y San Ignacio)."4 Para 1767, por la expulsión de La Compañía de Jesús de tierras americanas, los colegios de San Ildefonso y San Javier cerraron sus puertas; posteriormente, en 1790, se fusionaron San Jerónimo, San Ignacio y el Espíritu Santo —asentandose en su edificio— en una sola institución el Real Colegio Carolino, en honor del monarca Carlos III, nuevo patrono de la institución.

Fue en este recinto donde debió concentrarse la mayor parte de las pinturas que lucieron y eran objeto de devoción en pasillos, deambulatorios, crujías, capillas y celdas de los colegios jesuitas; con este acervo se inició una vasta colección de obras artísticas que ahora forman parte del patrimonio cultural universitario.

Con la fundación del Real Colegio en 1790, se acrecentó la pinacoteca jesuita cuando, para celebrar su creación, se mandaron a elaborar varios retratos, entre ellos el del principal benefactor del colegio don Melchor de Covarrubias y de don José Mariano Lezama y Carrillo, primer rector del Carolino, y los monumentales cuadros para la escalera principal del edificio.

"La celebración de tan fausto acontecimiento tuvo como atractivo principal la colocación de grandes lienzos en la escalera del colegio, en los que se recordaba el establecimiento del colegio del Espíritu Santo y además la nueva erección bajo la protección real. Esto último obedecía a la premeditada intención de hacer desaparecer el recuerdo de La Compañía en la Ciudad.

Por igual se procuraba hacer destacar la figura de D. Melchor de Covarrubias, fundador del colegio del Espíritu Santo, que había sido un tanto olvidado por los jesuitas."5

Durante el primer cuarto del siglo XIX, el Real Colegio Carolino tuvo cambios de nombre y estructura, debido al regreso esporádico de los jesuitas y a la independencia del país, cuando se declaró por decreto de 1825, Colegio del Estado de Puebla, quedó a cargo de la custodia del acervo artístico; éste debió enriquecerse con algunas obras de los conventos clausurados en 1861, de acuerdo con la Lista general de las pinturas que eligió y recibió la comisión de la Junta Directiva de la Academia de Bellas Artes, de los conventos suprimidos6, como ejemplo tenemos a la Santa Pulcheria, de José Joaquín Magón, en el convento del Carmen; pero no tenemos ninguna otra referencia documental acerca de este asunto.

En 1937, por orden gubernamental, pasaron 125 obras del Colegio del Estado a la custodia de la Academia de Bellas Artes, en su recinto de la Casa de las Bóvedas. Ambas colecciones, las pinacotecas del Colegio y de la Academia, formaron en ese momento un sólo acervo; pero debemos indicar que el Colegio del Estado siguió conservando un buen número de pinturas en su edificio, entre otras la colección de retratos del salón Paraninfo7, la serie de La vida de la Virgen, del salón Barroco, y otras más que nunca salieron de esta institución.

Hubo un intento en 1950, durante la rectoría de Horacio Labastida para que fueran devueltas las obras, pero no fructificó. En 1960 y 1970, estando en custodia de la Academia ambas colecciones, esta institución entregó al Patronato del Teatro Principal un total de 22 obras, de dichas colecciones.

En 1973, el acervo artístico completo quedó en custodia de la Universidad Autónoma de Puebla, creándose la Pinacoteca Universitaria José Jiménez de las Cuevas, en la Casa de las Bóvedas, y se trasladó al Museo Universitario en 1987.

Pinacoteca de la Academia de
Bellas Artes de Puebla

Dalila cortándole el pelo a Sansón, anónimo, óleo/tela, 63.5x82.2, siglo XVIII

 

Como hemos mencionado a partir de los cotejos de los registros de las obras del acervo universitario, con el inventario de la Academia de Bellas Artes de 1912 formado por 155 obras, se identificaron la mayoría de las piezas que proceden de la pinacoteca de la Academia de Bellas Artes de Puebla.

La Academia fue fundada en 1813 por la Junta de Caridad y Sociedad Patriótica para la Educación de la Juventud, siendo su sede la llamada Casa de las Bóvedas; también esta institución formó su pinacoteca con obras de distintos orígenes, por donaciones de particulares, obras incautadas a conventos suprimidos, pinturas de los maestros y alumnos y alguna que otra por compra de la propia institución.

En el siglo XIX surgen en Puebla afamados coleccionistas de arte religioso, entre ellos reconocidos jerarcas eclesiásticos y miembros de la élite poblana ,como los obispos Antonio Pérez Martínez y Pablo Vázquez Sánchez y los señores José Antonio Cardoso Mejía, Alejandro Ruiz Olavarrieta, Francisco Cabrera Ferrando y José Luis Bello y González.

José Joaquín Antonio Pérez Martínez, obispo de Puebla (1816-1829), mecenas y patrono de la Academia de Bellas Artes, fue un relevante personaje ilustrado poblano, que "[...] entre sus prendas que eran muchas destaca su pasión de coleccionista y de empeñoso promotor de las artes, dotes que había sabido cultivar en Europa."8

La oración del huerto, anónimo, óleo/tela, 102x73 cm., siglo XIX.

 

 

En 1824 y 1825 se tiene el registro que el obispo Pérez donó de su exquisita pinacoteca tres obras a la Academia, de acuerdo con manuscritos localizados en la parte posterior de las piezas, pero debieron ser más las pinturas cedidas, a juzgar por lo que se expresa en el texto que se encuentra en la parte posterior de la obra La oración del huerto:

"El Ilustrísimo Señor Doctor Don Antonio Joaquín Pérez Martínez, dignísimo Obispo de esta Diócesis de la Puebla de los Angeles y Patrono de esta Casa de educación pública, en 1º de Diciembre de 1824 años, entre otros muchos liensos que le cedió, también este de la Oración del huerto; el que mandó el Señor Director actual, Don José Antonio Ximénez de las Cuevas se le pasara al Colegio Seminario, donde por sus días, quería tenerlo a la vista; y que después de su fallecimiento, se debolviera a esta casa, donde pertenece; y lo recibió el Señor Director, en catorce de Diciembre de Mil ochocientos veinte y quatro.

Recibí

José Antonio Ximénez Q

Firma"

Pero no se han localizado, hasta este momento, otro testimonio documental que hable acerca de estas donaciones; lo que se sabe es que la Academia de San Carlos quiso adquirir un lote de la pinacoteca del obispo después su fallecimiento en 1829, pero "las negociaciones fracasaron, pues tanto el Gobierno de Puebla, como la Academia de la misma ciudad influyeron para que el cabildo angelopolitano se negara, terminantemente, a entregar la pinacoteca del que fuera patrono de la Escuela de Bellas Artes de la Puebla de los Angeles. Según las palabras textuales de Sánchez de Tagle [Secretario de la Junta de la Academia de San Carlos], todo se había frustrado pr. q. el Sr. Gallo [Secretario del difunto Obispo] había escrito q. la Legislatura de aquel Estado manifestaba oposición a q. saliesen de él las pinturas y proyectaba tomarlas pa. aquella Academia de Dibujo."9

No se tiene mayor información de lo que sucedió con las obras de la pinacoteca de este obispo poblano.

La Galería del obispo Francisco Pablo Vázquez y Sánchez Vizcaíno (1831-1847) fue en sus tiempos de las más preciadas, debido a que durante su estancia en Europa como ministro plenipotenciario en la primera embajada ante la Corte Pontificia, adquirió un gran número de obras de gran calidad.

En 1831, estando en Europa Pablo Vázquez, la Academia de San Carlos le encargó "la compra de 30 pinturas para su galería. Es muy probable que dichas pinturas llegaran junto con las que Francisco Pablo Vázquez había adquirido para su propia colección. No hay evidencia de que se encargara obra para la Academia de Puebla."10

Abelardo Carrillo y Gariel, al explicar cómo se formaron las galerías de pintura de la Academia de San Carlos, comenta que a la muerte del obispo Vázquez acaecida en 1847, en ese año buscó la entrega de obras que tenía el ministro y que habían sido solicitadas por la Academia de México "aún cuando no fue posible lograr que el cabildo de Puebla hiciera entrega de las pinturas que poseía y estaban destinadas a la Academia de México, en atención a que el Gobierno y la Academia de aquella ciudad se opusieron terminantemente a ello, no por eso dejan de crecer las Galerías [...]."11 Lo que probablemente tiene que ver con el obispo Vázquez es que tuvo conflictos con la Academia de México para el pago de las obras "si las pinturas estaban destinadas para esa Academia, el señor Vázquez aguardaba para entregarlas recibir su importe, lo que en el largo período de su Pontificado [sic] no consiguió arreglar, a pesar de su eficacia e interés."12

En 1851 comenta Carrillo y Gariel sobre la intención de la testamentaría de Vázquez de vender dicha colección a la Academia de San Carlos "a principios de 1851 aún existían bastantes pinturas, pues por conducto de don Francisco Javier Echeverría se propuso a Couto la venta de las que quedaban: varios pasteles de Rodríguez Alconedo, óleos de Zendejas, Salazar, Vázquez, Manzo, Mata y Caro; además, copias de los más señalados ejemplares que se encontraban en la Galería Borghese, la Sciana, la Corsini y el Capitolio."13

Finalmente estas negociaciones fracasaron y la Academia de San Carlos no adquirió ningún lote de la pinacoteca del obispo Vázquez. Probablemente esas obras tuvieron como destino final la Academia de Bellas Artes de Puebla.14

Se debe mencionar que se localizó en la pinacoteca universitaria, entre las obras procedentes de la Academia de Bellas Artes de esta ciudad, un testimonio documental ubicado en la obra Papa León XII, que forma parte del acervo universitario, cuyo texto está en italiano, por el que nos enteramos que fue obsequiada por un jerarca de la Iglesia romana al obispo Pablo Vázquez, dice:

"Valerio Radice ossre a sua Ecenza Rma. Mgr Francesco Paolo Vazquez Vescere di Puebla questo Retratto della S.M. di Leone XII in attesto di gratitudine e di Viconotcenza."

La traducción es:

"Valerio Radice de la sagrada congregación de religiosos a su excelencia Reverendísima Monseñor Francisco Pablo Vázquez obispo de Puebla este retrato de la Sacra Magestad de León XII en acto de gratitud y de reconocimiento."15

Es posible pensar que algunas piezas de la pinacoteca del obispo Vázquez llegó a formar parte de las galerías de la Academia; sin tener certeza de cómo llegaron a formar parte del patrimonio; esta hipótesis se refuerza por el Inventario de la Academia de Bellas Artes de 1912, donde están registradas algunas copias hechas en Roma de obras de la Galería de Borghese.

No se ha localizado ningún otro documento, en los archivos consultados, que hablen de esta donación. Pero quizás posteriormente, con la consulta de los inventarios de las pinacotecas en los testamentos de los obispos, se pueda identificar qué obras fueron donadas por estos jerarcas eclesiásticos o si fueron adquiridas posteriormente por la Academia.

José Manzo (1789-1860) reconocido arquitecto y grabador poblano en 1813: "fue uno de los firmantes de las capitulaciones para abrir la 'sala de dibujo gratuito' de la Junta de Caridad y Sociedad Patriótica, que sería el origen de la Academia de Bellas Artes, donde trabajó como profesor desde 1814, llegando a ser segundo director de dibujo."16 Por lo tanto fue fundador, al lado de los pintores Salvador del Huerto, Lorenzo Zendejas, Manuel López Guerrero, José Julián Ordóñez y Manuel Caro, y del platero Juan Manuel Villafañe, de la Academia de Bellas Artes de Puebla.

Cuando el canónigo poblano Francisco Pablo Vázquez fue nombrado ministro plenipotenciario del Vaticano, agregó a "la Misión Diplomática varios artistas inteligentes que fueron a estudiar y perfeccionarse en Europa; entre ellos figuraron el pintor don Ignacio Vázquez y don José Manso que recibió para poder emprender viaje tan largo, una corta pensión acordada por el Congreso del Estado de Puebla, el 30 de abril de 1825."17

De regreso a Puebla fundó en 1827 el primer museo de Puebla, el museo de Antigüedades y Conservatorio de Artes, que se estableció en un local del Colegio del Estado en 1828, "contenía interesantes colecciones de antigüedades mexicanas, pintura, grabado y curiosidades muy al estilo de la época, cuando los museos respondían más a la idea del conocimiento universal que no al de categorías estéticas."18

En 1849 pasó el museo a formar parte de la Academia de Bellas Artes. Antonio Carrión nos comenta que llegó a estar formado por mil 226 objetos, distribuídos en varios estantes "[...] el 5o estante contiene dibujos, estampas, pinturas, estampados de colores en lienzo e hilaza, [...] hay también una estatua de una monja de piedra blanca, un lienzo del Señor de la Caña y cuatro santos pintados al óleo."19 Posiblemente algunas pinturas pudieron ser adquirida por Manzo durante su estancia en Europa para su futuro museo y finalmente donadas a la Academia.

Santa Pulcheria. José Joaquín Magón, óleo, siglo XVIII

Una de las contribuciones más importantes e interesantes en las colecciones de la Academia fueron las obras confiscada a diversos conventos en 1861 debido al proceso de desamortización de las propiedades eclesiásticas. En ese año una comisión de la Junta Directiva de la Academia realizó la elección de pinturas en los conventos suprimidos, además de obras del obispado y del Palacio de Gobierno, las cuales fueron cedidas a esta institución. Las obras fueron seleccionadas de los conventos de San Agustín, San Antonio, Belén, El Carmen, La Concordia, Santo Domingo, San Luis, Santa Teresa, Santa Mónica, Santa Inés, y en La Santísima.

De acuerdo con la Lista general de las pinturas que eligió y recibió la comisión de la Junta directiva de la Academia de bellas artes, de los conventos suprimidos de 1861, se pudieron localizar algunas obras que formaron parte del acervo de la Academia, por ejemplo las series El Apostolado, de Juan Tinoco y la de Los Ermitaños, atribuídos al taller de Borgraf, ambos del convento de Belén; sin embargo la identificación es muy difícil debido a la vaguedad del registro. Pese a ello se pudo establecer con este documento el origen de algunas colecciones del acervo.

De las obras de la Lista general debemos mencionar que una parte de ellas quedaron, como ya mencionamos, en la Academia de Puebla, otras fueron cedidas a la Academia de México20 y otra parte se dio a la colección del Colegio del Estado, como la Santa Pulcheria.

Otro posible origen del acervo de la Academia es el de las obras pertenecientes a maestros y alumnos que decidieron donarlas a esa institución: Daniel Dávila, Francisco Morales, los hermanos Padilla y Calixto Carrión; y acaso también algunas adquiridas por la propia Academia, esta institución siempre vivió en una situación económica precaria, hasta en "el año de 1849 en que se creó a su favor una lotería como nueva fuente de ingresos"21, por parte del gobierno del estado con la que debió tener mayores posibilidades económicas.

La Pinacoteca de la Academia, resultado de largos años de cuidado y esfuerzo, fue dividida en 1926, cuando se creó el museo Regional, en La Casa de Alfeñique, pasando a formar parte de él la mayor parte de las obras del museo de José Manzo y un fragmento del acervo de pinturas de la Academia.

Posteriormente, la Academia de Bellas Artes, en la Casa de las Bóvedas "inauguró el Museo de Pinturas con motivo de las fiestas del Centenario de la fundación de Puebla, [el] 18 de abril de 1931, se nombró el salón de Museo de Pintura Juan de Salmerón."22 Lo ubicaron en la sala principal del segundo piso que abarca la fachada del edificio, además se encontraban obras en los corredores y en los salones de clase de la institución.

Para 1937, por orden del gobernador Maximino Ávila Camacho, parte de la colección de pinturas del Colegio del Estado se trasladó a la Academia de Bellas Artes. Según el inventario localizado, estaba formada por 125 obras; es en este momento cuando se unieron la Pinacoteca de la Academia de Bellas Artes y de la del Colegio del Estado.

Como ya lo hemos mencionado, en 1960 y 1970, también por orden gubernamental, se trasladaron 22 obras de este acervo al Teatro Principal, estas obras eran tanto del acervo de la Academia de Bellas Artes como del Colegio del Estado.

En 1973, el acervo de la Academia de Bellas Artes ya nombrada para ese momento Instituto de Artes Plásticas, pasó de facto a formar parte de la Pinacoteca Universitaria, sólo algunas obras se quedaron bajo la custodia del Instituto que cambió de sede y nombre, llamado hasta la actualidad Instituto de Artes Visuales.

Pinacoteca Universitaria. Series

La Pinacoteca Universitaria resguarda importantes colecciones o series temáticas, entre ellas están El Apostolado, del poblano Juan Tinoco, Los Ermitaños atribuída al taller del flamenco Diego de Borgraf; Los hijos de Jacob, atribuída al taller de Francisco de Zurbarán, y una serie Historia Sagrada, con 15 obras; hasta este momento como anónima.

Entre las colecciones jesuitas más completas están dos de gran interés, la primera es la Colección de teólogos y religiosos europeos, formada por once retratos de los religiosos Francisco Suárez, Baltasar Álvarez, Pablo Señeri, Ludovico Blosio, Mariano Azzaro, Gerónimo Pérez, Gerónimo de Palermo, Roberto Belarmino, Luis Estrada, Juan Eusebio Nieremberg y Luis de Granada. Las obras se encuentran fechadas entre 1729 y 1731, están firmadas por Manuel, Cristóbal y José Pablo de la familia Talavera, reconocidos pintores poblanos.

La segunda es la Colección de colegiales de San Ignacio, formada por seis retratos del siglo XVIII, los de José Fernández de Villanueva Alonso del Linaje y Veitia e Ignacio Gómez de Altamirano, firmados por Miguel Jerónimo Zendejas, y Francisco Javier Rodríguez Calado, Andrés de Arce Quirós y Miranda, Agustín de Echeverría y Orcolaga, y Domingo José Gandare Apreza, como anónimos.

Estos son algunos avances de este trabajo de investigación, pero aún hay mucho por hacer, ya que falta terminar la consulta de archivo, localizar algunos documentos, así como realizar los cotejos completos de las obras con los inventarios; tareas que forma parte de un proyecto de investigación más amplio.


1 Acerca de la historia de la casa y sus usos, arquitectura y fachada existen diversos trabajos, entre ellos sugerimos, para mayor información los textos de WALTER PALM, Erwin, La fachada de la Casa de los Muñecos en Puebla, un trabajo de Hércules en el Nuevo Mundo, Anales del Instituto de Investigaciones Estéticas, núm. 48, México, 1978. BOIX, María Luisa, La Casa de los Muñecos: Museo Universitario, Puebla, 1988, Universidad Autónoma de Puebla. JUÁREZ BURGOS, Antonio, La Casa de los Muñecos, Puebla, 1991, Gobierno del Estado de Puebla, UAP y Comisión Puebla V Centenario. VARIOS AUTORES, La Casa de los Muñecos en la ciudad de Puebla, México, 1999, BANOBRAS.
2 Este documento se encuentra resguardado en el Museo Universitario, Benemérita Universidad Autónoma de Puebla.
3 Archivo de la Academia de Bellas Artes de Puebla, Caja 36, Expediente 2, biblioteca Lafragua, desde ahora BL AABA.
4 MÁRQUEZ CARRILLO, Jesús, Educación, Historia y Sociedad en Puebla, México, 1999, Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, Cuadernos del Archivo Histórico Universitario, pág. 34.
5 MARÍN H., Miguel y CASTRO MORALES, Efraín, Puebla y su Univesidad, Puebla, 1959, Universidad Autónoma de Puebla, pág.128.
6 Archivo Histórico Universitario, Sección Patrimonio, Benemérita Universidad Autónoma de Puebla.
7 "En los muros están los retratos de cuerpo entero del fundador del Colegio D. Melchor de Covarrubias, del Primer rector D. José María [sic] Lezama y Camarillo y otro Rector D. José María Zapata Párraga y Bocarando, del Obispo de Puebla, que también fue rector, D. Joaquín Pérez Martínez y del señor D. Antonio Joaquín Rivadeneyra y Barrientos [...]" PÉREZ PEÑA, Alberto, El Colegio del Estado de Puebla. En el primer centenario de su vida civil. 1925 (Facsímil), México, 1998, Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, pág. 63.
8 CABRERA, Francisco J., El coleccionismo en Puebla, México 1988, pág. 20.
9 CARRILLO Y GARIEL, Abelardo, Las Galerías de Pintura de la Academia de San Carlos, México, 1944, Imprenta Universitaria, Instituto de Investigaciones Estéticas, UNAM, pág. 30.
10 GALI BOADELLA, Montserrat, El Patrocinio de los obispos de Puebla a la Academia de Bellas Artes, Patrocinio, Colección y Circulación de las Artes, XX Coloquio Internacional de Historia del Arte, México, 1997, UNAM, pág. 258.
11 CARRILLO Y GARIEL, Abelardo, Datos sobre la Academia de San Carlos de Nueva España, México, 1939, sin editorial, pág. 99.
12 CARRILLO Y GARIEL, Abelardo, Op. Cit. pág. 37.
13 Ibid.
14 Por otra parte, Montserrat Gali se pregunta ¿por qué no fueron a parar estas obras a la colección de la academia poblana? y si se debe esta decisión sólo al capricho de la testamentaría o bien se trata de una decisión del propio obispo Vázquez. Asimismo también refiere la doctora Gali, que durante la estancia en Roma de Francisco Pablo Vázquez como Ministro Plenipotenciario ante la Santa Sede, por encargo de la Academia de San Carlos compró obras para su galería, pero "no hay evidencia de que encargara obra para la Academia de Puebla. ¿Es que nadie pensaba en las necesidades de este establecimiento?"GALI BOADELLA, Montserrat, Op. Cit. pág. 258.
15 Traducción del arqueólogo Eduardo Merlo Juárez.
16 CASTRO MORALES, Efraín, "Edición, estudio preliminar y notas" en OLIVARES IRIARTE, Bernando, Album Artístico 1874, Puebla, 1987, Gobierno del Estado de Puebla, Secretaría de Cultura, pág. 135.
17 PEREZ SALAZAR, Francisco, Historia de la pintura en Puebla, México, 1963, Edición, introducción y notas de Elisa Vargas Lugo, Estudios y Fuentes de Arte en México, XIII, Instituto de Investigaciones Estéticas, UNAM, pág. 102.
18 GALI BOADELLA, Montserrat, Casa de las Bóvedas, Antigua Academia de Bellas Artes, México, 1997, Colección Puebla, la ciudad y sus monumentos, Gobierno del Estado de Puebla, pág.14.
19 CARRIÓN Antonio, Historia de la Ciudad de Puebla de los Ángeles, Puebla, México, 1970, Editorial José M. Cajica Jr., S.A., pp. 406, 408.
20 "Nota.- De las pinturas que constan en la lista que precede, escogio algunas para la escuela de artes y oficios de Méjico, el C. Ministro Ignacio Ramírez; las llevó el C. Lic. Sánchez Solís; el recibo de ellas se le entregó al C. Presidente de la Junta Directiva de la Academia de educación y bellas artes de esta ciudad, Alejandro Ruiz." Lista general ... 1861.
21 PÉREZ SALAZAR, Francisco, op.cit. pág. 131
22 BL AABA Asunto: Lista de Asistencia de alumnos. Año: 1924-1931. Caja 30. Carpeta: Correspondencia, Exámenes. Expediente: 4.

 
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