Año 5, número 20
H. Puebla de Zaragoza a 24 de octubre de 2002

Escuela preparatoria urbana

Profesor Enrique Cabrera Barroso

Por Walter Fernando Vallejo Romero

Nutriendo la mente. Foto tomada de La Educación en México, libro editado por Seguros Comercial América. Año 2000.

La escuela preparatoria urbana Profesor Enrique Cabrera Barroso, aunque fue integrada a la institución en la segunda mitad de la mitad de la década de los setentas, remonta sus orígenes años atrás de esa fecha. A lo largo de su trayectoria ha jugado un papel de primer orden en el desarrollo educativo del nivel medio superior universitario.

Esta unidad académica se gestó en una etapa en que la Universidad atravesaba por momentos difíciles, por lo que estuvo a punto de desaparecer en diversas ocasiones pero, con el correr del tiempo, su existencia ha quedado consolidada y la prioridad por la actividad política que le caracterizó originalmente fue trasladada a las cuestiones de orden académico que hoy la distinguen.

Actualmente se destaca tanto por su desarrollo académico como por su congruencia con las políticas generales de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla.

Este año, la escuela celebró 25 años su integración a la uap y se prepara para celebrar, en marzo de 2003, el 30 aniversario de su fundación como preparatoria por cooperación.

Antecedentes, génesis y desarrollo

La preparatoria urbana Profesor Enrique Cabrera Barroso tiene sus primeros antecedentes en el Instituto Latinoamericano, fundado en 1969 y cuyo dueño incurrió en fraude contra el alumnado pues los estudios que ofrecía no se encontraban avalados ni por la Universidad Autónoma de Puebla (uap) ni por la Secretaría de Educación Pública (sep), por lo que carecían de validez oficial.

A causa de esto, la recién gestada escuela estuvo a punto de desaparecer.

Los estudiantes, encabezados por Genaro Piñeiro López, Alejandro Cruz Jiménez, Natalia Montserrat Sardá Cué y José Antonio Barroso, iniciaron una lucha por lograr que sus estudios fuesen reconocidos pues no se consideraban culpables de la falta de responsabilidad en que había incurrido el dueño a quien, por principio de cuentas, desconocieron como director.

Para poder avanzar en sus objetivos, buscaron y obtuvieron el apoyo de los comités de lucha que entonces existían en la Universidad como legado del movimiento estudiantil y popular de 1968. Precisamente, en asamblea del comité de lucha estudiantil de la escuela, realizada el 5 marzo de 1973, se acordó que el instituto fuese transformado en escuela preparatoria por cooperación, que se buscase su incorporación a la uap y que ahora llevase el nombre del ingeniero Enrique Cabrera, en merecido homenaje a este defensor de la reforma universitaria que había sido asesinado dos meses atrás. La escuela se sumó a la defensa de la Universidad contra la agresión de que era objeto por parte del gobernador Gonzalo Bautista O’Farrill.

Más adelante, el 12 de abril del mismo año, con el apoyo del secretario general de la uap, Vicente Villegas Guzmán, siendo rector el químico Sergio Flores Suárez y director de la escuela el licenciado Joel Méndez Ríos, el consejo universitario acordó que la preparatoria fuese incorporada a la Universidad y que sus estudios fuesen reconocidos por esta institución. Para ello contaron con la asesoría de un grupo de estudiantes de carreras profesionales que, además, se prestaron a colaborar como profesores sin sueldo. Así funcionó la escuela durante los años de 1973, 1974 y mediados de 1975.

Prolegómenos de la integración

En julio de 1975, con la renuncia del director, Edgar Armenta Castro, tomó la dirección el grupo denominado Frente Estudiantil Popular (fep), que comenzó a solicitar la integración de la preparatoria a la uap. Con el tiempo, el fep se convertiría en la filial universitaria del Partido Socialista de los Trabajadores (pst), organización asesorada por exiliados sudamericanos y que se contraponía frontalmente con el Partido Comunista Mexicano (pcm) que era hegemónico en la Universidad. A esta confrontación contra el pcm se agregaron los profesores de la escuela afiliados al Grupo Comunista Internacionalista (gci), de filiación trotskista, encabezados por el psicólogo Ramón Patiño Espino.

En 1975 se generó un alto número de rechazados en la preparatoria diurna Benito Juárez. El fep-pst decidió absorber a todos ellos en la Enrique Cabrera que, acto seguido, fue declarada preparatoria popular, exentando el pago de las cooperaciones que anteriormente realizaban los alumnos. Aparte del objetivo expreso de brindar educación al pueblo, la finalidad de esta medida fue la de tomar fuerza en la Universidad, presionar a sus autoridades e imponer en el consejo universitario a gente que les fuese afín.

Aunque la petición de que la escuela fuese integrada a la Universidad era insistente, esta propuesta fue rechazada en diversas ocasiones porque no se cubrían los requisitos académicos y administrativos requeridos para ello. Para acceder, el consejo universitario puso como condición que se realizase una auditoría, para comprobar el correcto manejo de sus recursos económicos, y que se efectuasen exámenes por oposición con el objetivo de que fuese conformada una planta docente que respondiese a las necesidades académicas del nivel medio superior universitario.

El 6 de abril de 1976, una comisión de la preparatoria, formada por Amelia Marín Vidal, Guillermo Nares Rodríguez, Rosa María Alcalá, Natalia Montserrat Sardá Cué, Alejandro Cruz, José Antonio Barroso, Genaro Piñeiro López y Javier González Carlos, volvió a solicitar que el asunto de la integración fuese tratado en el consejo universitario toda vez que ya se habían cubierto los requisitos demandados por la Universidad. Esta petición no pudo ser atendida de manera inmediata pues en esos días la revisión del contrato colectivo acaparaba la atención del consejo.

La toma del Carolino y sus consecuencias

El 27 de abril de 1976, un grupo armado del fep-pst tomó por asalto el edificio Carolino con la intención de capturar a los principales dirigentes universitarios, la mayoría de ellos miembros del pcm, y de esta manera romper la hegemonía que este partido ejercía sobre la Universidad, revirtiendo la construcción de la universidad democrática, crítica y popular que en esos días estaba en proceso. Merced a la movilización de la inmensa mayoría de los universitarios en respaldo a sus autoridades, el movimiento fracasó y pocos días después el fep-pst desalojó el edificio, siendo sus dirigentes expulsados de la institución.

A consecuencia de esto, la imagen de la preparatoria Enrique Cabrera quedó muy deteriorada ante la comunidad universitaria y el rector Luis Rivera Terrazas, miembro destacado del pcm, adoptó hacia ella una actitud de franco rechazo pues la escuela fue considerada como uno de los centros de organización de quienes habían asaltado el edificio central de la Universidad.

La verdad es que esto se había fraguado en reuniones realizadas en la casa de un médico apellidado Vargas, ubicada en la esquina de 2 oriente con el boulevard Héroes del 5 de Mayo. La preparatoria sólo sirvió para que de ahí partieran los asaltantes. En estas circunstancias, la escuela estuvo nuevamente al borde de la desaparición.

Dado que no todos los preparatorianos comulgaban con el fep-pst ni todos los integrantes de esta organización estuvieron de acuerdo con la toma del Carolino, en el interior de la preparatoria se generó una fuerte discusión que llevó a un análisis autocrítico y a la reconsideración de la línea política que hasta ese momento había seguido la escuela.

Como resultado, cambió la orientación de la preparatoria que se incorporó a las luchas enarboladas por la uap, recalcándose en todo momento la similitud del sentir preparatoriano con el universitario y tomando como propias tanto la lucha universitaria como la línea general seguida por la institución.

Para dejar esto consignado, el 31 de agosto de 1976, la preparatoria Cabrera dirigió un oficio al rector de la uap en el que quedó claramente especificado el cambio de actitud política que se había generado en la escuela.

La integración

En asamblea general de la preparatoria realizada el 1º de diciembre de 1976 se nombró una comisión, formada por los profesores Guillermo Nares Rodríguez, Natalia Montserrat Sardá Cué y Javier Peregrino, cuya tarea sería la de realizar las negociaciones y trámites necesarios ante las autoridades universitarias para concretar la integración a la uap.

El rector, desconfiando de las intenciones de la comisión, puso como condición que ingresase a la preparatoria un determinado número de profesores afiliados al pcm y que la coordinación general provisional de la escuela recayese en alguno de éstos.

Fue así que ingresaron a la preparatoria, entre otros, los profesores Jovita Viveros Olivera, Gilberto Islas Cruz, Pilar Torija, Javier Guevara Martínez, Tomás Guevara Martínez y Jorge Chávez Ramírez, quienes conformaron la célula Palmiro Togliatti del Partido Comunista. Se acordó también que la coordinación de la escuela recayese en Javier Guevara Martínez.

Una vez que estos acuerdos fueron adoptados de manera extraoficial, se procedió a la firma, en marzo de 1977, del convenio de integración entre el rector, Luis Rivera Terrazas, y la comisión negociadora.

Seis meses después, en la sesión ordinaria del consejo universitario celebrada el 6 de septiembre de 1977, se adoptó el siguiente acuerdo:

POR UNANIMIDAD DE VOTOS: que a partir de esta fecha la Escuela Preparatoria Popular «Enrique Cabrera Barroso» de esta ciudad queda reconocida como una preparatoria más de la Universidad Autónoma de Puebla.

También se acordó ratificar el nombramiento del coordinador y que posteriormente se llevase a cabo un proceso de reorganización para determinar la forma de gobierno de la preparatoria.

A partir de ahí, la escuela se vio inmersa de lleno en la política universitaria y marchó al ritmo de los vaivenes que ésta fue generando, pero manteniendo siempre una posición progresista y noble tanto en lo académico como en lo político. Como muestra de ello, en 1982 se concedió apoyo a los hijos de los exiliados y perseguidos políticos por las dictaduras militares de América Central y Sudamérica (El Salvador, Chile y Argentina), inscribiéndolos como alumnos en esta escuela y condonándoles el pago de inscripción.

Aspectos académicos

Lo académico ha sido motivo de superación permanente en la preparatoria. En el momento de su integración a la uap la escuela carecía de un nivel óptimo pues muchos de los profesores eran estudiantes de carreras profesionales y muy pocos eran titulados. En enero de 1980 el secretario académico, Jorge Chávez Ramírez, puso en práctica un proyecto de trabajo para mejorar este fundamental aspecto y como resultado se creó la Comisión de Reforma Académica (cra), cuyos trabajos comenzaron el mes de marzo con la elaboración de un diagnóstico encaminado a conocer hasta que punto los objetivos y los programas de estudio del bachillerato universitario correspondían con el proyecto de universidad democrática, crítica y popular, que en aquellos días mantenía la institución.

A consecuencia de los trabajos de la cra, se impulsó la titulación de los profesores, se regularizaron y unificaron los contenidos programáticos de las diversas asignaturas, se profesionalizó la planta docente al crearse diversas plazas de medio tiempo y tiempo completo y se entró en un acelerado proceso de superación académica.

A partir de 1985, cuando la preparatoria contó ya con un espacio adecuado para la realización de actividades académicas extracurriculares, se desarrollaron en ella talleres de grabado, serigrafía, dibujo y pintura, rondalla, danza folklórica y cine club, siendo pionera esta escuela en la enseñanza de la computación, aún cuando esta asignatura todavía no formaba parte del plan de estudios del bachillerato universitario.

Al inicio de la década de 1990, se presentaron momentos de transición para la Universidad ya que, después del período de inestabilidad política por el que había atravesado la institución, se avanzó hacia la estabilidad y su actividad fue reorientada, imponiéndose en todas las instancias universitarias un trabajo más sistemático y riguroso en el que se le dio preeminencia a lo académico sobre lo político, todo lo cual se vio reflejado en la actividad de la escuela.

Este ritmo de trabajo académico se ha mantenido a lo largo del tiempo y son incontables los cursos, conferencias, simposia, mesas redondas y demás actos académicos que ahí se han realizado encaminados a la permanente superación de los estudiantes y de su planta docente.

Como consecuencia del trabajo desarrollado, los puntajes promedio que los egresados de esta escuela han obtenido de 1997 a 2002 en el examen de admisión a las unidades académicas profesionales han sido los siguientes:

Año Puntaje

1997 595 puntos

1998 695 puntos

1999 716 puntos

2000 715 puntos

2001 719 puntos

2002 752 puntos

El porcentaje de aceptación de sus egresados en las escuelas profesionales y facultades de la buap desde que se inició la aplicación del examen del College Board ha quedado como sigue:

Estas cifras denotan la constante preocupación que tanto la dirección de la escuela como la planta docente y el alumnado han mantenido por la elevación de sus resultados académicos, constituyendo esto el quehacer central de la escuela.

Actualmente, esta unidad académica es pionera en la enseñanza de la lengua francesa, así como en el pasado lo fue en la enseñanza de la computación.

Epílogo

Del somero relato de las vicisitudes por las que ha atravesado esta preparatoria y de los resultados hasta hoy obtenidos en ella, se puede concluir que ha cumplido con los objetivos para los que fue creada y que, al igual que las demás unidades académicas del bachillerato universitario, ha contribuido a demostrar que la educación media superior puede y debe seguir formando parte de las estructuras académicas universitarias, pues las preparatorias constituyen los cimientos sobre los que se levanta el edificio de la educación superior, tanto en nuestra entidad como en el país.

Enrique Cabrera en la cárcel municipal

Enrique Cabrera Barroso fue dos veces encarcelado en esta ciudad: la primera de ellas el 14 de junio de 1961 por su participación en el movimiento de reforma universitaria y, pese a la demanda estudiantil de que fuese inmediatamente liberado, permaneció en la cárcel hasta el 22 de agosto de 1962.

La segunda ocasión fue el 15 de julio de 1966 porque, aparte de su participación en las luchas universitarias, se había involucrado en otras luchas sociales que no convenían al régimen. Los cargos que se le hicieron fueron, entre otros, los de asociación delictuosa, ataques a las vías generales de comunicación, resistencia de particulares, delitos contra funcionarios públicos, vagancia, malvivencia, robo y fraude, siendo liberado hasta finales de 1967.

Durante su segunda estancia en la prisión de San Juan de Dios, que se encontraba en la 5 de mayo entre 16 y 18 poniente, escribió el libro Cárcel Municipal, que fue publicado por Ediciones de Cultura Popular y al que corresponden las siguientes citas:

Nunca he sido culpable de ninguno de los diez delitos que malévolamente me han imputado las gentes perversas interesadas en negar el presente, el pasado y el futuro de esta Patria nuestra.

Llegué a la prisión escoltado por fieros agentes a eso de las dos de la tarde; iba inmensamente conmovido por el ruido de los disparos que unos minutos antes me hicieron mis captores al pretender huir de ellos en una de tantas calles de esta ciudad que me vio nacer.

Qué paradójico es esto —pensé— Mientras muchos presos tenemos profundas aflicciones, por las calles corren presurosas en busca del santo rosario las católicas damas... y la vida sigue como siempre.

La cárcel como lugar de castigo y segregación, es un sitio aislado del resto de la sociedad que se presta para los peores abusos y la explotación más inicua que se conoce.

Continuamente aumenta y aumenta la población de la cárcel, nunca disminuye.

Su caso es imposible arreglarlo... (le dicen los abogados a cualquier preso) pero en fin, haré la lucha; necesito diez mil para empezar. Si usted no los tiene, quizá tenga alguna casita u otra cosa... eso es muy fácil.

Todos los domingos y fiestas de guardar, como lo manda el Señor, o entre semana y a cualquier hora, llegan las aristócratas damas católicas, congregantes de la fe y el cristianismo. Su presencia es tumultuosa; van quizá en disputa de alguna primera página de sociales donde semana a semana aparecen en exhibición sarcástica.

Dadas las cinco de la mañana el jefe de talacheros llega hasta las galeras para despertar a los castigados... ya se imaginan las mentadas que se lleva el pobre... Pero en fin, antes de las cinco y cuarto, un ejército de escobas barre y realiza el aseo.

Algo que aterra a los agentes policiacos, es dar con sus huesos en la cárcel. Aquí se encuentran sus antiguos clientes, lo mismo el vulgar ratero que el feroz homicida.

Si hay algo que los presos esperan con ansiedad rayana en el nerviosismo, es el día de visita... La mirada de todos los detenidos se clava por horas en la puerta de salida: siempre esperando la visita de la mujer, de los hijos, de los familiares y de los amigos; o bien la noticia de la marcha de los procesos y las dificultades que se presentan.

La esperanza nunca se pierde... quizá mañana, pasado mañana o dentro de un mes... recobre la parte de mi vida que me han quitado... LA LIBERTAD.

Durante el gobierno de Gonzalo Bautista O’Farril, Enrique Cabrera Barroso murió asesinado el 20 de diciembre de 1972, a las diez y media de la noche, cuando llegaba a su domicilio... Hasta este momento, nadie ha sido consignado por ese crimen.

 

  »Gacetas 2002

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