Año 5, número 3
Heroica Puebla de Zaragoza a 14 de febrero de 2002

Escuela Preparatoria

2 de Octubre de 1968

Por Walter Fernado Vallejo Romero

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a preparatoria 2 de Octubre de 1968 no podría explicarse sin el esfuerzo de dos comunidades del sur del municipio de Puebla: Mayorazgo y Concepción Guadalupe, que se empeñaron en crear una escuela para los hijos de las clases humildes que ahí habitan; la labor de una profesora normalista rural, Emelia Villegas viuda de Tirado, creadora de la Secundaria José de la Mora, antecedente de la 2 de Octubre; el esfuerzo de una pléyade de profesores, normalistas y universitarios, que vencieron todos los obstáculos interpuestos a su labor docente, y el compromiso de la UAP de llevar su tarea educativa a todas las esferas de la sociedad. Sin todas estas místicas conjugadas, hubiera sido impensable la existencia de una escuela que hoy es, en número de alumnos, la tercera de las preparatorias universitarias.

El crecimiento y progreso de la ciudad han ubicado a la 2 de Octubre en el límite entre el desarrollo comercial Angelópolis y la comunidad de Concepción Guadalupe. No será raro que pronto cambie el perfil de sus alumnos y a esta escuela acudan los hijos de las clases acomodadas de otras colonias circunvecinas de alto nivel económico.

Sin embargo, los orígenes de la preparatoria poco tienen que ver con las expectativas que hoy se le vislumbran. Es necesario no perder de vista su historia pues, de hacerse así, podría incurrirse en el error de cambiar diametralmente su objetivo original y privar a las clases populares del sur de la ciudad de un muy necesario centro educativo.

De Secundaria a Preparatoria

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a mejor fuente de información acerca de los antecedentes del edificio que ocupa la preparatoria 2 de Octubre, son las Memorias de la Escuela Secundaria José de la Mora*, escritas por la profesora Emelia Villegas, de donde se tomaron los siguientes datos:

En 1962, el senador Donato Bravo Izquierdo invitó a la profesora Villegas a apoyar la campaña electoral para diputado federal del secretario general del Sindicato de Trabajadores de la Industria Textil y Similares de la R.M. (STITSRM), Francisco Márquez R. Al resultar electo, la maestra le solicitó su apoyo para la creación de una secundaria en Mayorazgo, lo que le fue concedido.

Ese mismo año, la profesora hizo llegar a la SEP federal su proyecto para la creación de la mencionada escuela, que funcionaría provisionalmente en la primaria Manuel Ávila Camacho. La empresa Atoyac Textil y la sección 10 del STITSRM aportarían una cooperación para su funcionamiento. Aprobado el proyecto, la José de la Mora abrió sus puertas el 24 de enero de 1963. El nombre de la secundaria fue un homenaje de respeto, admiración y gratitud al dueño de la mencionada fábrica textil.

Inmediatamente comenzaron los trámites de federalización, con el apoyo de los padres de familia y los líderes de la sección 10 del STITSRM, destacándose el de los señores Amado Brito, Rogelio López, Pedro Garita y Rebeca Hernández, que unieron sus esfuerzos a los de doña Emelia. La SEP condicionó la federalización a que la escuela contara con un terreno propio y un edificio escolar.

El 22 de marzo de 1970, la Junta de Mejoramiento Moral, Cívico y Material del Municipio de Puebla (JMMCMMP), presidida por don Abelardo Sánchez, obtuvo del doctor Roberto Real Encinas la donación de un terreno en Mayorazgo para la construcción de la escuela. Por su parte, la SEP, el CAPFCE y el Gobierno del Estado deberían realizar los estudios y proyectos necesarios para la obra, lográndose que en 1971, ¡por fin!, fuese incluida en el plan de construcción lo que iba a ser la Secundaria Federal Nº 1. Para ello, era necesaria la cooperación económica de los colonos y los padres de familia de la escuela en un 30% del costo total.

Reunir la cantidad exigida por las autoridades era difícil porque las dos comunidades son de gente humilde, lo cual frenó algún tiempo la construcción y originó que, en 1973, el doctor Real retirara la donación del terreno. Ese mismo año, la sección 10 retiró el apoyo económico que brindaba, lo que sumió a la escuela en una crisis económica.

En 1975, la JMMCMMP pidió a la profesora que reorganizara el Patronato Pro Construcción de la Escuela y volviera a pedirle al doctor Real la donación del terreno, pero don Roberto no se dejó convencer. Esto y el hecho de que los directivos de la primaria Ávila Camacho se negaran a que la secundaria siguiera funcionando en sus instalaciones, originó la necesidad de rentar una casa en la que se habilitaron aulas provisionales.

Aquí entró al relevo don Luis Chiquito, comisario ejidal de Concepción Guadalupe, comunidad vecina de Mayorazgo también conocida como La Frontera y separada de la colonia por el río Atoyac, quien, en reunión de ejidatarios, logró el acuerdo de que fuese donado un terreno para la construcción de la secundaria.

En 1977, la escuela fue trasladada a Concepción Guadalupe sin importar que, para llegar a ella, los alumnos y profesores tuviesen que atravesar por un puente colgante. Se contaba con que, con el tiempo, se construiría uno que fuese adecuado para el paso de autos y camiones.

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Aspectos de la construcción de las aulas que hoy ocupa la Preparatoria 2 de octubre de la Universidad Autónoma de Puebla, 1980. Foto tomada del libro Memorias de la Escuela Secundaria José de la Mora 18 años de lucha, de Emelia Villegas viuda de Tirado.

En 1980, la profesora Emelia dejó la dirección a su hijo Oscar Tirado Villegas, quien fungía como subdirector. El 5 de junio, la maestra falleció en la ciudad de México.

La nueva directora fue la profesora Francisca Vargas Cabrera, quien continuó con las gestiones para lograr la federalización que se consiguió hasta 1981, cuando adoptó el nombre de Secundaria Federal Nº 6, Valentín Gómez Farías.

La SEP no consideró a los docentes de la José de la Mora y contrató personal diferente. Lo nuevos profesores estuvieron en desacuerdo con la ubicación de la escuela, por la necesidad de cruzar el puente colgante y, por esto, su director gestionó que se trasladara al edificio de la Normal Superior. Más adelante se instaló en San Baltazar Campeche, donde hasta hoy se ubica.

En Concepción Guadalupe fue fundada una nueva secundaria, la Federal Nº 7, Jorge Murad Macluf, pero al director tampoco le gustó el lugar, trasladándose también al edificio de la Normal Superior, ocupando los lugares que acababa de dejar vacíos la secundaria Nº 6. Hoy, esa escuela se ubica en la colonia Mayorazgo.

El profesor Oscar Tirado expuso la situación prevaleciente a los señores Agustín Rocha, presidente de los padres de familia, y Luis Chiquito Flores, comisario ejidal. A resultas de esto, se decidió cambiar a la SEP por la UAP, ofreciendo el terreno y las edificaciones de la secundaria para que ahí se trasladase la preparatoria 2 de Octubre de 1968, que se encontraba itinerante y requería de un edificio propio. El profesor Tirado y los ejidatarios se entrevistaron con el rector de la universidad, Alfonso Vélez Pliego, que aceptó la donación, posteriormente oficializada por escrito del 17 de febrero de 1982, firmado por los profesores Oscar Tirado Villegas y Francisca Vargas. La donación consistió en una hectárea de terreno, ocho aulas en dos módulos, en los que hoy se ubican los laboratorios de física, química y biología, así como el gabinete dental de la preparatoria, y sanitarios en ambos módulos.

De manera paralela a la donación, don Luis Chiquito y don Agustín Rocha, solicitaron que en la preparatoria se pusiera un módulo del Hospital Universitario, pues la mayoría de los habitantes de la colonia no contaban con Seguro Social o ISSSTE. esta petición fue aceptada y hasta la fecha funciona dentro de la escuela un gabinete dental que da servicio casi gratuito.

También pidieron que se concedieran dos plazas de consejería para familiares de don Luis Chiquito y de don Agustín Rocha, petición que fue aceptada y cumplida; que la UAP publicara las memorias de la secundaria José de la Mora, puesto que eran parte de la historia del edificio que se donaba. Esta petición fue aceptada pero nunca cumplida. Fue hasta septiembre de 2001 cuando las Memorias aparecieron publicadas, en edición pagada por los hijos de Emelia Villegas.

Por último, solicitaron que la escuela, o algún salón de clases, llevara el nombre de la maestra, y que fuese respetada la placa conmemorativa puesta en su honor.

El rector Vélez Pliego, en oficio del 30 de junio de ese año, se comprometió a respetar los puntos anteriores y así, el 1º de julio de 1982, fue formalmente clausurada la secundaria José de la Mora. El rector Alfonso Vélez estuvo presente en el acto, acompañado por cerca de un millar de estudiantes de la 2 de octubre y recibió los documentos oficiales de donación del inmueble.

El 17 de febrero de 2002 se cumplieron veinte años de la donación, a partir de la que comenzaría la nueva etapa de la Preparatoria 2 de Octubre de 1968, en el terreno y edificio que tiene hasta la fecha. Después habría nuevas edificaciones y la adquisición de media hectárea de terreno más, utilizada para campo deportivo.

 

Creación y Desarrollo de la Preparatoria

Por Walter Fernando Vallejo Romero y Cecilio Rosales Carreón

n 1981, durante el rectorado del ingeniero Luis Rivera Terrazas, la UAP se enfrentó con el problema de que sus preparatorias no contaban con cupo para atender a la totalidad de los aspirantes a ingresar y faltaba lugar para dos mil 760 de ellos.

En aquellos días se mantenía el criterio de que a la universidad deberían ingresar todos los estudiantes que así lo solicitaran, con la única condición de que hubieran terminado los estudios precedentes. La solución a este problema se convirtió en una necesidad urgente.

A propuesta de los coordinadores de las preparatorias, expresada por el licenciado Edmundo Perroni Rocha, de la preparatoria Emiliano Zapata, en la sesión de 13 de julio de 1981 del Consejo Universitario, se acordó crear una nueva preparatoria urbana y gestionar los recursos necesarios para la construcción del edificio de esta escuela, que debería comenzar a funcionar en agosto de ese año. Para coordinar los trabajos correspondientes, el consejo designó a los coordinadores de las preparatorias entonces existentes para que formaran la Comisión de Planificación de la Nueva Preparatoria Urbana (Más conocida como la Comisión Coordinadora Provisional). En la práctica, la coordinación recayó sobre los secretarios administrativos nombrados a propuesta de la comisión: el licenciado Manuel Urrutia García y el arquitecto Miguel Moreno Muñoz, que se encargaron de organizar la administración y la vida académica de la escuela.

Para instalar a la nueva preparatoria, la universidad rentó el edificio de la normal privada Justo Sierra, (Bulevar Valsequillo Nº 70), ubicado en el mismo lugar donde hoy se encuentra la Facultad de Contaduría Pública y que en aquellos días se encontraba en condiciones deplorables.

La escuela inició sus actividades el 25 de septiembre de 1961, con dos mil 468 alumnos distribuidos en treinta y nueve grupos: 25 matutinos y 14 vespertinos, atendidos por una planta docente de catorce profesores con categoría de medio tiempo y setenta y seis de hora clase.

Aparte de su deterioro, el problema con el edificio consistía en que su dueño, Rafael Garrido, se negaba a dejar de utilizarlo de vivienda y mantenía una marcada animadversión hacia los estudiantes preparatorianos, con los que generaba frecuentes enfrentamientos.

Esto hizo crisis cuando se traslaparon los calendarios escolares de la UAP y de la SEP. El edificio de la Justo Sierra era alquilado anualmente por la Secretaría de Educación Pública para los cursos de verano de sus profesores y, para los de 1982, el dueño exigió el inmediato desalojo de la preparatoria, aunque todavía había clases en ella. Los directivos, profesores y estudiantes de ésta se negaron a tal pretensión pues la escuela no tenía donde ir, además de que acceder significaría perder el semestre escolar.

Se realizaron diversas movilizaciones estudiantiles para presionar al gobierno para que liberara los recursos necesarios para la construcción de un edificio para la escuela e, incluso, se amenazó con trasladar a los alumnos a tomar clases en algún edificio público. Finalmente, la SEP accedió a prestar provisionalmente el edificio de la Secundaria Federal Nº 2, Tierra y Libertad, de San Baltazar Campeche, para que ahí concluyera la preparatoria su semestre escolar. El traslado se realizó en una veintena de camiones urbanos tomados por los estudiantes y algunos vehículos de carga alquilados. Antes de retirarse, los estudiantes rompieron a pedradas todos los cristales del edificio, lo cual fue muy criticado en la prensa local.

Buscando solución al problema, la universidad realizó gestiones para comprar el edificio de la antigua Academia Militarizada Ignacio Zaragoza, en la 9 norte y 10 poniente, pero, cuando parecía que la negociación estaba por concluir, los dueños se retractaron y cancelaron lo dialogado, quedando la preparatoria con el problema de encontrar un lugar donde ubicarse.

La universidad negoció entonces, por conducto del licenciado José Doger, secretario de rectoría, la adquisición del inmueble de la normal Justo Sierra, con un costo total de 22 y medio millones de pesos. La compra incluía una hectárea de terreno, 29 aulas y una biblioteca edificadas. Una vez concluida la operación, se habilitaron algunas aulas como laboratorios de física, química y biología y nuevamente se trasladó ahí la preparatoria, que comenzó a funcionar en el edificio recién adquirido con cincuenta grupos académicos. No todo el edificio fue para esta escuela pues ahí se trasladó también el Departamento de Idiomas, hoy licenciatura en Lenguas Modernas.

Por otra parte, el 17 de febrero de 1982, los ejidatarios de San Bernardino Tlaxcalancigo donaron a la UAP una hectárea de terreno de la comunidad de Concepción Guadalupe, para que fuese instalada una preparatoria universitaria en donde antes había funcionado la secundaria José de la Mora y habían sido fundadas las secundarias federales Valentín Gómez Farías y Jorge Murad Macluf. La entrega material se demoró hasta la conclusión del año lectivo, el 1º de julio de 1982.

El 13 de mayo de 1982, el Consejo Universitario aprobó una partida de 18 millones 273 mil pesos para la construcción del edificio que requería la nueva preparatoria. La primera etapa concluyó el 9 de marzo de 1983 y, a partir de esto, se pudo realizar el traslado del antiguo edificio del Bulevar Valsequillo al de Concepción Guadalupe.

Para el 15 de febrero de 1983, el secretario administrativo Miguel Moreno Muñoz presentó su irrevocable renuncia al cargo, solicitando su reincorporación a sus plazas de base, de medio tiempo «A» en la preparatoria urbana Enrique Cabrera y de profesor hora-clase en la preparatoria Benito Juárez. Con esto, la responsabilidad íntegra de la conducción de la escuela quedó en manos del licenciado Urrutia.

El inicio de actividades en el nuevo edificio se efectuó el 29 de marzo de 1983, pero los estudiantes que habían ingresado en la sede del Bulevar Valsequillo se negaron a trasladarse a tomar clases en Concepción Guadalupe pues estas instalaciones se encontraban muy alejadas del lugar original de la escuela. La salomónica solución que se adoptó fue la de que los estudiantes de nuevo ingreso asistiesen al nuevo edificio mientras que los anteriores continuarían en el antiguo inmueble hasta su egreso del bachillerato, funcionando la preparatoria en dos sedes durante dos años. Las actividades en Concepción Guadalupe comenzaron con ochocientos ochenta y siete alumnos de nuevo ingreso, distribuidos en siete grupos matutinos y ocho vespertinos.

El 3 de febrero de 1984, por primera vez se efectuaron elecciones por votación universal, directa y secreta, para nombrar al coordinador general de la escuela, resultando electo el ingeniero Cecilio Rosales Carreón. Esta etapa estuvo marcada por una intensa actividad académica coordinada por el Departamento de Promoción Académica (DPA) de la escuela, que fue creado a partir de una iniciativa del secretario académico, el doctor Reginaldo Hernández Vizcarra. El DPA, que funcionó como centro de asesoría para profesores y alumnos y también como centro de investigación educativa, fue un proyecto único en su género y sirvió de modelo para otros departamentos y centros de investigación similares en otras preparatorias.

La segunda etapa de construcción fue entregada el 2 de octubre de 1984, un segundo módulo de quince aulas de las que se acondicionaron dos para que funcionara la biblioteca, en el mismo espacio que actualmente ocupa la sala de conferencias.

Un año después, el 2 de octubre de 1985, las autoridades universitarias entregaron un módulo de tres laboratorios para física, química y biología, que fueron construidos en las instalaciones que anteriormente habían ocupado las escuelas secundarias precedentes. Junto con este módulo se inauguraron también dos pequeñas canchas deportivas y un estacionamiento.

La construcción de la biblioteca de la escuela demoró dos años más y fue el 5 de octubre de 1987 cuando fue inaugurada. Ese mismo año, en las elecciones del 14 de septiembre de 1987, el ingeniero Cecilio Rosales fue nombrado por segunda ocasión para ocupar la coordinación general de la escuela.

Tres años después, el 14 de septiembre de 1990, en el proceso electoral para renovar la coordinación de la escuela, el químico José Rutilio Márquez López fue designado coodinador. En su período, el DPA tuvo una segunda etapa de actividad intensa, realizando cursos de apoyo a la educación para profesores y estudiantes, mesas redondas y diversos simposia. Sin embargo, por la modificación del plan de estudios del bachillerato universitario, fue necesario que sus últimos integrantes se incorporaran a otras actividades, desapareciendo esta importante instancia de apoyo académico.

De acuerdo con la nueva Ley de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, aprobada por el Congreso del Estado el 19 de abril de 1991, las coordinaciones de las escuelas fueron sustituidas por las actuales direcciones y se modificó el período de los directivos de tres a cuatro años. En este marco, el 27 de septiembre de 1993, se realizaron las elecciones para sustituir al coordinador por un director, siendo electo el licenciado en letras Gustavo Benavides Benavides. Durante su período, fueron puestos en marcha el laboratorio de computación para alumnos, el laboratorio de inglés multimedia y el laboratorio de computación para profesores (master lab), además de reactivar la actividad del antiguo DPA, ahora denominado Centro de Apoyo y Servicios Educativos (CASE). En 1997, Benavides renunció al cargo faltando tres meses para la conclusión de su período, siendo sustituido provisionalmente por el ingeniero Cecilio Rosales Carreón.

En las elecciones de septiembre de 1997, fue nombrado director el ingeniero José Toxqui Hernández, quien renunció a su cargo en enero de 2000, sustituyéndole la licenciada en filosofía Teresa Cabrera González, quien sigue fungiendo en la actualidad, como resultado de las elecciones de octubre de 2001. La escuela funciona actualmente con 43 grupos académicos repartidos en veintiún matutinos y veintidós vespertinos.

Los nombres de la escuela,

la biblioteca y la sala de conferencias

Por Cecilio Rosales Carreón

a preparatotia 2 de Octubre de 1968 es, hasta donde sabemos, la única escuela en el país que lleva ese nombre. Su biblioteca se denomina Ernesto «Ché» Guevara y el nombre de su sala de conferencias es el de Mártires de Tlatelolco. ¿Cómo fue que se adoptaron las decisiones de designarlas con estos nombres?.

Cuando la preparatoria fue fundada, aún quedaban ímpetus suficientes del movimiento de reforma universitaria como para que los jóvenes se encontrasen contagiados de la mística revolucionaria que caracterizó a los universitarios de los años sesenta y setenta. El marxismo era la filosofía casi oficial de la UAP y todas las asignaturas eran estudiadas a la luz del materialismo dialéctico e histórico. Fue dentro de este ambiente como se tomaron los acuerdos de designar con esos nombres a las entidades universitarias mencionadas.

En un principio, la 2 de Octubre no tenía nombre y únicamente era conocida como la preparatoria nueva urbana. Después recibió el del entonces rector Ingeniero Luis Rivera Terrazas pero, finalmente, se decidió buscar una designación diferente. Esta decisión se debió a que se tenía la idea de que las escuelas e institutos universitarios debían llevar los nombres de quienes hubiesen dado la vida por la reforma universitaria, lo cual no era el caso del rector.

El 9 de enero de 1982, la Comisión Coordinadora Provisional convocó a concurso para darle nombre a la escuela. Entre los requisitos del nombre se encontraban los de que debía identificarse con los principios de la UAP, entendidos como los de la reforma universitaria, y corresponder a personalidades o grupos políticos extintos, de nacionalidad mexicana, latinoamericana o internacional, en ese orden de preferencias.

El fallo del jurado, integrado por cinco profesores, cinco estudiantes y cinco trabajadores, favoreció la denominación de 2 de octubre de 1968 y esto fue oficializado el 30 de junio de 1982 por el Consejo Universitario, por mayoría de votos, uno en contra y una abstención.

Respecto a la biblioteca, ésta funcionó originalmente en dos aulas adaptadas en el tercer módulo de la escuela y carecía de nombre. En septiembre de 1987, previo a la inauguración del nuevo edificio de la biblioteca, el rector, Alfonso Vélez, llamó al coordinador de la escuela para proponerle que, dado que estaban próximos a cumplirse veinte años de la muerte de Ernesto "Ché" Guevara, ocurrida el 8 de octubre de 1967, la biblioteca llevase su nombre. El coordinador aceptó la idea y, como que todavía no existían los Consejos de Unidad como órganos de consulta y toma de decisiones, consensó el nombre entre los profesores y estudiantes, obteniendo su aprobación unánime.

Así se rindió homenaje al guerrillero cubano de origen argentino, que luchó siempre contra las dictaduras patrocinadas por el imperialismo norteamericano, que comenzó sus actividades en Guatemala, fue desterrado a México, acompañó en sus andanzas revolucionarias a Fidel Castro, prosiguió su labor en Angola y murió asesinado cuando intentaba levantar en Bolivia un movimiento guerrillero, como el que había triunfado en Cuba a finales de la década de los cincuenta.

La biblioteca fue inaugurada y bautizada oficialmente el 5 de octubre de 1987. En la ceremonia de inauguración el presidium estuvo integrado por el ingeniero Luis Rivera Terrazas, ex rector de la universidad; el licenciado Alfonso Vélez Pliego, rector en funciones; el embajador de Cuba en México, José Fernández de Cossío, quien pronunció un emotivo discurso durante el acto; y el autor de éstas líneas, quien fungía como coordinador general de la escuela.

El nombre de Ernesto «Ché» Guevara sigue siendo el nombre oficial de la biblioteca. Así se encuentra registrada en la Dirección General de Bibliotecas de la BUAP y también en el Registro Nacional de Bibliotecas, de la Secretaría de Educación Pública.

Al ser desalojado el espacio que originalmente sirvió de asiento a la biblioteca, la coordinación decidió que dicho espacio fuese transformado en sala de conferencias a la que, para mantener una adecuada relación con el nombre de la escuela, se le denominaría Mártires de Tlatelolco. Esta idea también fue consensada entre los profesores, estudiantes y trabajadores, obteniendo el apoyo unánime de éstos. El rector también aprobó la idea y giró instrucciones para que la sala fuese dotada de sillería y equipo suficientes y rotulada con el nombre propuesto. La sala de conferencias fue inaugurada y bautizada oficialmente el mismo día que fue inaugurado el nuevo edificio de la biblioteca.

Los nombres son significativos porque, catorce años después de los hechos de la Plaza de las Tres Culturas, esta preparatoria fue la primera escuela en el país, y hasta el momento la única, que lleva en su nombre la fecha del mayor acto represivo en contra del movimiento estudiantil y popular de 1968.

Por otro lado, si bien es cierto que extraoficialmente muchas aulas y escuelas universitarias del país llevan el nombre del "Ché" Guevara, también lo es que la biblioteca de la 2 de Octubre fue de las primeras en ser bautizada oficialmente con ese nombre. Lo relativo al nombre de la sala de conferencias se encuentra en perfecta concordancia con el de la escuela. Todo esto denota una identificación de los directivos, profesores, estudiantes y trabajadores de las primeras generaciones de la preparatoria con los principios del movimiento democrático de 1968, verdadero parteaguas en la vida política mexicana, denotando también la identificación universitaria con las demandas democráticas de las clases populares, además de un anhelo de transformación radical del sistema social entonces imperante.

 

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