Año 7, número 1
H. Puebla de Zaragoza a 15 de enero de 2004

Publicaciones Universitarias

Por Francisco Humberto Sotelo Mendoza

 

N

uestra casa de estudios siempre ha manifestado un gran interés por el impulso a publicaciones que contribuyan tanto a la formación cultural de la comunidad universitaria como a estrechar los lazos de ésta con su entorno social. Aquí no pretendemos realizar un estudio histórico exhaustivo de dicha actividad, ya que ello desbordaría los límites de este espacio, aparte de exigir una investigación infinitamente más ardua y compleja. Nos limitaremos, por ello, a comentar la labor editorial de la institución en los tiempos actuales, esbozando con antelación algunas breves referencias acerca de cómo se realizó dicha actividad en épocas anteriores, sobre todo en el Colegio del Estado.

En primer término habría que señalar que no es sino hasta tiempos relativamente recientes que nuestra casa de estudios cuenta con una instancia propia dedicada a la labor editorial. Otrora publicaba de manera esporádica, aunque en determinados periodos de manera muy intensa, como sucedió, por ejemplo, en las últimas décadas del siglo xix, cuando nuestra casa de estudios era aún Colegio del Estado. En ese tiempo se publicaron libros memorables, como Elementos de Psiquiatría, del doctor Rafael Serrano, sin duda una de las eminencias más destacadas de la historia de Puebla en ese campo.

Ante la carencia de recursos de la institución, la actividad editorial recaía principalmente en la iniciativa independiente de alumnos y profesores, quienes se las ingeniaban para impulsar publicaciones que en unos casos financiaban ellos mismos o a través de la publicidad comercial, y en otros casos a través del apoyo del gobierno estatal. Es el caso, por ejemplo de la revista Don Quijote, órgano de los estudiantes del Colegio del Estado, la cual fue fundada en 1908 por un grupo encabezado por Rafael Cabrera, Gil Jiménez, Alfonso G. Alarcón y Luis Sánchez Pontón, miembros de una generación que, aparte de ejercer una influencia decisiva en la vida cultural, no sólo del colegio sino de todo el estado, se distinguió por desempeñar un papel fundamental en la Revolución de 1910, sumándose a la causa maderista.

La revista tenía una regularidad mensual, y un formato muy moderno, tipo tabloide. En sus páginas se publicaba poesía, ensayos literarios, artículos de ciencia y tecnología, comentarios de libros, y temas de actualidad. Sin duda es una de las mejores que ha tenido la universidad.

Portadas de la revista Don Quijote, años 1934

Don Quijote tuvo dos etapas; la primera se inició —reitero— en 1908 y culminó en 1911 1. La segunda se inició en 1934 y culminó en 1939, convirtiéndose en órgano de otra brillante generación, constituida por personalidades como Manuel Frías Olvera, Héctor Labastida, José Camacho, y otros destacados intelectuales de la década de los treinta y cuarenta. Sin temor a equivocarnos, podríamos aseverar que Don Quijote fue la revista más importante de nuestra casa de estudios en las primeras cuatro décadas del siglo pasado.

En 1925, en ocasión del primer centenario de la vida civil del Colegio del Estado, siendo presidente de la Junta Directiva de la Agrupación de Estudiantes del Colegio del Estado, Alberto Pérez Peña, tal organismo decidió celebrar tal fecha editando un libro “en el cual se haga figurar la historia de este benemérito plantel; sus dependencias, biografías de maestros, breves datos de los estudiantes, y en general todo aquello que tienda a difundir lo que es nuestra institución”. El proyecto culminó en el libro El Colegio del Estado de Puebla, en el primer centenario de su vida civil, 1925, constituido por varios trabajos, entre los que destacó en ensayo “Noticias históricas del Colegio del Estado de Puebla” (1578-1925), elaborado por Don José María Carreto, quien durante muchos años fue secretario de dicho plantel. En honor a su memoria el Archivo Histórico Universitario de la BUAP decidió ponerle su nombre al auditorio de sus instalaciones ubicadas en Reforma 531.

Portadas de la revista Don Quijote, años 1934

Tal obra es esencial para conocer la historia de nuestra institución en esa etapa. Los gastos de su edición corrieron a cargo del gobierno del Estado. Existe una edición facsimilar editada por la BUAP en 1998.

Poco después de transformarse el Colegio del Estado en Universidad de Puebla, en 1937, la institución publicó un documento muy importante denominado Prospecto 1938, documento muy valioso porque refleja el interés de la comunidad universitaria de aquella época por abrirle paso a un nuevo proyecto académico, cultural y administrativo que justificase la conversión del Colegio en Universidad 2. Gracias a ese trabajo podemos formarnos una idea de cómo era nuestra casa de estudios en el año de referencia, su estructura académica, administrativa, las carreras que ofrecía, etc., y lo que es más importante, es un documento que arroja mucha luz sobre la transformación del Colegio del Estado en Universidad de Puebla, etapa que precedió a la constitución de la Universidad Autónoma de Puebla.

En ese mismo año —1938— la naciente universidad intenta abrirle paso a un proyecto de publicaciones propias, el cual se inicia con la edición del libro El Calpulli. La Encomienda. El Cacicazgo en la economía mexicana actual, escrito por Carlos M. Ibarra, catedrático de la institución. En el prólogo, el entonces rector licenciado Manuel M. Márquez anotaba: “Con la presente publicación se inicia la serie de las que se propone editar la Universidad de Puebla. Tiene la rectoría a mi cargo, la intención de ir editando los trabajos de profesores y alumnos que, por su significación y méritos especiales, merezcan ser conocidos y difundidos de manera más amplia que en el simple círculo de amigos y compañeros, para así realizar en parte el programa de hacer llegar la acción universitaria a todos los lugares del país” 3.

En 1943 aparece el primer órgano oficial de la institución, que llevaba el título de Revista de la Universidad, la cual fue impulsada por el entonces rector de la Universidad de Puebla, doctor Raimundo Ruiz R. El jefe de redacción era el destacado poeta Antonio Esparza Soriano, y el secretario Ovidio Moreno, hijo del también célebre poeta Delfino C. Moreno. Su regularidad era mensual, y su formato era semejante al de un libro. Publicaba temas históricos, poesía, cuento, ensayos literarios, y diversos temas culturales y científicos. Se editaron 9 números, y duró año y medio 4.

A mediados de la década de los cuarenta surge el Grupo Cauce, que se propone renovar el ambiente cultural de Puebla, creando con tal propósito la revista del mismo nombre, de consuno con la Federación Estudiantil Poblana (FEP). En el número 19 de Tiempo Universitario ya hablamos de la importancia de dicha revista, y del gran impacto que ejercieron en la vida cultural de la entidad los miembros del grupo mencionado, entre quienes se encontraban Gastón García Cantú, Antonio Esparza Soriano, Juan Porras Sánchez e Ignacio Ibarra Mazari, todos ellos miembros del Seminario de Cultura Mexicana.
 

Portada del número uno de la revista mensual de la Federación Estudiantil Poblana y del grupo literario Cauce, 30 de agosto de 1945.

En noviembre de 1951 surge la Revista de la Asociación de Ex alumnos del Colegio del Estado y de la Universidad de Puebla, la cual se publicó hasta el año de 1955. Su regularidad era bimestral. Aparecía como director Manuel Ibáñez, como secretario Alberto Pérez Peña, y como tesorero Carlos Vergara Soto. El propósito de la revista era, como se señaló en su primer número, “crear un lazo de unión entre los ex alumnos del Colegio del Estado y de la Universidad de Puebla, que ahora están dispersos y apenas se conocen y saben dónde están. Cultivar el amor hacia nuestra antigua casa de estudios y procurar que ese amor se traduzca en hechos prácticos que aumenten su prestigio y redunden en beneficio de ella”. Se sostenía gracias a la publicidad comercial. Publicaba poesía, ensayos históricos, notas sobre las actividades de la institución, informes rectorales, y artículos acerca de las actividades de la Asociación de Ex alumnos del Colegio del Estado y de la Universidad de Puebla. Su regularidad era bimestral, publicándose hasta septiembre de 1959 (número 10).

Al llegar a la rectoría el doctor Bautista O’ Farril en 1952, éste decide revivir la Revista de la Universidad, designando a Juan Manuel Brito como director, y a Antonio Esparza Soriano como jefe de redacción. Se tomó como modelo la revista Romance, de refugiados españoles. Colaboraron en dicho órgano personajes como los pintores David Alfaro Siqueiros y Diego Rivera, así como otros destacados intelectuales de la época. Tenía tamaño tabloide, con bellas ilustraciones.

En 1959 el doctor Efraín Castro Morales y el licenciado Miguel Marín H. publicaron el libro Puebla y su Universidad, cuya edición fue patrocinada por el Patronato de la Universidad Autónoma de Puebla. Se trata de una obra que, sin afán de exagerar, se ha vuelto “canónica” para el conocimiento de la historia de nuestra máxima casa de estudios, abarcando desde la fundación del Colegio del Espíritu Santo hasta la génesis de la Universidad de Puebla (1957). El libro, aparte de su riqueza histórica, incluye un cúmulo de fotografías e ilustraciones representativas de los principales monumentos y sitios históricos de Puebla, incluyendo, desde luego, al edificio Carolino.

Al estallar en 1961 el movimiento de Reforma Universitaria en la UAP, sobreviene una etapa de profundos cambios y transformaciones en la vida académica, cultural y administrativa de la institución que conducen entre otras cosas al surgimiento, en 1963, de la primera editorial de nuestra casa de estudios, a la cual se le dio el nombre de Editorial Universitaria “Benito Juárez”.
 

Comunicación, universidades y profesionales, serie cuadernos de comunicación crítica, editado por la Dirección de Prensa y Relaciones Públicas de la uap.

El primer libro que ésta publicó fue Introducción a la Estética y Breve Historia del Arte, de Manuel Frías Olvera, que fue prologado por Manuel Lara y Parra, quien fue rector de la UAP de 1963 a 1965. Antes de ocupar este cargo se desempeñaba como Auxiliar de Prensa y Propaganda de la Junta de Gobierno, que en ese entonces era la principal instancia de gobierno de la Universidad Autónoma de Puebla. En ese material escribió: “Nuestra Editorial Universitaria es la primera realización de la mencionada ‘Reforma Universitaria’, y es también la primera realización en su tipo, en toda la larga vida de siglos de nuestra institución. Como tal, lleva la pretensión de constituirse en el mensajero auténtico del pensamiento revolucionario poblano y desea estimular en esta forma a muchos valores humanos que de otra manera permanecerían ocultos dentro de su cátedra para ser olvidados después de su muerte, como tantos otro maestros que han existido en el devenir de la historia universitaria. Este camino ha de ser la vía por la cual la Universidad Autónoma de Puebla llegue efectivamente a ser la máxima casa de estudios en el estado” 5.

Una vez que arriba Lara y Parra a la rectoría se le brinda un gran impulso a la labor editorial, que lamentablemente en años posteriores se truncó debido a las vicisitudes que enfrentó el proceso de Reforma Universitaria ante el rechazo de que fue objeto por parte de las fuerzas más retrógradas de la entidad.

Departamento de publicaciones

Portada de la Revista de la Asociación de Exalumnos del Colegio del Estado y de la Universidad de Puebla, año 1, número 1, noviembre de 1951.
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n julio de 1973 se fortalece de manera notable el movimiento de Reforma Universitaria, provocando con ello el arribo a la rectoría del químico Sergio Flores Suárez, hombre totalmente identificado con los ideales del mismo. Aparte de distinguirse por su energía y valor frente a los enemigos de la institución, comprendió que el desarrollo académico y cultural de la misma atravesaba por el impulso al fomento editorial. Es así como respalda los proyectos de publicaciones del Departamento de Prensa y Relaciones Públicas, el cual editó en 1973 los libros La Revolución Inglesa del Siglo XVII de A. Varga, Lenin, Revolución y Psicología, de B. Porshnev (traducidos por el maestro Ricardo Montes de Oca), y Nicolás Copérnico, que reúne varios ensayos acerca del insigne astrónomo, en ocasión del V centenario de su nacimiento. Participan el ingeniero Luis Rivera Terrazas —ex rector de la UAP (1975-1981)— y los investigadores Bogulaw Lesnodorski, W. Voise y Wlodzimierz Zonn. Flores Suárez estimula además los esfuerzos de algunos intelectuales y profesores de la institución —encabezados por Sergio Gómez Montero y Armando Martínez Verdugo— por revivir la revista de la universidad, de la cual se logró editar dos números.

En 1974 el rector Flores Suárez decide crear el Departamento de Publicaciones, “para que cumpliera la función de editar y distribuir los textos que generara de por sí o que le enviaran para su publicación las demás dependencias de la institución”.
Es en esos años cuando comienza a cristalizar la labor editorial de la universidad, entendida como una función universitaria, y no como un mero accidente o iniciativa espontánea 6.

Sin embargo, se torna preciso subrayar que la labor editorial de la universidad en esa etapa no recayó sólo en el citado departamento, sino también en otras instancias y en otros sectores y grupos de la comunidad universitaria, fenómeno comprensible a la luz de la intensa vida cultural que vive la institución en esos años. Es el caso, por ejemplo, del ya mencionado Departamento de Prensa y Relaciones Públicas, quien se dio a la tarea de publicar varios libros y folletos acerca del proceso de Reforma Universitaria.

En ese contexto, en 1976 un núcleo de destacados investigadores y profesores de la Escuela de Filosofía y Letras crea la revista Dialéctica, y en 1978 el H. Consejo Universitario aprueba la creación de Crítica, como revista de la universidad, órganos que han logrado perdurar hasta nuestros días. Poco después surge la revista Elementos, que aparte de proponerse difundir los trabajos de algunos de los más destacados investigadores de la institución, se traza el objetivo de coadyuvar a la divulgación de la ciencia y de la tecnología.

Por esos años también el entonces Instituto de Ciencias (ICUAP) y el Departamento de Extensión Universitaria editaron varios publicaciones importantes.

En la década de los ochenta el fondo del Departamento de Publicaciones experimenta un desarrollo vertiginoso, tanto en calidad como en cantidad, perfeccionando además el sistema de distribución de sus libros, lo cual le permite adquirir un notable prestigio que desborda las fronteras de la institución y de la entidad. Por esos años se abren varias colecciones, con sus propios directores, quienes someten a consideración de expertos y diversos grupos académicos las obras a publicar.
Empero a la vez se fortalecen también los proyectos editoriales de otras instancias universitarias, como es el caso de los “Cuadernos de Comunicación Crítica” editados en los años de 1986-1987 por el Departamento de Prensa y Relaciones Públicas.

Puebla y su Universidad, de Efraín Castro Morales y Miguel Marín H.

Hacia 1987 la UAP —a través del Departamento de Publicaciones—organiza la Primera Feria Nacional del Libro, que se efectúa en las instalaciones de la Casa de la Cultura. Desde entonces, salvo en dos ocasiones, tal evento se viene realizando año con año (hasta hoy se han realizado 17).

Al final de la década de los ochenta la labor editorial de la institución —al igual que su vida cultural— descendió, debido a los conflictos internos que enfrentó la institución en esa etapa. Empero pocos años después recuperó los niveles de producción de años anteriores.

Dirección General de Fomento Editorial

E

n 1993 el Departamento de Publicaciones —que venía fungiendo como editorial universitaria— se fusiona con el sistema de Librerías de la institución, formándose la Dirección General de Fomento Editorial, que se mantiene hasta agosto de 1995, cuando se separan de nuevo ambas dependencias, a raíz de la decisión de las autoridades de concesionar las librerías a un particular, quien las mantiene abiertas hasta 1997. La editorial universitaria conserva el nombre de la dirección mencionada 7.

Una de las experiencias más provechosas de los últimos años ha sido la elaboración de textos de apoyo a la docencia, los cuales sintetizan la formación académica y la experiencia docente de los profesores-investigadores universitarios. En esta línea editorial se han involucrado diversas unidades administrativas y académicas, que participan desde la generación de las obras, pasando por su financiamiento, hasta la difusión y comercialización de los títulos.
 

Portada de El Colegio del Estado de Puebla, en el primer centenario de su vida civil 1925, de Alberto Pérez Peña, facsímil, buap.

La calidad de la labor editorial de la BUAP le ha generado a la institución varios reconocimientos locales y nacionales.

La Dirección General de Fomento Editorial tiene en su catálogo histórico más de 900 libros, de los cuales 341 se encuentran en lista de precios. De 1996 a 1997 se editaron 46 títulos, la mayor producción editorial hasta ese entonces. Tomando en cuenta los periodos administrativos de la BUAP, de octubre de 1997 a septiembre de 1998 se editaron 63 títulos. En este mismo periodo la Vicerrectoría de Docencia inició la publicación de las guías para el bachillerato universitario y las antologías para el tronco común. En el periodo de octubre de 1998 a septiembre de 1999, se editaron 96 títulos. De octubre de 1999 a septiembre de 2000 se editaron 82. De octubre de este año a septiembre de 2001, se editaron 92 títulos. De octubre de 2001 a septiembre de 2002 se editaron 81, y de octubre de 2002 a la fecha se han editado 75. Este crecimiento se ha visto favorecido por la edición, reimpresión y reedición de las guías de bachillerato, que año con año cubren las necesidades docentes de 27 asignaturas de las preparatorias de la Universidad. En el 2003 se adhirieron al plan de estudios de las preparatorias de la BUAP —conocido como plan 5— diversas preparatorias incorporadas a nuestra casa de estudios, lo cual propició que aumentase de manera notable la demanda de dicho material 8.

En síntesis, la Dirección de Fomento Editorial de la BUAP ha experimentado un fortalecimiento notable, adquiriendo un gran prestigio tanto a nivel local como nacional.
En contrapunto al esfuerzo de dicha instancia, otras áreas y dependencias de la institución continúan contribuyendo al impulso de las publicaciones universitarias, tal como lo muestran los casos del Instituto de Ciencias y Humanidades y del Archivo Histórico de la BUAP. Esta dependencia ha editado a partir de 1998 cuatro colecciones, entre las que destacan la Gaceta Tiempo Universitario, de la cual se han editado hasta la fecha 123 ejemplares, y los Cuadernos del Archivo Histórico, de los que se han publicado 25 libros relacionados con la historia de nuestra casa de estudios, y con aspectos fundamentales de la historia de nuestro entorno social.


Agradecemos el apoyo que prestó para la elaboración de este trabajo el licenciado Ricardo Escárcega, responsable
de la Dirección de Fomento Editorial de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla.

1 Gil Jiménez, "Cómo nació, cómo vivió y cómo murió la Revista de Arte <<Don Quijote>>, publicada por un Grupo de Estudiantes del Colegio del Estado de 1908 a 1911", en Don Quijote, número 24, mayo de 1934, Tomo
2 Tiempo Universitario, año 1, número 16, 27 de agosto de 1998.
3 Cruz , Salvador, Historia de la Educación Pública en Puebla (1790-1982), Tomo ii, Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, 1995, p. 208).
4 Información proporcionada por el maestro e investigador Antonio Esparza Soriano.
5 Lara y Parra, Manuel, prólogo al libro Introducción a la Estética y Breve Historia del Arte, Ediciones de la Universidad Autónoma de Puebla, 1963, pp. 10, 11.
6 Ricardo Escárcega, Antecedentes Históricos de la Dirección de Fomento Editorial.
7 Ibid.
8 Ibid.

 

 

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