Rafael Serrano: Por Rosario Robles Galindo
na vida dedicada a la medicina psiquiátrica, al estudio de la música, poesía, literatura, filosofía y un vigoroso amor por su labor educativa, fueron siempre las metas académicas a seguir por el médico poblano Rafael Serrano Daza, quien a sus 26 años de edad ya ostentaba su anhelado título de médico cirujano, el cual recibió de manos de las autoridades de la Escuela de Medicina de Puebla el año de 1885.1 Dichos acontecimientos trazaron los caminos por los que transitó este personaje, siempre acompañado por su dedicación al estudio, entrega profesional y su actitud humanista; la cual se extinguió con su muerte ocurrida el día 9 de febrero de 1927 a consecuencia de un cáncer hepático. Dichas cualidades fueron las que lo consagraron en los diversos ámbitos de la sociedad poblana, reconociéndolo como un eminente alienista (psiquiatra desde 1884-1927); un sabio catedrático (1890-1924); un destacado orador y poeta; un miembro distinguido de la Sociedad Médica de Beneficencia de Puebla (1886-1927); socio destacado de la Sociedad Filarmónico-Literaria (1901-1927); ilustre presidente del Colegio del Estado (1910-1914 y 1921-1924); un dedicado Director de la Casa de Salud de “Nuestra Señora de Guadalupe”, destinada al cuidado de enfermos mentales (1910-1927); además de reconocido exponente de la medicina mexicana en Congresos Nacionales e Internacionales (Guadalajara 1897; París 1900 y Milwaukee-Wisconsin 1910). 2 Antecedentes familiares El linaje de Rafael Serrano procedió por parte paterna del municipio de Amozoc-Puebla, lugar de dónde eran oriundos sus abuelos Agustín Serrano e Isabel Santiestevan y su padre Epifanio; su madre fue Soledad Daza Amable nacida en Iguala-Guerrero en el seno del matrimonio formado por don Manuel Daza y doña Josefa Amable. Las convivencias familiares que dieron sentido a la vida de Rafael Serrano fueron las que disfrutó al lado de sus progenitores y hermanos: Miguel, Carlos y Dolores. Fueron sus padres, quienes proveyeron a sus hijos de los recursos morales y materiales mediante los cuales iniciaron sus estudios elementales y profesionales, que años más tarde los colmarían de dicha y orgullo; pues Miguel fue un destacado abogado que ostentó importantes cargos en la política y en el ramo educativo (fue presidente del Colegio del Estado en l88l); Carlos fue un destacado comerciante y Dolores fue una abnegada madre de familia; en cuanto a Rafael fue empeñoso estudiante que al paso del tiempo se convirtió en un destacado médico psiquiatra que propuso una nueva teoría para estudiar las enfermedades mentales. Contrajo matrimonio eclesiástico con Emilia Errea Escudero, sólo tuvo una heredera nacida en l818 a la que bautizó con el nombre de Refugio Emilia Serrano Errea, joven que moriría al mes de parir a su hija Carmen Julieta Escondrillas Serrano, actualmente la única nieta del memorable Rafael Serrano.
Una nueva teoría propuesta por el
nte el presidente y los catedráticos reunidos en sesión ordinaria celebrada el día 5 de julio del año de 1884, el doctor Francisco Bello dio a conocer su dictamen donde informó que: habiendo cumplido con la comisión de examinar detenidamente el expediente del alumno Rafael Serrano, halló que dicho estudiante llenaba todos los requisitos que marcaba la ley de Instrucción Pública vigente, motivo por el cual, pedía a la Honorable Academia de esa escuela se le otorgara al solicitante, su autorización para que pudiera presentar su examen profesional.3 A partir de ese acuerdo académico, en sesiones posteriores se señalaron (como fechas instituidas) para la presentación del examen profesional de Rafael Serrano, los días 22, 23 y 29 de diciembre de ese mismo año de 1884.4 Durante su estancia en la Escuela de Medicina y Farmacia, Serrano se distinguió como uno de los mejores alumnos de su generación, así lo demuestran los constantes premios de cátedra y las menciones honoríficas que recibía al finalizar los cursos escolares, por lo que no es de extrañar, que durante ese tiempo su mente científica fuera elaborando poco a poco la estructura del proyecto de su obra psiquiátrica presentada en su tesis inaugural, cuyo contenido nos deja entrever que fueron sus conocimientos anatomo-clínicos y su criterio de futuro médico lo que indujo a este tesista a catalogar a la locura como: “una afección que es al mismo tiempo la más terrible para el individuo y para la sociedad; la más llena de dificultades; la que inspira más respeto; la más digna de compasión y, según Erasmo, la más común entre los hombres”.5 Esta forma de percibir la realidad patológica de los trastornos mentales, se convirtió en la motivación que impulsó a Rafael Serrano a buscar nuevos métodos médicos para el estudio científico de la psiquiatría, objetivo que logró por medio de su estudio al que intituló Fragmentos de Psiquiatría Óptica. Serrano, sabía que para abordar este estudio complejo, necesitaba reunir en la misma línea de trabajo los aportes de las “Ciencias Racionales y Exactas” con la finalidad de sintetizar “los principios de la medicina y de la psicología” es decir unir “la naturaleza y el espíritu”. Lo cual resultaba ser en su época toda una audacia que por siglos se había convertido en una necesidad apremiante y que no podía ser evadida por más tiempo. Fue esa la razón que lo impulsó a superar obstáculos, a buscar resultados inmediatos y positivos para enfrentar desde un nuevo punto de vista el terrible mal de la locura. Por otra parte, Serrano obtuvo de su escolaridad académica un apoyo crucial en este asunto, debido a que los planes de estudio vigentes en su época de estudiante, habían sido actualizados por las autoridades académicas y administrativas de la escuela de Medicina con la aprobación del Gobierno Libre y Soberano del Estado de Puebla, siendo su finalidad, que dichos estudios fueran compatibles con la educación positivista, que en las últimas décadas del siglo xix, había transformado las ilusiones y los sueños de algunos mexicanos, en hechos e ideas que prometían un perfil de modernidad en el país. Por lo tanto los planes de estudio de las escuelas preparatorias y de las profesionales, exigían un aprendizaje obligatorio de otros idiomas a sus educandos; este acontecimiento le permitió a Rafael Serrano, en primer término, la lectura y comprensión de las obras médicas escritas en los idiomas francés, alemán e inglés; y en segundo término le concedía libertad académica para expresar su creatividad científica. Fue así como adquirió los conocimientos expuestos en los materiales médicos que en esos momentos eran novedosos en Europa, y que le sirvieron de orientación y ejemplo. Por otra parte la distancia entre él y los centros de generación del conocimiento psiquiátrico —Francia, Alemania, Inglaterra, Italia...— no fue, por lo tanto, un impedimento para mantenerse al día en las investigaciones que realizaban constantemente los alienistas europeos, cuestión que logró al unir y compaginar el mundo de sus ideas 6 con los estudios psiquiátricos de Esquirol, Pierre Janet, Bernard, Dagonet, Richet, Luys, Kolliker, Morel, Magnan, Ribot, Charcot, Krafft-Ebing, Griesinger, Meynert, Bayle, Prichard, Régis, Broussais, Maudsley, Baillarger, Ritti, Beaunis, Mata, Despine y Vulpian; incorporando a sus aportaciones los estudios científicos de autores como Newton, Echagaray, Briot y Darwin.
Es pertinente señalar que a lo largo del siglo xix, la mayoría de las investigaciones propuestas por los médicos, o alienistas europeos, para curar y tratar las enfermedades mentales se originaron en los hospitales o asilos destinados a la reclusión de los hombres y mujeres dementes, y no únicamente en los laboratorios experimentales. Tales acontecimientos, tan pronto como fueron conocidos en México, influyeron en los planes de estudio de las diversas escuelas de medicina propagándose en voz y enseñanza teórica-práctica de los catedráticos encargados de impartir la materia de patología general.7 Causa por la cual Rafael Serrano, realizó el proceso clínico de su tesis en los recintos hospitalarios de San Roque, que albergaba a las mujeres dementes y en Santa Rosa 8 destinado a curar a los hombres faltos de juicio, situación que sirvió de apoyo al joven estudiante para sus siguientes hipótesis: —la relación que existe entre la luz y la fuerza nerviosa, al ser estudiada desde el punto de vista psíquico, demuestra que las leyes fundamentales de la óptica aplicadas al sistema nervioso, llegaran a explicar en gran parte la patogenia (aparición de los estados morbosos de la enfermedad) de la enajenación mental—. Centrándose en esa propuesta, Serrano añadió que: “profundizar esa ley secreta que es el enigma, sería una audacia; abordarlo es una necesidad, porque ahí donde los obstáculos parecen insuperables, es donde debe multiplicarse la fuerza y acumularse el material”.9 El talento con el cual, Rafael Serrano inició y concluyó su estudio se aprecia en cada una de la páginas de su tesis donde expuso concretamente cada una de las leyes de la física-óptica, a las que relacionó armoniosamente con los postulados de la medicina, con el fin de describir la relación anatómica y funcional del cerebro y del sentido de la visión. Ilustró también los diferentes tipos de los trastornos mentales a través de cada una de las historias clínicas de los pacientes que seleccionó para el desarrollo de su investigación. Por otra parte, el método que Serrano utilizó para organizar su obra, consistió en un análisis descriptivo de la etiología de las psicosis mediante el cual trabajó todo el proceso psiquiátrico: iniciando con la introducción del caso, prosiguiendo con el origen de la enfermedad, su diagnóstico, la observación evolutiva de la psicosis dentro y fuera del hospital, la aplicación de un tratamiento a los pacientes de acuerdo a la cronicidad de su enfermedad. Después de la segunda mitad del siglo xix las escuelas europeas trabajaron juntas con el fin de que la especialidad psiquiátrica evolucionara satisfactoriamente, ya que la experiencia médica había comprobado que no sólo la localización de la anatomía patológica podía demostrar las lesiones cerebrales de los enfermos mentales,10 sino que también era fundamental formar y ordenar los cuadros clínicos que ayudaban a los alienistas o frenópatas a identificar y clasificar las enfermedades por la sintomatología de los enfermos. Y esta información es la que utilizó Serrano, a lo largo de su estudio al combinar los aportes de ambas escuelas para la elaboración de sus postulados hipotéticos. Siendo uno de ellos el uso de la celda de fuerza o recinto oscuro empleado en algunas partes de Francia y España e instalado en Puebla en el año de 1882 en los hospitales de San Roque y Santa Rosa con la finalidad de asistir a los pacientes que sufrían de accesos de furor, delírium trémens, manía aguda, pariencefalitis difusa, locura impulsiva y locura sensorial.
Por otra parte el tesista Rafael Serrano estaba convencido de que: La propuesta de Serrano muestra dos sucesos importantes en su época uno de ellos era la libertad de investigación en el ámbito de la medicina mexicana, y el otro, el uso de recursos terapéuticos vinculados con otras ciencias para hallar la cura de los trastornos orgánicos o emocionales sufridos por los dementes. Nacimiento de: “Fragmentos
n las últimas décadas del siglo
xix se incrementó el número de
médicos mexicanos y extranjeros que se dedicaron a publicar estudios sobre la
especialidad médica de la Psiquiatría, con la finalidad de dar a conocer las
últimas novedades relacionadas con las enfermedades o unidades morbosas
psiquiátricas. Siendo uno de esos casos el pensamiento científico de Rafael
Serrano, el cual expresó través de su primera hipótesis: Con este aplomo erudito, Serrano da origen a un novedoso estudio psiquiátrico mediante el cual, desde su comienzo hasta su fin, trató de demostrar la influencia que los agentes físicos tenían en la etiología y tratamiento de la locura. Y con su visión de hombre de ciencia añadía que: “las modificaciones que imprimían al encéfalo el sonido, el calor, la electricidad, el magnetismo y la luz, ofrecían al frenópata un campo inmenso y rigurosamente científico; que por desgracia los pocos trabajos emprendidos en ese sentido en aquella época, carecían de sistema y la falta de unidad en las tendencias los habían esterilizado en parte”. En las primeras páginas de su estudio, Serrano comentó que “la Ley General de la Óptica y de la Neurología era la vibración ondulatoria y que para explicar su funcionamiento era necesario apoyarse en la teoría de las emisiones y sobre todo en la propuesta que Newton había hechos unos siglos atrás acerca de los rayos luminosos; los cuales, al excitar la retina, originaban vibraciones que trasmitidas por el nervio óptico producían en el cerebro el sentido de la vista”.
Teoría de la vibración
nerviosa:
ara demostrar la ley de la vibración ondulatoria aplicada a la fisiología del sistema nervioso, Serrano se encargó de comprobar que la sustancia nerviosa poseía una gran elasticidad y por eso el movimiento del líquido céfaloraquídeo y de la pulsación arterial, trasmitían respectivamente sus oscilaciones a toda la masa del encéfalo, lo que no podría verificarse sin la suma de la elasticidad de este último. Continuando con su comentario Serrano agregó que “el alcohol tenía la propiedad de aumentar dicha elasticidad” y por consiguiente de “incrementar las vibraciones” 13 y por esa causa autores como Guislain y Dagonet habían atribuído la manía frenética del alcoholismo a las convulsiones de los hemisferios cerebrales, es decir, a las vibraciones macroscópicas del encéfalo. Conocimientos que orillaron al tesista a proponer que: “no sólo la ingestión del alcohol era la única causa de la presencia del delirio, sino que también éste solía sobrevenir en combinación con otros factores de tipo emocional como traumatismos, impresión moral o por causas derivadas por la suspensión prolongada de la bebida alcohólica y de súbito volvía a ser tomada por el enfermo”.14 Para demostrar su hipótesis describió cuadros clínicos, a los que él llamó casos prácticos15 siendo la descripción de uno de éstos, la siguiente: “E... después de un ataque de delirium trémens, fue conducido al asilo de enajenados en un estado de depresión completa e incoherente, con movimientos convulsivos, marcha vacilante y de andar torpe, mucosas decoloradas, labios y lengua temblorosos imposibilitados para la expresión verbal. Al aparecer los edemas en sus miembros, murió. Su autopsia reveló: la aracnoides (membrana del cerebro) estaba lechosa, los espacios y los ventrículos aracnoideos estaban llenos de líquido seroso, vacuidad (vacío) de las arterias y éxtasis venoso considerable. Serrano, concluyó este caso diciendo: siempre que las facultades mentales se degeneren o enfermen sin otra causa evidente que el alcoholismo crónico se puede diagnosticar edema del cerebro”. 16 Los conceptos de lipemanía, manía, monomanía y demencia, utilizados por
Serrano, para dar nombre a los padecimientos de algunos de los enfermos los
retomó de la nosografía francesa desarrollada por uno de los más destacados
alumnos de Philippe Pinel,17
llamado Esquirol, quien postuló que: la lipemanía era un delirio parcial triste
en pacientes dotados de temperamento melancólico; la manía como un delirio
general; la demencia que solía ser aguda o crónica, afectaba las facultades
intelectuales del paciente y las monomanías o delirios de tipo localizado y
exclusivo dejaban a salvo la inteligencia.
En esta etapa de su estudio, Serrano utilizó el término de psicosis para nombrar e identificar los tipos de enfermedades mentales y la clase de disfunción patológica que afectaba las áreas de la corteza del cerebro, de la retina y de la coordinación motriz. Es importante señalar que el doctor Serrano fue el primer médico mexicano que utilizó en sus investigaciones ese término basándose en el conocimiento de la medicina científica de su tiempo, con el fin de destacar la utilidad de emplear el prefijo psico para señalar la etiología orgánica y la patología psicológica de los trastornos mentales. Por último es importante mencionar el cuadro nosológico propuesto por Rafael Serrano, Psicosis por: interferencia, radiación, refracción, doble refracción, reflexión, selección, dispersión y fosforescencia. Sólo dos hombres de ciencia durante siglo xix, emplearon al mismo tiempo, el término clínico de psicosis para desarrollar sus investigaciones fisiológicas y psicológicas acerca de las enfermedades mentales. Uno de ellos fue el médico alemán Emil Kraepelin (1856-1926), quién fue asistente de Gudden, de Flechsig y posteriormente trabajó en el laboratorio de psifisiología para Erb y Wundt. Considerado por sus biógrafos representante de la corriente organicista por rechazar la filosofía y apegarse a las ciencias naturales y a la biología, situación que lo indujo a concluir que en la enfermedad mental lo más valioso era saber los síntomas y el funcionamiento del cerebro. Su primera obra la intituló Tratado de Psiquiatría, publicándose la primera parte de ella alrededor de los años de 1883 y 1884 en Alemania, concluyendo las otras partes de su investigación hasta el año de 1915. Actualmente su obra es considera en el ámbito de la Psiquiatría como un clásico pionero constructor de la historia de la especialidad psiquiátrica del siglo pasado. El otro científico decimonónico que utilizó el concepto de Psicosis fue el mexicano Rafael Serrano Daza (1858-1927), quien realizó estudios de Derecho en el Real Seminario Palafoxiano, ingresando a la Escuela de Medicina y Farmacia de Puebla en el año de 1879, donde cursó las ciencias de Física, Química y Medicina, conocimientos que le sirvieron de apoyo teórico y experimental para elaborar en el año de 1883-l884 su tesis Fragmentos de Psiquiatría Óptica. Contrariamente a su colega alemán Emil Kraepelin, Serrano señaló que las psicosis no sólo podían tener un origen “orgánico o endógeno” sino que también su etiología era “externa o adquirida en el medio sociocultural”, ya que se trataba de una enfermedad psicofisiológica, que para su curación necesitaba del apoyo de la psicología y otras ciencias, y no sólo de la medicina; este aporte hecho por Serrano en esa época ha sido atribuido por el ámbito de la psiquiatría del siglo xx, al médico alemán Sigmund Freud.18 El estudio del médico poblano Rafael Serrano, fue premiado y elogiado por la Academia Médica Mexicana hasta el año de 1890, y retomado como una obra recomendable por el manejo de sus leyes ópticas en los ámbitos de las ciencias ecológicas y biológicas de su país, en el año de 1892.19
Las nuevas generaciones
a asistencia hospitalaria para enfermos mentales en Puebla fue institucionalizada en l869, durante el gobierno del jefe político Ignacio Romero Vargas, a partir de ese momento histórico han transcurrido l35 años de servicio continuo del personal administrativo y médico que de generación a generación han seguido los pasos del memorable doctor Rafael Serrano, dedicados al tratamiento y rehabilitación de los enfermos, hombres y mujeres con trastornos mentales crónicos. Actualmente nuestra ciudad cuenta con el Hospital Psiquiátrico “Nuestra Señora de Guadalupe”, la “Clínica de Salud Mental Poblana”, la “Casa de Salud” y el Hospital Psiquiátrico “Rafael Serrano”, instituciones que ofrecen sus servicios a todas las personas que requieran este tipo de asistencia. Es importante destacar la labor callada que por años han desempeñado los especialista de la salud mental en nuestro Estado de Puebla, la cual, generalmente es poco valorada por la mayoría de la población no por ingratitud, sino por desconocimiento de lo que realmente representa contar con la colaboración de una unidad de salud mental. El hospital psiquiátrico “Rafael Serrano” (inaugurado el primero de diciembre
de l967), es una institución que depende para su funcionamiento del apoyo del
Gobierno Federal y Estatal cuyas cuotas de recuperación por sus servicios son
mínimas y —en algunos casos— gratuitas. Es recomendable para quienes se
relacionen directa o indirectamente en estudios históricos, sociológicos,
antropológicos y periodísticos con el ámbito hospitalario de la salud mental,
comprometerse a conocer la actividad interna de estas instituciones, de lo que
es convivir con sus pacientes, de las necesidades psicobiológicas y sociales que
éstos tienen y su interacción comunitaria con el personal administrativo y
médicos, con el fin de elaborar una crítica constructiva, que poco a poco ayude
a ampliar el conocimiento —del proceso evolutivo de las enfermedades mentales-
como hace l20 años lo corroboró el doctor Rafael Serrano al definir a la locura
como: “Una afección que es al mismo tiempo la más terrible para el individuo y
para la sociedad; la más llena de dificultades; la que inspira más respeto; la
más digna de compasión y según Erasmo la más común entre los hombres”... “Porque
ahí dónde los obstáculos parecen insuperables, es donde debe multiplicarse la
fuerza y acumularse el material”.
20
1
Rafael Serrano Daza (Año 1885). Obtuvo su título de médico cirujano, en el año
de 1885, y no en 1884, como erróneamente se ha publicado en varios artículos
relacionados con notas conmemorativas. Dicha confusión tiene su origen en el
discurso que su sobrino político el licenciado Atenedoro Monroy dirigió el día
12 de marzo del año de 1927 para celebrar las honras fúnebres del maestro Rafael
Serrano, donde dicho abogado mencionó en un fragmento de su mensaje que en “el
año 1884 dicho médico había obtenido su título”; posteriormente todos los
cronistas de la época continuaron manejando esa fecha como auténtica. Pero,
según consta en el expediente personal de estudios que se encuentra en el fondo
documental de la Escuela de Medicina y Farmacia de la Ciudad de Puebla,
actualmente ubicado en la biblioteca José María Lafragua, de la
buap, dónde hallé una carta de
puño y letra del entonces estudiante Rafael Serrano solicitando se le expidiera
su título ya que sus exámenes profesionales los había presentado los días
últimos del mes de diciembre de 1884, su petición fue aceptada y el secretario
de dicha institución educativa inició los trámites correspondientes el día 19 de
enero del año de 1885, para que el señor director otorgara, dicho título al
solicitante.
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Autónoma de Puebla
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