Instituto de Fisiología
pesar del explosivo desarrollo que en la segunda mitad del siglo xx tuvo la investigación en el área de las neurociencias, desarrollo que estuvo originado por los avances registrados en biología celular y molecular, ingeniería genética y las ciencias biomédicas, no deja de sorprender el escaso desarrollo que ha tenido la investigación en las ciencias biomédicas tanto en la ciudad y el estado de Puebla como en la región sur-sureste del país. Esto, a pesar de que la enseñanza de la fisiología es parte fundamental del curriculum de todas las carreras del área de la salud: medicina, estomatología y enfermería, además de las carreras de psicología, ciencias químicas, biología y medicina veterinaria. El presente trabajo es un resumen histórico muy apretado de la investigación científica que, a través del Instituto de Fisiología de la buap, se ha desarrollado en esta importante rama del saber humano, tan importante que aborda nada más y nada menos que el funcionamiento del cuerpo orgánico que poseemos como seres vivos. Desarrollo de la
os primeros esfuerzos en el área de la investigación biomédica en Puebla se dieron, como uno de los primeros resultados del proceso de Reforma Universitaria, en 1963 con la creación del Instituto de Biología "Doctor Enrique Beltrán", que estuvo a cargo del médico Julio Glockner. Para 1965 el instituto contaba con tres secciones: biología, bioquímica y microbiología. Sin embargo sólo funcionó diez años y fue clausurado en 1973, sin que se cuente con información precisa de las causas de dicha clausura ni de los logros obtenidos en este instituto a lo largo de su década de existencia.
Un año después, en 1974, en la Escuela de Medicina fue contratado el médico Guillermo Anguiano Landini, destacado fisiólogo que desgraciadamente no pudo realizar labores de investigación debido a la falta de recursos y equipo, así como la ausencia de organización para dar soporte a las labores investigativas, lo que le impidió realizar un trabajo más fructífero en el seno de la Universidad. En 1978 el médico Rafael Valdez, a la sazón director del Hospital Universitario de Puebla (hup), se percató de la necesidad de contar con labores de investigación biomédica que permitiesen ampliar las fronteras del conocimiento en esta rama de las ciencias y así poder mejorar la calidad de los servicios que el hospital brindaba. Se decidió entonces fundar un posgrado en el área biomédica con la
participación de dos docentes de la Escuela de Medicina: las médicas Carmen
Lozada y Beatriz Baca, así como con profesores invitados del Distrito
Federal, particularmente del médico Fernando Mora de la Universidad Autónoma
Metropolitana campus Xochimilco (uam-x). Dentro de este grupo partieron a la unam, Enrique Soto y Eduardo Salinas, a la Maestría del Instituto de Investigaciones Biomédicas, y Eleazar Vega, al Departamento de Bioquímica del cinvestav del Instituto Politécnico Nacional (ipn). Por otro lado, la maestra en ciencias Teresita Romero Ogawa se formó en genética, la médico Irma Herrera en bioquímica y biología molecular en Francia y la médico Loreta Donoso profundizó en la anestesiología. Esta última trabaja actualmente en Inglaterra.
No fue sino hasta 1981, bajo los auspicios del ingeniero Luis Rivera Terrazas, rector de la institución; el licenciado Alfonso Vélez Pliego, secretario general; el doctor Jaime Krazov, director del Instituto de Ciencias, y el propio médico Rafael Valdez, director del hup, cuando se adoptó la decisión de crear un Departamento de Investigaciones Biomédicas para realizar labores de investigación en Fisiología, Microbiología y Bromatología. Para este fin, fue asignado a este grupo de investigadores, como espacio físico, el área de psiquiatría para mujeres del viejo Hospital Civil, ubicado donde hoy se encuentra la Escuela de Estomatología. Sin embargo considerando las condiciones físicas del inmueble, el departamento se tuvo que reubicar en el área de psiquiatría para hombres, que se adaptó para que funcionase como laboratorios, biblioteca y bioterio. Fue en este espacio donde se ubicaron por varios años primero el Departamento de Investigaciones Biomédicas y, después, los Centros de Investigaciones en Ciencias Fisiológicas y el de Investigaciones en Ciencias Microbiológicas. Muy poco tiempo después, los investigadores del área de bromatología decidieron trasladarse a las facultades de Ciencias Químicas e Ingeniería Química, considerando que sus labores estaban más ligadas a estos campos de aplicación del conocimiento, por lo que sólo continuaron su desarrollo las áreas de microbiología y de fisiología en el área biomédica. El Departamento de
l Instituto de Investigación en Ciencias Fisiológicas tuvo su antecedente inmediato en el Departamento de Investigaciones Biomédicas, que se fundó gracias a la aceptación de los doctores Björn H. Holmgren Nilson y Ruth C. Urbá Muñoz, ambos chilenos, quienes residían en La Habana, Cuba, y contaban con experiencia en investigación Biomédica en Chile, Suecia, Inglaterra y Cuba, para que en condiciones adversas ayudaran a crear un núcleo de investigación de esta ciencia en la uap. A este grupo se incorporaron primeramente los docentes en fisiología de la Escuela de Medicina y de Ciencias Químicas, principalmente los profesores de fisiología de Medicina, los médicos Pablo Luna y Eloy Meléndez, y de Ciencias Químicas al afv Víctor Olmedo. También se hicieron gestiones para el traslado del médico Enrique Doger, que se encontraba a cargo del área de electroencefalografía del hup, y de José Ramón Eguibar, quién era instructor becario del departamento de Fisiología. Uno de los primeros pasos para la creación de una infraestructura académica adecuada a las necesidades de la investigación en esta rama de la ciencia, fue la creación de un Bioterio de roedores que permitiese mantener y reproducir ratas y ratones de laboratorio en condiciones apropiadas para la generación de trabajos de investigación publicables en revistas internacionales arbitradas. Otra acción fue la dirección de alumnos para que desarrollasen sus tesis de licenciatura en este campo, para este fin se obtuvieron pies de cría procedentes del Centro Médico Nacional Siglo xxi del Instituto Mexicano del Seguro Social ( imss).
En 1982, el maestro en ciencias Jaime Valencia, quién era docente de los cursos prerrequisitos en la Escuela de Medicina, y que regresaba al concluir la Maestría en Biología Celular en el cinvestav del ipn, se incorporó al área de fisiología del departamento. También lo hicieron los pasantes de maestría Eduardo Salinas y Enrique Soto, quiénes se encontraban en la fase final de sus tesis en las áreas de cardiología y neurofisiología, respectivamente. Se organizó entonces un curso teórico-práctico denominado "Temas Seleccionados de Neurofisiología" dirigido por el doctor Juan Roig, procedente de la facultad de Medicina de la unam, quién realizó parte de su año sabático en la uap. Dada la falta de equipamiento que existía se tuvo que conseguir equipo prestado del Departamento de Fisiología del Instituto Nacional de Cardiología "Ignacio Chávez" a cargo del doctor Emilio Kabela; del Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía "Manuel Velasco Suárez" a cargo del doctor Augusto Fernández Guardiola y un equipo estereotáxico prestado por el doctor Julio Muñoz Martínez del Departamento de Fisiología, Biofísica y Neurociencias del cinvestav del ipn En ese mismo año y con el equipo prestado, se registró un potencial de acción compuesto de un nervio de rana, potenciales provocados por destellos luminosos en gatos y ratas; así como aprender la cirugía estereotáxica en ratas albinas. Dado que el doctor Roig había realizado una estadía postdoctoral con el doctor James Olds, investigador que había descrito áreas del cerebro que producían el fenómeno de la autoestimulación, esto es, centros cerebrales capaces de producir placer al estimularlas eléctricamente, aún cuando el animal tuviese hambre, sed o una pareja sexual sexualmente receptiva. Considerando esta experiencia se decidió implantar electrodos de estimulación en el haz medial del cerebro anterior, uno de los centros de placer, y se realizó una práctica demostrativa del fenómeno de la autoestimulación cerebral en una rata de laboratorio a médicos, psiquiatras, docentes de fisiología, farmacología y personal del Departamento de Investigaciones Biomédicas. En estos años se desarrollaron los primeros proyectos de investigación con alumnos provenientes de la licenciatura en químico farmaco-biólogo bajo la dirección de los doctores Holmgren y Urbá. Se obtuvieron también en esta época los primeros apoyos a proyectos de investigación por parte del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (conacyt) y de la Dirección General de Investigación Científica y Superación Académica (dgicsa) de la Secretaría de Educación Pública (sep). La investigación científica
stos primeros logros permitieron que, por primera vez, se realizaran labores de investigación. En la parte docente se organizaron seminarios de lectura de artículos de investigación originales y un curso de electrofisiología básica con la visita del doctor Rubén Budelli, procedente del Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía. Con el paso del tiempo, Budelli se incorporó por varios años a la planta docente del instituto y actualmente se encuentra en la Facultad de Ciencias, en Montevideo, Uruguay. En la parte práctica se organizó un curso teórico-práctico de electrónica a cargo del licenciado Alejandro Vázquez Godínez, procedente del área de electrónica, de la facultad de Ciencias Físico Matemáticas de la uap. Cabe destacar que todas las decisiones iniciales se desarrollaron en reuniones de los profesores en las que participaban tanto los colegas del área de microbiología los doctores Beatriz Baca, Arquímedes Morales, Jesús Caballero, Guadalupe Mayagoita y Patricia Lozano como de Fisiología Björn Holmgren, Ruth Urbá, Enrique Soto, Eduardo Salinas, Enrique Doger, Rosario Vega, Jaime Valencia y José Ramón Eguibar. Debido al desarrollo que habían alcanzado ambos grupos de investigación y considerando la normatividad vigente en 1984 se decidió constituirlos en dos departamentos: el de Ciencias Fisiológicas y el de Ciencias Microbiológicas.
A mediados de este mismo año iniciaron los cursos de prerrequisitos para la Maestría en Ciencias Fisiológicas que había sido aprobado por el Consejo Universitario en su sesión ordinaria del día 24 de septiembre de 1984 y a la cual ingresaron los primeros diez estudiantes de maestría en enero de 1985. Se incorpora entonces el doctor Julián Torres, procedente de la facultad de Ciencias Físico-Matemáticas, para impartir la docencia de matemáticas en los prerrequisitos y de cálculo en la Maestría en Ciencias Fisiológicas. Actualmente este último científico desarrolla su trabajo de investigación en fisiología cardiovascular. En 1985 se negoció con la rectoría de la Universidad la creación de un nuevo espacio que fuese más adecuado para las labores de investigación y de la docencia de posgrado que se venían desarrollando. Así, un primer grupo fue trasladado al edificio actual, ubicado en la avenida 14 Sur 6301, en el espacio que antes ocupaba la Preparatoria Urbana Profesor Enrique Cabrera Barroso, mismo edificio que fue remozado y adecuado a sus nuevas funciones. Ese mismo año, por primera vez fue organizado el Congreso Anual de la Sociedad Mexicana de Ciencias Fisiológicas, lo que permitió tener presencia de los investigadores de la uap ante la comunidad de fisiólogos del país.
Un año después se trasladó el resto de los colegas al edificio remozado y
se organizó un curso internacional denominado "Estructura y función del
músculo" con la participación del doctor Lee D. Peachey, de la Universidad
de Pensilvania, y del doctor Hugo González Serratos, de la Universidad de
Maryland, ambos de los Estados Unidos. De este tipo de cursos se han organizado tres más con la participación de
docentes de Estados Unidos, Chile, Cuba y Venezuela, así como de diversas
instituciones nacionales. Adicionalmente, ha sido organizado por segunda vez
el Congreso Nacional de la Sociedad Mexicana de Ciencias Fisiológicas en
1996, el de la Sociedad Mexicana para la Investigación y Medicina del Sueño
a.c. en 2000 y el de la
Sociedad Mexicana de Zoología, junto con los colegas de la Escuela de
Biología en el año 2003. De los titulados, más del 50 por ciento han continuado con estudios de doctorado o con estancias posdoctorales. Es conveniente destacar que esos egresados son ya investigadores y docentes tanto en nuestra institución como en varias universidades públicas y privadas del país; tanto en los Institutos Nacionales de Salud como en los Estados Unidos y Bolivia. Crecimiento y transformación
onsiderando que los indicadores de la Maestría en Ciencias Fisiológicas se encontraban en altos estándares de calidad, se decidió ampliar la oferta educativa de posgrado hacia el Doctorado en Ciencias Fisiológicas. Así, en su sesión ordinaria del 1º de febrero de 1994, el Consejo Universitario aprobó el programa de Doctorado en Ciencias Fisiológicas a propuesta de los investigadores del Centro de Investigaciones en Ciencias Fisiológicas del Instituto de Ciencias. Considerando la legislación vigente, en 1994 el centro fue convertido en Instituto de Fisiología. Actualmente, están cursando el doctorado 12 estudiantes, tres se han graduado, de los cuales dos ya están en sendas estadías de post-doctorado. El Doctorado en Ciencias Fisiológicas elaboró ya su Programa Integral de Fortalecimiento Institucional (pifi) e ingresará al Padrón Nacional de Posgrados del conacyt en 2005. Los colaboradores científicos
n la década de los ochenta, se incorporaron a las tareas del Centro de Investigaciones en Ciencias Fisiológicas los doctores Amira Flores y Elías Manjarrez quienes han consolidado líneas de investigación en neurodesarrollo del vestíbulo en el pollo y en el análisis de la actividad sináptica en la médula espinal en el gato. Poco después, con beca patrimonial de excelencia, se incorporaron los doctores Osvaldo Vindrola y María Rosa Padrós, quiénes trabajan con neuropéptidos, particularmente los opioides. También se han incorporado el doctor Gonzalo Flores, en modelos
neuronales en psiquiatría, y la doctora María de Jesús Gómez, en modelos
animales de enfermedades cardiovasculares. Más recientemente se incorporaron
los doctores Eduardo Monjaraz, quién trabaja en el área de
neuroendocrinología, y Jorge Flores en el área de neuromodulación. Las alianzas académicas
l Instituto de Fisiología, junto con el Instituto de Ciencias y la Facultad de Medicina, actualmente coordinan de manera conjunta la Licenciatura de Biomedicina, un concepto innovador en la enseñanza en esta importante área de las Ciencias de la Salud y de las Naturales. El curriculum de la carrera esta constituido por el tronco común universitario, la formación básica de la Facultad de Medicina con dos opciones terminales en Fisiología y en Microbiología. Hasta donde se sabe, esta es la única opción de formación flexible y que aprovecha integralmente el sistema de créditos de la Universidad, dándole total libertad al alumno para garantizar una formación óptima en el área de su especialidad: fisiología y microbiología. Esta alianza académica se ha consolidado con el paso de los años, ya que actualmente no solo la Facultad de Medicina y el Instituto de Fisiología sino que también el resto de las facultades del área de la salud concursan por fondos para proyectos específicos ante la Subsecretaría de Educación Superior e Investigación Científica (sesic) de la Secretaría de Educación Pública, lo que ha potenciado sus fortalezas y ha permitido paliar algunas debilidades. Es importante destacar que esta oferta de licenciatura es nivel 1 de los ciees de Ciencias Naturales y Exactas. No deja de resultar sorprendente que, en la mayor parte del sistema hospitalario del sector salud, la investigación sea reducida a una actividad marginal y se refiera más bien a descripción de casos clínicos, de frecuencias y prevalencias de patologías frecuentes, y no a investigaciones que estén encaminadas a establecer nuevos paradigmas o relaciones casuísticas que permitan establecer nuevos nexos entre estados patológicos y agentes causales. En este campo, la comunidad del área de la salud deberá desarrollar programas que permitan una interacción más intensa entre sus miembros y que permitan a futuro hacer de la investigación científica una actividad regular de la mayor parte de sus miembros. En este proceso el Instituto de Ciencias Fisiológicas continuará contribuyendo hasta garantizar que las labores de investigación sean una actividad regular de estudiantes y profesores del área de la salud. Conclusión
lo largo de su historia y de las diversas denominaciones que ha recibido, el actual Instituto de Fisiología se ha destacado por su interés y sus aportaciones en una de las ramas más importantes del saber humano. En él han trabajado y se han formado una pléyade de científicos e investigadores que, con su esfuerzo y talento, han contribuido a hacer realidad en nuestra Universidad una de sus funciones sustantivas, que es la de la investigación científica. En la actualidad, el Instituto de Fisiología cuenta con un cuerpo académico sólido y experimentado, lo que le da a su trabajo una seriedad que le ha hecho merecedor del reconocimiento de las comunidades científicas nacional e internacional. Es de esperar que, en el futuro cercano, los trabajos del Instituto
rindan notables frutos en esa ardua labor de ensanchamiento de las fronteras
del conocimiento acerca de la estructura y funcionamiento de los organismos
vivos, lo cual, indefectiblemente, repercutirá en la conquista de mejores
estándares de la calidad de vida y de salud para los seres humanos.
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| Comentarios y Sugerencias: e-mail: tiempo@siu.buap.mx | Tiempo Universitario es una publicación del Archivo Histórico Universitario de la Benemérita Universidad
Autónoma de Puebla
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