El Museo Universitario y sus colecciones Por Velia Morales Pérez 1
l museo y cualquier política patrimonial tratan los Origen de las colecciones
l acervo del Museo Universitario tiene tres orígenes, uno de ellos, muy significativo, es el que surge de su propia historia como institución educativa. De los Colegios Jesuitas se tienen un número importante de pinturas, algunos muebles y una escultura; del periodo en que fue Colegio del Estado se conservan una cantidad considerable de objetos de los gabinetes científicos, además de algunas revistas y banderas; y finalmente, desde que se transformó en Universidad, se ha ido reuniendo un número interesante de pinturas y obra gráfica del siglo xx, junto con una colección de fotografía.
El segundo aporte son las colecciones conservadas de la Academia de Bellas Artes de Puebla, que desde 1973 pasaron a formar parte de la Universidad. Las cuales están integradas por una numerosa cantidad de pinturas, grabados, yeserías, dibujos y documentos, de gran valía por la calidad de las piezas. Pensamos que la tercera aportación al acervo universitario fue del Museo de Antigüedades y Conservatorio de Artes creado en 1828 por el poblano José Manzo, que tuvo como primera sede algunas dependencias ubicadas en el primer patio del Colegio del Estado. Llegó a tener más de mil piezas,3 y fue resultado del gran interés de su fundador, un hombre de su tiempo —erudito y universalista— que tuvo la sensibilidad de reunir, tanto de su país como de Europa, muchos objetos de gran aprecio artístico e histórico.
En 1849 se decide el traslado del Museo a la Academia de Bellas Artes, ya que esta institución se encontraba consolidada y sus obras servirían para el aprendizaje de sus alumnos de artes. Es así que este valioso conjunto, estaría por muchos años en la dicha institución hasta 1926, que por iniciativa del Gobierno del Estado, se escindió para ser trasladado su mayor parte al recién creado Museo ‘Casa del Alfeñique’. En la Academia sólo quedaron unas cuantas piezas, la colección de dibujos de José Manzo, un grupo de monedas francesas conmemorativas y algunas pinturas, que se unieron con las obras de la Academia, y que en 1973 pasaron todas a formar parte del patrimonio de la Universidad. Hasta aquí un panorama general de los orígenes del acervo universitario. Ahora comentaremos cada una de las once colecciones, una vez estudiadas cada una de las piezas, haciendo los conjuntos siguientes: pintura, escultura, obra gráfica, dibujo, yesería, muebles, monedas y medallas, fotografía, aparatos científicos, historia natural, documentos y objetos históricos. Colección de obra gráfica
on casi mil piezas, es la colección más numerosa del Museo Universitario. Reúne atractivos grabados franceses, italianos y españoles de los siglos xviii y xix, piezas mexicanas del siglo xix, y gráfica de artistas y grupos destacados del siglo xx. Se conservan de los artistas europeos algunos grabados franceses que reproducen pinturas maestras del arte universal como son la serie de María de Medicis pintada por Rubens; Las sabinas del pintor Jacques Louis David, La Transfiguración de Rafael Sanzio, y varios más. Una serie francesa referente a Vestimentas de las órdenes regulares femeninas, otra italiana de La vida de San Elías y San Eliseo y una más francesa sobre Retratos de artistas europeos. Además de unas piezas curiosas, 54 Aguafuertes de Rembrandt, que son impresiones posteriores a los originales, probablemente del siglo xix, que forman parte de otro grupo de piezas que se encuentran en la Biblioteca José María Lafragua de nuestra Universidad.
Del siglo xix se tienen El retrato de Antonio Jerónimo Gil, de Fernando de Selma y La repulsa de Jorge Agustín Periam, quienes trabajaron en la Academia de San Carlos de la ciudad de México. Además del famoso grabado de la Biblioteca Palafoxiana dibujado por Miguel Jerónimo Zendejas y grabado por José Nava. La mayor cantidad de obra gráfica es del siglo xx, existen dos colecciones llamadas Comunicado Gráfico y El Festival Internacional de la Gráfica, de finales de los años ’70 y principios de los ’80, donde participan artistas de protesta. Además del conjunto más numeroso formado por piezas realizadas en los talleres de grabado que organizó nuestra Universidad en los años ’80, sumando 437 piezas y muchas otras piezas que fue adquiriendo la Universidad en estas mismas décadas. Entre las piezas sueltas hay un linóleo de Francisco Villa de Alberto Beltrán, varias piezas de Ángel Bracho, La emboscada de Leopoldo Méndez, otra de Pablo O´Higgins, Milán de Raimundo Sesma, y varias más. Y quizás las piezas más valiosas que se resguardan son las gráficas de Salvador Dalí, Rufino Tamayo y Francisco Toledo. Colección de dibujo
sta colección está formada por más de 200 dibujos de los siglos xix y xx. Una parte importante son ejercicios de alumnos de la Academia de Bellas Artes, otro conjunto es de 120 dibujos del brillante artista poblano José Manzo y otras más del siglo xx. El arquitecto José Manzo (1798-1869), también pintor y grabador, es un ilustre personaje de la ciudad, ya que estuvo involucrado en importantes proyectos artísticos como la construcción del ciprés neoclásico de la Catedral, en la fundación de la Academia de Bellas Artes en 1819 y la creación del primer museo de Puebla en 1828. Siendo el dibujo la base de su enseñanza académica, lo ejercitó tanto que dejó excelentes testimonios de sus actividades y conocimiento, así como bocetos de sus inquietudes e intereses. Los dibujos están realizados al lápiz, carbón, sanguina, tinta y acuarela, y son de sumo interés por conservarse tal número de piezas. Se tienen los bosquejos de algunos de sus proyectos como El interior de la Catedral de Puebla, Estudio para vitral de una santa, y proyecto de Pechina, además de trabajos de interiores arquitectónicos, algunas columnas, arcos, etc. Unas pequeñas acuarelas de la Vista de la Villa de Guadalupe y un Templo en ruinas. También los temas comunes sobre escenas religiosas de santos y retratos femeninos y masculinos. Manzo elaboró el grabado Alegoría de las Artes para los títulos de los docentes y socios de la Junta de Caridad de la Academia de Bellas Artes, existiendo en el Museo el Título de docencia del pintor Julián Ordóñez y el Título de socio eclesiástico a José Antonio Jiménez de las Cuevas.
Otras piezas de interés para conocer más de este artista son unos dibujos a tinta y al carbón de personajes mitológicos como Atlas con el mundo a cuestas, Fauno con mujer, Baco con escultura a cuestas, y escenas cotidianas como Carreta en medio de una calle, Arenga a los soldados, Viajeros y muchos más. Entre otros dibujos de la colección nos encontramos con ejercicios ejecutados por los alumnos de la Academia durante el siglo xix, ya que debían dominar el dibujo para llegar a ser buenos artistas. Realizaban ejercicios teniendo como modelos piezas de yesería, láminas y grabados. Debían iniciar su aprendizaje con el dibujo de los principios menores formados por ojos, narices, orejas; más adelante tenían que ejecutar los principios mayores: cabezas, manos, y pies; después torsos, bustos; posteriormente figuras completas, desnudos y finalmente temas historiados.
Ejemplos de estas tareas tenemos Mano con puro, anónimo, s. xix, Pie, anónimo, s. xix, Brazos, Manuel Anzures, 1820, Hombre desnudo recostado, José Mariano Benítez, s. xix y San Juan Bautista, Mariano Rodríguez, s. xix, entre otros. Para el siglo xx podemos mencionar Cara de niña de Juan Fuentes que fue maestro y director de la Academia por muchos años, Antonio Peñafil del también maestro de esta institución José María Pérez, realizado en 1938, Perfil de hombre de Josephine Ducollet, La flor de Fanny Rabel, un dibujo sin título de Miriam Holgado, de 1979 y una pieza de Juan Carlos Sobero de 1996. Colección de pinturas
l conjunto artístico más interesante del Museo Universitario es la colección de pinturas, integrada por 460 piezas que van del siglo xvii al xx, con obras de excelente calidad que hacen que sea una de las colecciones más destacadas, no sólo de la región sino del país.
A través de cada una de sus obras se realiza un completo
recorrido por la historia de la pintura en Puebla desde el periodo virreinal
hasta el contemporáneo. Del siglo xvii se conservan casi un centenar de obras, entre ellas, la serie llamada Los hijos de Jacob formada por 12 piezas, atribuida al Taller del pintor español Francisco Zurbarán y algunas excelentes piezas flamencas, testimonios de la influencia europea en el arte novohispano. Junto con obras de destacados pintores de la Nueva España como Gaspar Conrado con una serie de la Vida de la Virgen, Juan Tinoco con El Apostolario, la serie Los ermitaños atribuidos al taller de Diego de Borgraf, más varias pinturas de Pascual Pérez, Cristóbal de Villalpando, Bernardino Polo, Jerónimo de la Portilla y numerosas piezas anónimas.
Del xviii existen interesantes pinturas por su temática, como la serie anónima de la Historia Sagrada formada por 15 piezas y otra serie sobre Mujeres Fuertes formada por Porcía, Judith, Dalila, Lucrecia y Herodias. Debemos destacar dos series que formaron parte de los colegios jesuitas, una que hemos nombrado Teólogos Europeos integrada por 11 retratos de distinguidos miembros de la iglesia católica como Luis de Granada, Francisco Suárez, Ludovico Blosio y Juan Eusebio Nieremberg, que fueron realizados para ser colocados en la Casa de Ejercicios del Colegio del Espíritu Santo, ahora llamado Carolino, para testimoniar lo valioso de los Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola. La otra serie es la de Los Estudiantes del Colegio Jesuita de San Ignacio formada por 6 retratos de gran valía para la historia de nuestra institución ya que son de personajes prominentes de la ciudad como José Fernández de Villanueva Alonso del Linaje y Veytia, Domingo José Gandare Apreza y Andrés de Arce Quirós y Miranda.4 Además de bellísimas piezas como la Virgen de la Luz de Luis Berrueco, la Santa Pulcheria del extraordinario artista José Joaquín Magón y el San José con el niño de Francisco Martínez, y una buena cantidad de pinturas hasta ahora anónimas.
Del siglo xix hay cerca de 50 piezas y representan una nueva manera de concebir el arte de la pintura, como lo reflejan las obras al pastel Doña Teresa Hernández Moro, Una señora con su hijo y Autorretrato, realizadas por el poblano José Luis Rodríguez Alconedo, los retratos de los pequeños José Manuel Guerrero y José Ignacio Guerrero del artista José Guerrero, y las pinturas del Sacrificio de Gedeón, Las bodas de Canná y una Magdalena muy desenfadada. Otro representante destacado fue Agustín Arrieta (1803-1874), del que se resguardan los retratos de Doña María de la Luz Rosales de Calderón y de Un militar, de gran valía por la calidad de ejecución y que seguramente fueron donados a la Academia de Bellas Artes. Del siglo xx hay 157 piezas, de los inicios del siglo hay una serie de Alegorías del pintor Felipe Mastellari y algunos retratos como el del Dr. Rafael Serrano ejecutado por Gonzalo Carrasco en 1927; de los años ´70 hay un grupo numeroso de piezas de pintores de protesta que realizaron obras con una gran carga ideológica como Subida de José Rafael Alvarado González, Justicia social de Fernando Castellanos o El basurero de la historia de Enrique Estrada. Además de otros artistas sobresalientes del arte contemporáneo como Alfredo Zalce con El mercado y Las vendedoras de flores, Fany Rabel con Los cuatrocientos y algunos menos, y los reconocidos poblanos Aurelio Leonor con Amigos y Campirano y José Lazcarro con Coatlicue. Colección de muebles
s un pequeño grupo de muebles formado por 50 piezas, que debieron pertenecer en su mayoría a la Academia de Bellas Artes y alguno que otro a la Universidad. Hay cerca de 30 sillas del siglo xviii, con asiento forrado y patas torneadas en forma de garra llamadas Sillas estilo chippendale, algunas de las cuales tienen un excelente trabajo de talla en el respaldo. Existen más de una docena de sillas de madera con asiento forrado en terciopelo e incrustación de marquetería en los brazos, probablemente del siglo xix, dos sillones fraileros de madera tallada, con asiento y respaldo de cuero, adornado con tachuelas, uno de ellos pintado el respaldo con decoración floral, un baúl de olinalá, algunas mesas, varios libreros, un púlpito tallado y una cajonera, estos dos último de buena calidad y posiblemente de origen jesuita. Colección de monedas
stá integrada por 37 monedas francesas conmemorativas, 6 monedas mexicanas y 4 medallas. Suponemos que las monedas francesas las trajo José Manzo de su viaje a Europa, a principios del siglo xix, junto a otras piezas que formaron parte de su Museo de Antigüedades, así que esta colección debe ser la que nombra Antonio Carrión en su libro.
La mayor parte de las monedas francesas tienen en el anverso el rostro en perfil de Napoleón Bonaparte con una corona de laurel en la cabeza y la inscripción Napoleón Empereur et Roi (Emperador y Rey) y en el reverso tienen diferentes escenas, como la que presenta Porte de Brandebourg / L´Empereur entre a Berlin Le xxvii Octobre / mdcccvi, o la que muestra Entre a Moscou / xiv septembre / mdcccxii. Estas piezas tienen distintos autores como Andrieu, Denon, Jaley, Brenet y Galle. De las mexicanas tenemos una de la sociedad poblana de artesanos/ en su exposicion / 1873 con el lema honradez, trabajo y fraternidad; y una medalla de la misma sociedad pero de 1869 y tres sencillas medallitas de premio de la Academia. Colección de fotografía
ntegrada por un poco más de cuatrocientas piezas de la más diversa naturaleza. Del siglo xix se conservan fotografías estereoscópicas sobre el Colegio del Estado como: El Gabinete de Historia Natural, Segundo patio y Corredor del Colegio del Estado y El Gabinete de Química. Del mismo siglo tenemos un retrato del Ing. Pedro J. Sentíes, fundador del Gabinete de Historia Natural en 1875. Para las primeras décadas del siglo xx se tienen un Retrato masculino tomado por el afamado fotógrafo Josaphat y una foto de Entrega de premios de la Academia de Bellas Artes.
Hay algunas series de fotografía de distintas temáticas como: Cuba de Mayra A. Martínez; Vida social y arquitectura de la ciudad de Puebla de Palafox; Catedral, Carolino, Casa de los muñecos, y otros de Adalberto Luyando Lares y una interesante colección sobre Europa Oriental Socialista y varias piezas sobre el golpe de estado en Chile y movimientos sociales en México tomadas por distintos fotógrafos. Colección de aparatos científicos
na de las etapas más importantes de la historia de la Universidad es cuando fue Colegio del Estado, ya que se impulsó con gran ahínco el estudio de las ciencias, y por ello se crearon gabinetes científicos de física, química, biología, bacteriología y de historia natural, para apoyar los estudios de sus alumnos, y es de estos gabinetes de donde vienen los más de cien aparatos científicos que existen en el acervo universitario.
Provienen de varios países y épocas, hay franceses, alemanes, y norteamericanos, mencionaremos algunos de ellos: Eliostato de Prazmowski, Quimógrafo, Balanza analítica, Citoscopio, Cámara cuenta glóbulos, Actimógrafo, Máquina electrostática, Sextante y diversos microscopios. Colección de historia natural
l gabinete de historia natural era el más extenso, ocupaba varios espacios del edificio escolar como lo muestran las fotografías de la época. Había esqueletos de distintos animales y del hombre, gran cantidad de animales disecados y maqueta del mundo animal y vegetal. Ahora se conservan sólo un pequeño número de los animales disecados, entre ellos: un puma, un jabalí, un venado, un pangolín, dos osos —uno blanco y otro café— un águila real, un guajolote, un gorrión bigotudo, etc. Se tienen además frascos de animales preservados en líquido, maquetas de disección de animales y tres piezas francesas de uso didáctico para conocer cada una de las partes de una flor, una bellota y del tronco. En los años noventa fueron donadas dos mandíbulas de mamut del periodo pleistoceno y dos maderas petrificadas localizadas en Axamilpa. Colección de documentos
omentaremos los documentos, revistas y objetos que resguarda el Museo Universitario. Se tienen importantísimos Inventarios de los bienes artísticos de la Academia de Educación y Bellas Artes, de los siglos xix y xx y Anuncios de las exposiciones académicas, algunos números de la Revista Don Quijote, varios volantes de movilizaciones universitarias y algunos documentos sueltos. Y quizás el documento más valioso que se custodia es el Códice Yanhuitlán, fundamental para la historia mexicana. Dentro de los objetos destacados que se resguardan hay dos banderas: una de 1936 del Colegio del Estado y otra de la Universidad de Puebla y un estandarte de la Academia de Arte. Además de tres instrumentos musicales: un salterio del siglo xix, un órgano de fuelles y un armonio norteamericano. Colección de yesería
on más de cien piezas las que conforman esta colección, tanto del siglo xix como del xx, y son ejemplo de los modelos que seguían los estudiantes en su formación académica y de los trabajos que algunos de los estudiantes elaboraban como parte de sus clases de modelado.
Debemos señalar que nuestra Academia no tuvo la fortuna que
tendría esta misma institución de la ciudad de México, ya que ésta recibió
modelos vaciados de la Academia de San Fernando de Madrid, y sólo hubo algunos
aportes en piezas que regaló la Academia de San Carlos, y que quedaron
registrados en los archivo de la institución poblana.
Existen tableros con decoración vegetal y floral, cabecitas de ángeles, repisas con medallón, algunos relieves de Jesús y Dante; cabezas de distintos tamaños y bustos de varios personajes como Sócrates. Del mundo clásico tenemos los relieves de Amor y Psiquis, Antinoo, dos caras de sátiro, una cabeza monumental de una romana y un busto de vestal. Colección de escultura
s la colección más pequeña del Museo pero con piezas muy significativas como son la escultura orante de Melchor de Covarrubias, del siglo xvii, que seguramente estuvo en la iglesia de la Compañía de Jesús como patrono de la orden jesuita; el relieve de la Inmaculada Concepción, del siglo xvii, que se encuentra en la Casa de las Bóvedas, y representa uno de los trabajos más bellos que existen de esta época en la ciudad y dos esculturas en bronce del destacado artista José María Centurión, una de Esteban de Antuñano y otra del pintor Francisco Morales, una pequeña pieza francesa Le Signal, de Louis Moreau, de 1925 y cinco esculturas monumentales en Ciudad Universitaria de artistas contemporáneos. Así finalizo este breve recuento sobre las colecciones del Museo
Universitario que tiene como objetivo difundir entre la comunidad universitaria
una parte primordial del patrimonio cultural que conserva nuestra Universidad.
1 La autora es investigadora del Museo Universitario, estudió la
licenciatura en Historia en la buap
y cursó la maestría en Historia del Arte en la
unam.
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