Año 9, número 7
H. Puebla de Zaragoza a 15 de junio de 2006

Benemérita Universidad 

 
 
L

a historia universitaria en Puebla se remonta a más de cuatro siglos que han sido ricos en experiencias y acontecimientos. El presente texto tiene como fin el dar a conocer algunos de los principales sucesos ocurridos desde la fundación de la institución hasta la fecha, mismos que han contribuido a modelar su perfil, los antecedentes de su edificio central así como de dos de sus principales aulas: el salón Barroco y el Paraninfo; una semblanza de su fundador, el mercader en grana Melchor de Covarrubias; y los antecedentes del escudo y lema universitarios.

De estas lecturas se desprende la imagen de una Universidad, en transformación y perfeccionamiento permanentes, que ha sabido colocarse al ritmo de los tiempos, siempre vinculada a la ciencia y la cultura y ligada a los mejores intereses del pueblo mexicano.

El conocimiento de estos hechos contribuye a reforzar el orgullo de pertenecer a una institución cuyos merecimientos son reconocidos nacional e internacionalmente: la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla.

Historia de la Universidad*

Los primeros tiempos
(1578-1790)

E

l 14 de abril de 1578, el cabildo de la ciudad de Puebla solicitó al provincial de los jesuitas en la Nueva España la fundación de una institución educativa. El 9 de mayo del mismo año los jesuitas tomaron residencia en esta ciudad.

Foto panorámica del antiguo Gimnasio en el Colegio del Estado..

Después de diversas vicisitudes y gracias a una dotación del mercader en grana Melchor de Covarrubias, el 15 de abril de 1587 nació el Colegio del Espíritu Santo. El primer rector fue el padre Diego López de Mesa y uno de los primeros alumnos notables fue don Carlos de Singüenza y Góngora. Hacia fines del siglo xvii y principios del xviii brillan los humanistas. Sobresalen Antonio del Rincón, Francisco Javier Solchaga, José Rafael Campoy, Diego José Abad, José Agustín de Castro, Francisco Javier Alegre y Francisco Javier Clavijero. En 1767 son expulsados los Jesuitas y expropiadas sus pertenencias por el rey Carlos iii.

Ausentes los jesuitas, el actual edificio de la Universidad fue utilizado para diversos fines, entre ellos, la permanencia de los Colegios de San Gerónimo y San Ignacio pero, en la práctica, era destinado a bodegas y cuarteles de la soldadesca.

Colegio Carolino (1790-1820)

Los fracasos en la educación impartida en los despojos de los antiguos colegios jesuitas obligaron a que en 1790 el obispo Francisco Fabián y Fuero los reuniese en uno solo. Así nació el Real Colegio Carolino, en honor a Carlos iii, denominación que ya se venía utilizando desde 1770 y que se mantuvo hasta 1820, año en que los jesuitas regresaron a México. El primer rector fue el licenciado José Mariano Lezama y Camarillo.

Real Colegio del Espíritu Santo (1820-1821)

Vuelven los jesuitas. El 2 de octubre de 1820 se inician los cursos. Ahora se llama Real Colegio del Espíritu Santo, de San Gerónimo y San Ignacio de La Compañía de Jesús. El padre Ignacio María Lerdo de Tejada es el rector. El 22 de diciembre del mismo año son de nuevo expulsados los jesuitas.

Imperial Colegio (1821-1825)

Consumada la independencia, la regencia del primer imperio autoriza el restablecimiento del colegio bajo el nombre de Imperial Colegio de San Ignacio, San Gerónimo y Espíritu Santo. Es rector el padre Ignacio González de la Peñuela.

Colegio del Estado
(1825-1937)

Perspectiva. de la esquina del edificio Carolino, antes llamado Colegio del Estado, en el siglo pasado.

La caída del imperio y el gobierno provisional precipitaron cambios muy importantes en la estructura del colegio. En 1825 el congreso local otorga al gobierno la «suprema inspección sobre el Colegio del Espíritu Santo». Se convierte así en el Colegio del Estado. No obstante que se logró la completa separación de las autoridades eclesiásticas en el gobierno del colegio, sus rectores continuaron siendo sacerdotes.

En 1833-1834 el colegio pasa por una de las crisis más graves de su historia. En 1843 contaba con 233 alumnos. A pesar de la crisis, egresaron del colegio hombres de la talla de José María Lafragua, Fernando y Manuel Orozco y Berra Manuel Carpio, etcétera. En el mismo año se le conoce como Colegio Nacional. En 1855 se implanta el Plan General de Estudios, promulgado por Santa Ana.

Nuevo Paréntesis Imperial
(1862-1866)

Durante la intervención francesa y el segundo imperio, el colegio y la ciudad se sienten atraídos por la aparente seguridad que ofrecía el nuevo gobierno. Lo efímero del imperio y las dificultades económicas y políticas impidieron la modificación de las estructuras del colegio.

Período liberal

A la caída del imperio de Maximiliano de Habsburgo, el colegio se transforma totalmente. Las ideas liberales sustituyeron a las normas santanistas en la educación. Numerosos hombres del liberalismo se trasladan a organizar la educación en Puebla. Entre ellos Ignacio Ramírez «El Nigromante» y Guillermo Prieto, pero el más destacado es Ignacio Manuel Altamirano, quien tomó posesión como presidente (rector) a principios de 1881 y realizó importantísimas modificaciones, que perduraron hasta la transformación del colegio en Universidad. Los finales del siglo xix y comienzos del xx constituyen el apogeo del Colegio del Estado.

Período de la revolución

La dictadura agobiaba el pueblo. El colegio nunca fue ajeno a esta realidad y entre sus estudiantes se despertó un afán de renovación social. Cuando Madero vino a Puebla, los estudiantes le hicieron patente su solidaridad. Esto les acarreó represalias a Alfonso G. Alarcón, Luis Sánchez Pontón, Gil Jiménez y otros que se sumaron a la causa maderista en contra de la dictadura de Porfirio Díaz. Posteriormente, el colegio fue cerrado el 24 de julio de 1919.

Universidad de Puebla
(1937-1956)

El 4 de abril de 1937, quedó legalmente instituida la Universidad de Puebla, a iniciativa del general Maximino Ávila Camacho. La institución quedó a merced de los dictados del gobierno, lo que motivaría los movimientos universitarios posteriores. El primer rector fue el licenciado Manuel L. Márquez. En 1941, con el pretexto de que nuestro país le había declarado la guerra a Alemania, Italia y Japón, se trató de militarizar a la Universidad. Gracias a un movimiento estudiantil tal intento fracasó.

Universidad Autónoma de Puebla
(1956-1987)

Al frente de izquierda a derecha, el maestro Joaquín Ancona Albertos, Gonzalo Bautista O'Farril, Rafael Ávila Camacho, Marina Sentíes, Rafael Artasánchez Romero, Francisco Arellano Ocampo, Fausto M. Ortega, José Antonio Pérez Rivero, todos miembros de la comunidad universitaria, a excepción de Ávila Camacho y Fausto M. Ortega. Poco después de anunciada la Autonomía de la Universidad.

La autonomía de la Universidad era un intenso anhelo desde por lo menos 1937. Diecinueve años después -1956- se hace realidad. El curso de este movimiento consta de varios anteproyectos elaborados por agrupaciones de alumnos y que aprovechados por la Federación Estudiantil Poblana de 1956-57 toma forma definitiva. Por manifestaciones estudiantiles, apoyadas por la prensa, el 23 de noviembre de 1956 se publica en el Periódico Oficial la Ley Orgánica de la Universidad Autónoma de Puebla. En esta Ley se contaba la existencia de un Consejo de Honor, con facultades superiores al Consejo Universitario, lo que habría de ser motivo de disputa entre universitarios liberales y conservadores hasta la modificación de la ley en 1963, en la que el Consejo de Honor desapareció.

Benemérita Universidad Autónoma de Puebla
(1987 a la fecha)

El 1º de abril de 1987, los diputados de la 50 Legislatura, Carlos Barrientos de la Rosa, Guadalupe Sánchez Lozada, Miguel Guerra Castillo, Antonio Castelán Guarneros y Roberto Pozos Cuspinera, sometieron al Congreso del Estado la iniciativa de declarar Benemérita a la Universidad Autónoma de Puebla, iniciativa que fue aprobada en la sesión del 2 de abril de 1987, emitiéndose el decreto correspondiente. En 1991 la 51 legislatura local aprobó la Ley de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, misma que, por último, fue actualizada el 10 de diciembre de 1998.

El actual rector de la Universidad es el maestro en fisiología Enrique Doger Guerrero.

 

Construcción y reconstrucciones del edificio Carolino*

La sagrada familia.
L

a mayor parte de la historia de la hoy Benemérita Universidad Autónoma de Puebla se ha desarrollado en el edificio Carolino. Su construcción, obra de muchos autores, tardó más de doscientos años en realizarse y ha sido objeto de constantes modificaciones y adaptaciones.

En 1578, el P. Antonio de Mendoza, provincial de los jesuitas en la Nueva España, autorizó la construcción en Puebla del templo de la Compañía de Jesús, adjunto al Colegio del Espíritu Santo, partiendo de las casas del arcediano de la Catedral, Diego Gutiérrez Pacheco, en las que se había instalado la residencia de los jesuitas. También obtuvo permiso del general de la orden en Roma, Claudio Aquaviva, para aceptar a D. Melchor de Covarrubias como fundador del Colegio del Espíritu Santo en 1587.

Las primeras obras de construcción estuvieron a cargo del hermano Juan López de Arbaisa, nativo de Durango, Vizcaya. Él introdujo en la Nueva España la bóveda de gran clave. Anteriormente había realizado las grandes obras de desagüe del Valle de México. Trazó el plano del colegio con cuatro patios y un gran vestíbulo, pero su proyecto sufrió muchas modificaciones a medida que se construía pues Aquaviva ordenó que se conservara algo de la casa del arcediano, para que no se dijese que los jesuitas construían pero también destruían.

Probablemente las obras comenzaron en 1587 cuando, gracias a la aportación de Melchor de Covarrubias, el colegio pudo disponer de recursos. Antes, Antonio de Mendoza se había resistido a otorgar el permiso de construcción por la penuria en que se encontraban los jesuitas. En tanto se edificaba la iglesia, éstos adquirieron toda la manzana e intentaron extender más sus propiedades, cerrando la calle hoy denominada 6 sur, entre las actuales avenidas Palafox y Mendoza y 3 oriente.

Ya en el siglo xviii otro jesuita, el hermano Juan Gómez, coadjutor del colegio, nacido en la villa de Higuera, Extremadura, en 1661, construyó la Casa de Ejercicios Espirituales, tercer patio del Carolino así como la capilla privada dedicada a San José, hoy conocida como salón Barroco. Entre sus obras se encuentra la introducción al edificio de agua potable procedente de Amalucan

El ingreso de la Santísima Virgen al servicio del templo.

Todavía en 1813 la fachada principal del colegio, aparte de su hermosa portada de cantería en la puerta principal, contaba con una gran cornisa figurando un balcón y su azotea estaba adornada con jarrones que servían para que de ellos salieran fuegos artificiales. Esta fachada fue reconstruida en 1907 quedando muy sobria, en contraste con la belleza interior del edificio y con la fachada de la 3 oriente.

Durante los siglos xix y xx, el edificio sufrió muchas transformaciones originadas en ocasiones por la penuria que atravesó el colegio a causa de las luchas entre conservadores y liberales y, a veces, por la necesidad de realizar adaptaciones.

El 22 de agosto de 1833 se produjo una explosión de gran cantidad de pólvora que el gobierno conservador almacenaba en el edificio, destruyéndose los pisos altos y los techos. Murieron 138 personas y en el incendio derivado se destruyó una parte importante del archivo de la secretaría del colegio.

En el cuarto patio del edificio fue construido, en 1895, un gimnasio y una alberca, misma que posteriormente fue cubierta y convertida en cisterna.

A principios del siglo xx fueron construidos los observatorios meteorológico y astronómico, sobre el módulo adyacente a la calle 6 sur, y el museo de historia natural, en el pasillo corto frente al salón Barroco. En 1935, por necesidades económicas, el colegio vendió el segundo patio que, aprovechando el agua que aún llegaba de Amalucan, fue convertido temporalmente en fábrica de cerveza.

A consecuencia del sismo del 15 de junio de 1999, que dañó la mayor parte de la estructura del edificio, actualmente se está procediendo a su restauración y consolidación, eliminando las 650 toneladas de sobrepeso que significaban los observatorios meteorológico y astronómico.

En estas obras, mediante calas, se han descubierto los cimientos originales y se procede a proporcionar al edifico un aspecto muy semejante al que tenía en el siglo xix.

Traza y planta del Colegio de la Compañía de Jesús, de la ciudad de la Puebla de los Ángeles de la Nueva España.

 

El salón Barroco*

S

ituado en el segundo piso del edificio Carolino, el salón Barroco, aparte de ser un exponente de la arquitectura de este tipo, guarda una maravillosa colección de pinturas, orgullo de la ciudad de Puebla.

Este centro tiene un brillante y antiquísimo historial.

Salón Barroco.

El salón fue, originalmente, una capilla dedicada a San José. El decorado de sus bóvedas tiene todas las características del estilo barroco; entablamientos curvados y sinuosos; los arcos; lo recargado de adornos compuestos de conchas, frutas, flores, paños, retorcidas volutas y castelas, alados querubines y muchos otros en abigarrado conjunto.

La semejanza que se aprecia entre la sección central de la bóveda y el decorado de la Capilla del Rosario del templo de Santo Domingo, de esta ciudad, considerada como una maravilla, hace pensar que fue obra de los mismos artífices.

En el centro del magnífico artesonado destaca una cruz de Calatrava, de brazos iguales, estructurada por cuatro grandes ramas de laurel y en sus cuatro ángulos simétricos pares de rayos con extremidad en forma de cayado episcopal; este precioso conjunto está encerrado en una cruz formada por un listel que guarda una no interrumpida guirnalda de blancas rosas; como para sostener esta figura central y semejando el contorno de gigantesco escudo, volteos de altísimo volado unen los cuarterones de simétricas, elegantes y tupidas combinaciones de macollajes, lacerías y volteos de recios y vigorosos volados, guirnaldas y flores.

Busto realzado de la Virgen Inmaculada, en el salón Barroco. Foto Roberto Solari Canepa.

Al borde del lado derecho y en sendos ovalados retablos están los bustos realzados de la Virgen Inmaculada, al lado derecho, y de Jesucristo, al izquierdo.

La parte primera de la bóveda es del mismo estilo y de la misma época de la sección ya descrita y tiene motivos decorativos muy semejantes; no así la parte tercera que corresponde a lo que fuera la sacristía, y que para aumentar la amplitud de esta sala fue privada de esta pared medianera con lo que era capilla. En 1945 se decoró esta sección, en un estilo más simplificado, pero que conserva el sabor de la churriguera, aunque guardando grande distancia con el arte y profusión de lo demás del embovedado.

A ambos lados se encuentra colocada la vieja sillería del antiguo Colegio de San Pantaleón, hoy Palacio de Justicia del Estado de Puebla; al fondo fue colocado un monumental retablo que sirve ahora de dosel al presidium; sillerías y retablo son de los mismos estilos churriguera y barroco.

El retablo contiene cuatro escudos nobiliarios que corresponden , por su orden, el de en medio, parte superior a la Casa de Ariza, o sea el familiar del obispo Juan de Palafox y Mendoza; el que aparece a la izquierda, en segunda línea, es el escudo personal del propio obispo Palafox. Ambos figuran también en la fachada, sobre la puerta del antiguo colegio de San Pedro, 5 oriente 3, hoy Secretaría de Turismo.

Retablo barroco tallado en madera. Foto Roberto Solari Canepa.

En el extremo derecho del retablo, y a la misma altura del segundo escudo mencionado está el personal del obispo don Pantaleón Álvarez Abreu. Fundador del Colegio de San Pantaleón que fue establecido junto al de San Pedro, en el edificio que hoy es el Palacio de Justicia del Estado. En el frontis de este edificio se encuentra también esculpido, al mismo tiempo que el escudo personal del obispo Palafox y Mendoza.

Al centro y en la parte inferior está en tamaño mayor el escudo de don Melchor de Covarrubias, cofundador del Colegio del Espíritu Santo y principalísimo sillar de esta institución docente que ha podido perdurar a través de cuatro centurias.

Aparte de los cuatro blasones ya referidos, en el salón Barroco de la buap se encuentra una valiosa colección de pinturas entre las que caben destacar La huida a Egipto (en dos versiones), El retorno de Egipto, La Virgen María con su familia, El ingreso de la Santísima Virgen al servicio del templo, Los desposorios de María y José, La anunciación de María Santísima y encarnación del Verbo, La visitación de María a su prima Isabel, El nacimiento del Niño Dios en Belén, La adoración de los reyes magos, La purificación de María, La Sagrada familia, Jesús en medio de los doctores de la ley es encontrado por José y María y La Asunción de María a los cielos.

 

El salón Paraninfo*

Tribuna en el Paraninfo. Foto didcav.
E

n la segunda planta del edificio Carolino, subiendo por la rama oriental de la Escalera de los Leones, se encuentra el salón Paraninfo, dividido en dos salones: el Paraninfo propiamente dicho y el Salón de Protocolos.

En su estructura original se trataba de un salón abovedado, de 37.50 metros de largo y 6.40 de ancho y bóvedas de ocho metros de altura. El salón se encuentra circundado por una hermosa sillería de cedro con sus respaldos correspondientes que rematan con una moldura que figura un listón ondulante. Esta sillería se ubica sobre un zócalo de mampostería y, debajo de éste, a metro y medio de distancia, se ubica otra sillería idéntica a la anterior.

En el salón se encuentran cuatro sillas muy antiguas que pertenecieron a la primera capilla del colegio y que servían para las misas de tres padres.

Cuenta con diez grandes ventanas envidriadas, cortinas de seda, un candil de cristal, catorce arbotantes para 28 focos. En sus muros se encuentran los retratos de cuerpo entero de don Melchor de Covarrubias, don José María Lezama y Carrillo, don José María Zapata Parraga y Bocarando y don Joaquín Rivadereyra y Barrientos.

Originalmente tenía dos entradas pero, al ser dividido, cada sección cuenta con una sola. Frente a la entrada principal se ubica una hermosa tribuna de cedro con chapas de caoba y con incrustaciones de maderas finas. Tiene cinco metros de altura y 4.5 metros de ancho. Al centro de esta tribuna se ubica el escudo de armas de la ciudad de Puebla. En su parte alta imita un dosel que cubre un óvalo con el retrato en busto de Santo Tomás. Termina el copete del dosel con una cortina de madera con incrustaciones de color imitando seda o terciopelo.

 

Don Melchor de Covarrubias**

Escudo de la familia Covarrubias.
D

e ilustres antepasados, D. Melchor de Covarrubias nació por los años de 1532 ó 1533, en la recién fundada población de Los Ángeles, hoy Puebla. Sus padres se encuentran entre los primeros pobladores de la ciudad.

D. Melchor hizo una gran fortuna al dedicarse al negocio de la grana. Desempeñó el puesto de regidor, mostrando una gran capacidad de manejo de los asuntos de la ciudad. Su prestigio llegó a oídos de Felipe ii, quien lo recomendó al virrey D. Martín Enríquez «para que lo ocupase en los mejores oficios y alcaldías mayores de este reino conforme a la calidad, méritos y servicios hechos a su rey y a su Patria de los cuales nunca se quiso valer por no arriesgar su conciencia».

Aparte de hombre de estado, se distinguió también en algunas actividades militares. En octubre de 1570 es designado por el cabildo de la ciudad para defender el puerto de San Juan de Ulúa contra la invasión de los piratas ingleses.

Empero, sin lugar a dudas, el hecho más relevante de este caballero es la dotación que hizo como patrono de la residencia y colegio del Espíritu Santo en Puebla. Efectuada la fundación el 15 de abril de 1587, para la que entregó la cantidad de 28,000 pesos, continuó sosteniéndolo mediante el traspaso de otros de sus bienes. Al fallecer, nombra al colegio como heredero universal de sus bienes. Sus restos se ubican en la sacristía del templo del Espíritu Santo, La Compañía.

 

Lema y escudo universitarios

Evolución del escudo universitario a través del tiempo.
E

l lema Pensar Bien, Para Vivir Mejor, habla del quehacer científico, cultural y académico de la Universidad y sintetiza la importancia del conocimiento en el desarrollo humano. El lema del Colegio del Estado era el de Sufragio Efectivo, no Reelección pero cuando el colegio fue transformado en Universidad, el rector Manuel L. Márquez propuso modificarlo para que la institución no apareciese como una más de las dependencias gubernamentales.

El 20 de abril de 1937 fue publicada la convocatoria de un concurso para designar lema a la institución. El triunfador recibiría un premio en efectivo. El jurado fue integrado por los señores Luis Lozano Cardoso, Juan de Dios Flores, Enrique Díaz Fuentes, Armando Vergara y Carlos M. Ibarra. El veredicto sería emitido el 3 de mayo.

Se presentaron 17 propuestas, todas caracterizadas por su pobreza de contenido (De mí brotará la ciencia, Patria mejor, Por el símbolo de mi raza, Por la Patria y por la ciencia, Por la cultura y otras por el estilo), por lo que el jurado decidió, en justicia, declarar desierto el concurso.

El 25 de mayo de 1937, el contador José Bustos, secretario de la institución, acuñó por cuenta propia el lema que desde entonces caracteriza a la Universidad.

El escudo universitario fue creado a principios de 1937, y declarado oficial el 22 de mayo de ese mismo año. Hasta entonces, el escudo institucional había sido el de Melchor de Covarrubias.

El autor del nuevo escudo fue el maestro Javier Ibarra Mazari, quien se inspiró en la transformación del Colegio del Estado en Universidad, lo que equivalía a un renacer institucional.

Este símbolo, que hoy identifica a la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, representa al Ave Fénix emergiendo de las lenguas de fuego que destruyen un pasado y dan pie a un futuro enmarcado por Minerva, la diosa de la sabiduría. Bordeando el escudo por su parte inferior aparecía la leyenda Universidad de Puebla. Simboliza a una Universidad que en cada transformación renace de sus cenizas.

En 1956, cuando la institución conquistó su autonomía, la leyenda original fue ajustada a fin de que ahora rezase Universidad Autónoma de Puebla. En 1987, cuando a la Universidad le fue conferido el título de Benemérita, se agregó esta palabra al escudo, orlándolo en su parte superior.

También ha sufrido transformaciones artísticas. El original correspondía a los rasgos característicos de la pintura clásica. Con el tiempo se ha estilizado, ajustándolo a la estética moderna. Los cambios, aunque apreciables a simple vista, no se han separado de la idea original: el Ave Fénix emergiendo de las llamas y señoreada por Minerva.

 

 

  »Gacetas 2006

| Comentarios y Sugerencias: df e-mail: tiempo@siu.buap.mx |

Tiempo Universitario es una publicación del Archivo Histórico Universitario de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla
Aparece quincenalmente. Esta publicación se puede adquirir en la Casa de la Memoria Universitaria,
Archivo Histórico Universitario, Avenida Reforma 531, Puebla, Puebla, Tel. (01 222)  2 32 74 79.
Se aceptan colaboraciones de investigación sobre la vida universitaria.

 

Ir a página principal

Copyright 1998 |©Tiempo Universitario | All rights reserved |
Director: Alfonso Yáñez Delgado
Gaceta Histórica de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla
México
gh