María Cuanalo Rojas Por Rosario Robles Galindo * Primera estudiante en Puebla, que obtuvo el grado de médica cirujana y
partera en el Colegio del Estado en 1926, y defensora de la Autonomía
Universitaria.
Actualmente la historia de la ciencia y la medicina en Puebla, tiene mucho trabajo todavía por realizar en el ámbito académico, siendo algunos de esos compromisos, el compartir públicamente la identidad y la producción socio-política y académica de sus mujeres, quienes mediante sus estudios e investigaciones han servido a su comunidad a lo largo de su historia. Este es el caso de María Cuanalo Rojas, memorable médica, cuya trayectoria institucional dejó gratos recuerdos entre los universitarios, periodistas, pacientes, alumnos y todas aquellas personas que tuvieron el beneplácito de compartir con ella sus inquietudes sociales, académicas y políticas, convirtiéndose en un ejemplo a seguir no sólo por las mujeres médicas, sino también por todas las universitarias. La vida y obra de la doctora Cuanalo Rojas, irrumpe una de las épocas más combativas y transcendentales de la historia regional y local de la ciudad de Puebla, debido a los cambios que se suscitaron en su marco político, en la educación superior y en las libertades sociales alcanzadas entre la tercera y cuarta décadas del siglo xx. Antecedentes Biográficos María Cuanalo Rojas, nació en Huejotzingo, Municipio de Puebla en el mes de diciembre de 1899. Sus padres fueron Jesús Cuanalo Torres y María Pragedis Rojas Téllez Corona, quienes por asuntos familiares acordaron registrar civilmente a la pequeña María en Tecuanipan-Cholula, motivo por el cual su partida de nacimiento legalmente quedó asentada en los libros de esa municipalidad.1 Los primeros años del siglo xx fueron difíciles para María y sus padres, debido a que el trabajo que desempeñaban en el campo, sólo les permitía obtener los ingresos destinados para su subsistencia, circunstancias que motivaron a don Jesús y a doña María Pragedis a buscar otras alternativas de vida para sus hijos, hallando como solución alquilar una vieja máquina de coser para obtener otros ingresos; así fue como al Municipio de Tecuanipan-Cholula, llegó la iniciativa industrial de elaborar camisas y otras prendas sólo por la módica cantidad de 2 centavos, que era lo que cobraba doña Pragedis a sus clientes, mientras su esposo se dedicaba a cultivar el campo.2 El surgimiento de los movimientos revolucionarios en 1910 obligaron a los progenitores de María, a cambiar su lugar de residencia, con el fin de mitigar sus temores y vicisitudes derivadas de la guerra, condiciones que les permitieron matricular a sus hijos, en algunas escuelas, de la ciudad de Puebla; en el caso de María, ella fue alojada en la casa de su tía, quien se encargó de su custodia, alimentación y de inscribirla en la Escuela oficial “José María Arteaga”, con el fin de que cursara sus estudios de primaria, los cuales concluyó satisfactoriamente, para continuar con los de secundaria. En 1914 ingresó al Colegio del Estado de Puebla, dónde cursó la enseñanza preparatoria, obteniendo varios premios de cátedra por su aprovechamiento y dedicación.3
En 1920 inició sus estudios superiores en la Escuela de Medicina, espacio académico hasta esos momentos dominado por la población masculina. Esto no desalentó a María Cuanalo, quien no tenía otro anhelo que el de cumplir su meta de recibirse como médica, cirujana y partera, tarea que no fue sencilla pues su presencia femenina causó un malestar emocional entre sus compañeros de clase que se limitaron a aplicarle “la ley del hielo”, pero esto lejos de amedrentarla por el contrario exacerbó su deseo de convertirse en médica, dispuesta a luchar contra todos los obstáculos que le impedían el cumplimiento de sus anhelos.4 Cabe añadir, que a la controvertida situación que se estableció, entre ella y sus compañeros de clase, se incorporó la falta de recursos económicos de sus padres, quienes no contaban con los medios necesarios para comprarle los libros u otros materiales necesarios para el cumplimiento de sus tareas y prácticas escolares, adversidades que sorteó apoyándose en los libros y manuales de la biblioteca de la Escuela de Medicina, de la que María se convirtió en la más asidua de sus usuarias, lo cual se reflejó en sus calificaciones y en los premios que recibió por su aprovechamiento académico, algunos de ellos, firmados por el memorable catedrático y alienista poblano doctor Rafael Serrano Daza.5 Durante el tiempo que duró su formación académica de seis años, aprendió en cada una de las asignaturas todo lo que un médico de su época debía saber para el buen ejercicio de la profesión en beneficio de su comunidad y de sus semejantes. Singularmente sintió la necesidad de incursionar en el ámbito de la investigación médica y siguió muy de cerca los pasos de su maestro Anastasio Placeres, doctor poblano que se especializó en bacteriología y virología en el Instituto Pasteur de París, quien años más tarde realizó varios estudios para aislar la brucella mellitensis y la preparación de la vacuna antirrábica.6 Cabe añadir que durante la estancia del doctor Placeres en París, la doctora Cuanalo lo suplió en su cátedra, pues para esos momentos ella ya había sustentado los exámenes teóricos y prácticos correspondientes para obtener su título de médica, cirujana y partera en el año de 1926; quizás estos fueron los estímulos que la guiaron a satisfacer sus necesidades de aumentar sus conocimientos y sobresalir dentro del ámbito varonil y médico de su localidad. En el mes de Agosto de 1937, María Cuanalo asistió al Congreso Médico que se realizó en Alemania, donde tuvo la oportunidad de conocer los últimos avances de la medicina clínica de su tiempo, así como de visitar y recorrer las instalaciones de algunos institutos, hospitales y laboratorios de las ciudades de Berlín, Nauheim, München y Leipzig, establecimientos de añeja tradición histórica y médica en la nación teutona, durante el siglo xx. Es importante señalar que la participación de la doctora Cuanalo en los congresos médicos nacionales e internacionales, así como sus participaciones en otras actividades académicas, poco a poco la hicieron distinguirse entre sus colegas y alumnos, quienes se beneficiaron con sus conocimientos, permitiéndoles aprender que después de las fronteras de México, en otras naciones, los avances de la medicina clínica resultaban todo un acontecimiento innovador, resguardado como siempre por el apoyo de la tecnología vanguardista europea, que tanto beneficio trajo a nuestro país y a la llamada “medicina experimental”, a finales del siglo xix y principios de xx 7. María Cuanalo Rojas y su participación en la política local, defendiendo los intereses de la Autonomía Universitaria en el año de 1944.
Su cargo como catedrática de la Escuela de Medicina le permitió a la doctora Cuanalo Rojas, vivir uno de los momentos más importantes para su querido “Colegio del Estado”, su Alma Mater, debido a que esta institución sufrió un cambio en su estructura orgánica derivado de una iniciativa impulsada por el entonces gobernador Manuel Ávila Camacho, puesta en vigor el 14 de abril de 1937 mediante un acto oficial dónde se reconoció que ese antiguo Colegio desde ese momento llevaría el nombre de “Universidad Autónoma de Puebla”, institución oficial del Estado. Si bien la estructura interna de la nueva universidad quedó sujeta a un Consejo Universitario, integrado por el rector, los directores de las escuelas, los maestros, alumnos y demás trabajadores, en los hechos, la institución quedó en manos del gobernador al regir su estructura política y económica.8 El día 23 de abril del mismo año se emitió la primera ley orgánica de la universidad, la cual comenzó a funcionar en un espacio exclusivo para estos menesteres, y dónde la tutela del gobierno siempre estuvo presente. Sin embargo la situación de la nueva universidad durante el año de 1942, mostró nuevos cambios institucionales debido a la severa situación política que impera en el mundo por los conflictos bélicos de la Segunda Guerra Mundial, cuya influencia se hizo sentir en México y principalmente en el gobierno de Gonzalo Bautista, quien influyó en el funcionamiento interno de la Universidad al aprobar un decreto oficial para derogar la autoridad que tenía el Consejo Universitario para nombrar al rector de la máxima casa de estudios.9 Este abuso institucional del gobernador Bautista sobre la incipiente Autonomía Universitaria, tenía un trasfondo político internacional que inició con la declaración pública, que dicho mandatario hizo sobre la militarización de la educación superior y oficial en Puebla el domingo 28 de marzo de 1943, siendo algunos fragmentos de esa noticia los siguientes: “Que tendrán grados en la universidad. Esto dispuso el gobierno del Estado, a fin de que haya disciplina en el plantel… Como dispone el Reglamento que expidió el señor gobernador de la militarización absoluta de la Universidad de Puebla, esta institución entrará de lleno al régimen de la milicia —se nos dijo— haciéndose cargo de la administración y cuidado de la vida interna de la institución el Asesor Militar, ingeniero Guillermo Camargo Hampshire, con los oficiales del ejército que han sido designados por la comandancia de la Zona Militar del Estado de Puebla; los profesores y empleados de nuestra primera Casa de Estudios tendrán grados militares a efecto de lograr un conjunto en que la disciplina impere; la mayoría de los universitarios se nos dijo también —tienen ya sus correspondientes uniformes y algunos que por algunas circunstancias todavía no lo tiene— los otros alumnos lo ayudarán con la finalidad de que todos los estudiantes cuenten con el equipo que el reglamento marca”… “Se incorporan las escuelas oficiales al régimen militarista impuesto por el gobierno”.10
Por otra parte, el gobernador Gonzalo Bautista, trató por todos los medios de mantener un control social sobre la población en general, con el fin impedir disturbios políticos y económicos, tanto en la ciudad como en el Estado, derivados de las huelgas propuestas por los trabajadores de las distintas industrias y fábricas, cuyas demandas se convirtieron en los principales encabezados de los periódicos de la época a saber: “No ha estallado una sola huelga en el Estado, debido a que el gobierno ha procedido con atingencia en cada caso, principalmente en las fábricas textiles… Vuelve la amenaza de huelga para las empresas textiles, los molinos de trigo, las gasolineras, las boneteras y demás empresas con el fin de mejorar los salarios…Los jarcieros de Tehuacán piden aumento de salarios, los estibadores piden 4 pesos de salarios… Se unen al movimiento de huelgas los tahoneros y operarios que buscan incremento de salario... a estas demandas se une la fábrica de cerillos Atlas”.11 El empeño y la preocupación principal del gobernador, por mantener una “supuesta estabilidad socio-política y económica” en el Estado, se debía a que tenía que comprobar ante las autoridades de los Estados Unidos de Norteamérica que Puebla era una comunidad dispuesta a ofrendar soldados universitarios, oficiales, civiles, en fin ciudadanos de toda calidad y género, a los que se sumaban los espacios económicos y agrarios dispuestos para inversionistas extranjeros interesados en arriesgar sus capitales en este Estado, al concluir la guerra. Motivos que lo orillaron a realizar algunos eventos como el que se llevó a cabo en el Teatro Principal, el día 30 de abril, en compañía de un representante del Arzobispo. Noticia que fue cubierta por el Diario “La Opinión”, siendo algunos fragmentos de esa nota los siguientes: “Un trascendental discurso pronunció ayer el gobernador del Estado en un grandioso mitin. Este fue de orientación política y social… Asistieron a él los diversos representantes de las juventudes latinoamericanas... Son malos mexicanos, son traidores los que pregonan que la defensa de la patria debe hacerse sin mercantilismo, mercantilismo que creen encontrar si los mexicanos salen del territorio a luchar… Causa satisfacción ver el esfuerzo realizado por la juventud que analiza por qué México decidió entrar a la lucha armada, estudiando las medidas que debe tomar conscientemente de que la responsabilidad no es del régimen, sino de todos: del patrón, del obrero, del intelectual, del ignorante, del católico y del protestante... todos deben aportar su contingente para construir la unidad del partido de la guerra... México debe tomar parte en la lucha armada, valientemente; no solo enviando lo que de comestibles y materias bélicas se requiere, que con eso no se ganará la guerra, sino buscando al enemigo dónde se encuentre”.
En la columna de ese mismo Diario, apareció una nota el día martes 30 de marzo, intitulada El suceso del día, “Militarización en la universidad”, siendo algunos de sus párrafos: “Los elementos estudiantiles que pertenecen a la Universidad de Puebla, han quedado perfectamente militarizados, atendiendo a una de las más urgentes necesidades que se han creado con motivo del estado de guerra... La universidad de Puebla, obedeciendo planes de militarización entra en un nuevo período histórico, cuyos resultados serán en benéfico de la patria y del propio estudiantado. La organización militar, es la mejor hasta ahora conocida y sus resultados de progreso y orden bien entendidos, se dejan ver en grupos heterogéneos, el fruto moral que la universidad recoja será abundante, pues sus nuevos soldados son leales, cultos, nobles, entusiastas y su tradicional dinamismo lo pondrán al servicio de la patria, de su Estado y de su civilización”…12 Con estos resultados de control social el gobernador Gonzalo Bautista, viajó a los Estados Unidos de Norteamérica, donde realizó varias entrevistas con funcionarios, mismas que fueron publicadas en el Diario “La Opinión” con los siguientes encabezados: “Visita del gobernador Gonzalo Bautista en Washington al Secretario de Estado de los Estados Unidos de Norteamérica Cordel Hull, para informarle sobre los resultados de su propaganda para que las democracias ganen la guerra, ya que México se encuentre entre los aliados… En su gira por los Estados Unidos, Bautista logra intercambios de semillas y ganados, y los gringos quieren conocer Tonantzintla… Bautista continúa argumentando en los Estados Unidos que en Puebla se han fraccionado las tierras con el fin de irrigarlas, quitar de las manos a los latifundistas y sobre todo porque ha llegado el momento de trabajarlas comunitariamente”… Al trabajo informativo del gobernador de Puebla se unió la trascendental entrevista entre los presidentes Manuel Ávila Camacho y Franklin D Roossevelt donde se acordó que: al terminar la guerra Estados Unidos ayudará al progreso industrial de México.13 A su regreso a Puebla, el gobernador Bautista halló que sus planes y acuerdos internacionales estaban a punto de colapsar, debido a que los estudiantes de la universidad se hallaban en plena huelga activa, difundiendo manifiestos en las esquinas de las calles de la ciudad y haciendo un paro general de clases, contra su rector, el doctor Raimundo Ruiz, a quien le solicitaban su renuncia, por haber procedido alevosamente en la expulsión de unos alumnos. La respuesta de gobernador ante los medios de comunicación fue negativa limitándose a declarar públicamente en el Diario “La Opinión” que “Si desgraciadamente se hace necesario se cerrará la Universidad de Puebla… Así lo dijo ayer el señor gobernador… No permitirá que se quebrante la moral ni la disciplina en el mencionado plantel… Los estudiantes inquietos serán expulsados, pero si esto no ratifica el orden procederá duramente contra esa huelga antipatriótica con que pretenden amedrentar al régimen… La disciplina militarizada impuesta en todas las dependencias educacionales, no permitirá que se quebrante, ni mucho menos el orden establecido en la Universidad de Puebla de la que es rector el médico Raimundo Ruíz”.14
Los siguientes días del mes de mayo en Puebla, se convirtieron en una confrontación pública que halló en los diarios locales y nacionales los canales idóneos para dar a conocer las sentencias del gobernador Bautista sobre “los estudiantes antipatrióticos”, sus familiares y demás sectores de la población, simpatizantes con el movimiento. Pero al parecer las amenazas del gobierno de clausurar definitivamente la universidad y de expulsar a los alumnos involucrados en el movimiento huelguista, no amedrentó ni aplacó la iniciativa de la masa estudiantil, que trataba de hacer valer su libertad de expresión y sus derechos individuales, que el sistema militarista impuesto por Bautista les había violentado. Pero, el gobernador lejos de quitar el dedo de la llaga dirigió un discurso amenazador hacia los padres de familia el día 15 de mayo en el que los exhortó mediante una nota aparecida en la “La Opinión”: “Hagan comprender a sus hijos que el gobierno está dispuesto a dar toda clase de facilidades para evitar los extremos que podrían ser irreparables en el momento de provocar actos escandalosos o subversivos… Señor mío, seguramente esta Usted informado de la actitud poco disciplinada que ha asumido un grupo de estudiantes de la Universidad de Puebla, debido a la injustificada antipatía que sienten por el rector y han pedido al gobierno su destitución; debido a que hizo la supresión de la matrícula a 11 alumnos que mostraron mala conducta el año anterior y por la expulsión de otro que le faltó al respeto a un maestro… El gobierno del Estado con el fin de evitar dificultades recomendó al rector y al Consejo que se otorgarán las matriculas y se levantará la expulsión de las personas antes referidas, con el fin de que los alumnos ya no tengan el pretexto de suspender las clases y continuar alterando el orden en momentos en que nuestra Patria reclama absoluta disciplina de todos los mexicanos y una dedicación sin discusiones al trabajo a que cada uno está dedicado... Recomiéndeles regresar al sendero del respeto de las disposiciones reglamentarias de la Universidad y que no expongan al gobierno a reprimir por medio de la policía los escándalos, si continuará esta situación, las consecuencias podrían ser graves e irreparables. La secundaria mixta Venustiano Carranza se incorporó a la huelga, pero la Normal de profesores del estado la rechazó”…15 Haciendo a un lado las reprimendas del gobierno, los universitarios en Puebla, continuaron enarbolando sus demandas, mismas que pronto fueron escuchadas por la población estudiantil de otras ciudades, que decidieron respaldar y anexarse a su movimiento, cuyos objetivos estaban encaminados para consolidar una huelga nacional. Acto que inmediatamente fue calificado e identificado como un movimiento político en contra del orden establecido por el militarismo del presidente Manuel Ávila Camacho y por el gobernador Gonzalo Bautista, y que se dio a conocer en el Diario “La Opinión”, mediante las siguientes noticias que aparecieron el día 23 de mayo: “…Corren versiones de que el licenciado Rodulfo Brito Foucher, bajo cuerda azuza, apoya situación de desorden de indisciplina imperante en Puebla… Brito aprovechando esta situación de descontento de los estudiantes poblanos está fomentando un grupo universitario adherido a la Universidad Nacional Autónoma, como existe en Guadalajara y Mérida, y como estuvo a punto de lograrlo en Morelia... Entre tanto anoche quedaron detenidos Carmen Serrano, y otros dos estudiantes metropolitanos, uno de los cuales se dice es primo o sobrino del licenciado Rodulfo Brito Foucher, rector de la Universidad Nacional Autónoma... dicho licenciado se asegura que es el fututo candidato a presidente de México de los conservadores”...16
Los ideales de los estudiante poblanos por adherirse a la Autonomía Universitaria propuesta por las universidades, de México, Guadalajara y Mérida, y dejar de lado el militarismo educativo alevosamente impuesto por el gobierno local, hicieron desistir al gobernador Bautista de continuar la imposición del doctor Raimundo Ruiz, nombrando como nuevo rector al doctor Roberto Larragoiti, quien mostró al principio de su gestión ciertas dificultades para dirigir los destinos universitarios. Fueron principalmente los estudiantes de la Escuela de Medicina, quienes cuestionaron y dieron a conocer, que Larragoiti, había incurrido en algunas anormalidades y situaciones que violaban los derechos universitarios y los de su anhelada autonomía, situación que los impulsó a lanzarse a una huelga, la cual no tuvo mayor trascendencia por la intervención del nuevo rector. A las inconformidades universitarias —aún vigentes— se unieron los movimientos obreros y de los partidos políticos, situación que tuvo que ver con la coyuntura electoral de ese año, en la cual se aseguró la sucesión gubernamental al ingeniero Carlos Betancourt, suceso que en nada modificaba el panorama militarizado que se respiraba en Puebla y en el resto del país, y cuyas consecuencias desencadenaron algunos acontecimientos inusitados como fueron los atentados y golpes de Estado en contra del presidente Manuel Ávila Camacho por parte de algunos de sus militares. A nivel nacional provocó un gran impacto la noticia del Diario “La Opinión” que informó con un título mayúsculo en Puebla …El teniente Antonio de la Lama Rojas, después de saludar al presidente desenfundó la pistola y le disparó para matarlo; esta nota periodística se convirtió en todo un escándalo público en contra del militar que vio truncadas sus esperanzas de lograr un cambio que alejará a México del colonialismo norteamericano, resignándose a ser repudiado y nominado como un ciudadano antidemócrata perteneciente al espionaje nazi. La gravedad del caso motivó a Bautista a solicitar una investigación exhaustiva de los hechos al señor Miguel Alemán Secretario de Estado y Despacho de Gobernación, debido a que consideraba que estaban en peligro las instituciones del país representadas en la persona del presidente Ávila Camacho. Es importante señalar que el descontento social crecía cada vez más en contra del orden impuesto, y nuevamente se dejó sentir en el mes de julio de 1944, cuando el capitán Benito Chavarría, fue acusado de sublevación en contra del gobierno al amotinar a los soldados del segundo regimiento de artillería, ubicado en Lomas de Chapultepec, campo militar número uno, acontecimiento, que fue considerado como un atentado no sólo en contra del presidente sino también un desafío para las instituciones de la patria, de las Naciones Unidas y para México. 17
En la última etapa de la segunda guerra mundial, los nexos socio-político y económicos entre el gobernador Gonzalo Bautista y la Nación Norteamericana se hicieron más estrechos, simbolizándose con un acto de intercambio de banderas así como de la visita de un grupo de gobernantes y empresarios norteamericanos, a los que un mes después se unió el Coordinador de Asuntos Panamericanos Nelson Rockefeller, quien informó en el Diario “La Opinión” que el objeto de su visita a Puebla, era …Establecer una industria de materias primas en la comarca, a efecto de que el esfuerzo de esta Entidad Federativa a favor del triunfo de las armas de la democracia se intensifique.18 Para Consolidar esa alianza política el gobernador de Puebla inicio un ambicioso proyecto que consistió en la construcción de una “Ciudad Militar”; la transmisión de “La hora militar”, por la radiodifusora xehr; la adhesión del festejo de la Independencia Norteamericana a las fiestas nacionales; la consolidación de la inversión de los Estados Unidos en los mercados del Estado con el fin de aumentar la producción individual; instituir definitivamente la educación militarizada y erradicar la Autonomía Universitaria del Estado. Esta última tarea fue la más compleja, pero se logró al destituir al rector de la Universidad Nacional de México, quien defendió hasta las últimas consecuencias la lucha por la autonomía nacional, pero lamentable la política militar presidencial fue más fuerte al nombrar como rector al doctor Alfonso Caso; acontecimientos que fueron descritos por la inconformidad de muchos simpatizantes de la Autonomía Universitaria mediante crónicas en los diarios, uno de esos casos fue el que apareció en “La Opinión” en la columna de Temas Universitarios del día 17 de agosto de 1944, y en algunas cartas abiertas, como la que elaboró la doctora y catedrática universitaria María Cuanalo Rojas el 26 de julio del mismo año, siendo algunos párrafos de sus contenidos los siguientes: “La autonomía universitaria no es solo una palabra, un discurso lírico o el tumultuoso ruidoso de una juventud que se entusiasma con la demagogia de la plaza pública; no es ni una simulación ni un sofisma envuelto en un convencionalismo… La autonomía antes que nada debe ser una realidad bajo todos los aspectos y puntos de vista… La base primordial de tan eminente institución es el elemento económico de tal manera indispensable, a tal grado de que es imprescindible; que resulta absurdo pensar en una Universidad Autónoma sin patrimonio propio y bastante propio; y es una triste mentira hablar de una autonomía universitaria atada al Estado por las más apremiantes necesidades de auxilio de fondos”...19 “Apenas hace un año los universitarios se agitaban nerviosos y levantaban su voz por la falta de entendimiento con sus directivos, hecho que culminó con el nombramiento de un nuevo recto… Ahora una nueva bandera de rebelión —expresión de zozobra y de malestar hondos— empuñan los colegiales y después de apurados los trámites de acercamiento y resolución, el grito de huelga cunde en las gargantas y sellan sus cerrojos las puertas de la cátedra. Y en nuevo naufragio nuestro Colegio del Estado, nuestra Alma Mater, nuestra escuela del espíritu, se debate y reclama con su voz titánica, con la voz soberana de la cultura y de toda la generación pujante que nutre en su alma, el remedio a sus malestares que trascienden en pecado contra la cultura nacional. Nuestro Colegio del Estado, nuestra Casa Máxima padece; precisa la atención de los beligerantes en el conflicto: estudiantes, rector y gobierno”…20 Es importante señalar que la doctora María Cuanalo, no solo, se limitó a escribir y dar su opinión sobre la problemática universitaria sino que estos acontecimientos en que ésta se vio envuelta la impulsaron a cursar la carrera de abogado, la cual tuvo que abandonar en los primeros años, debido a que su profesión de médica, le hacía imposible muchas veces asistir a las cátedras. 21 María Cuanalo y su contribución
Desde hace algunos siglos de nuestra era, las mujeres se dedicaron a asistir empíricamente a otras en la difícil tarea de parir a sus descendientes; sin embargo, las prácticas de las parteras, nunca fueron reconocidas como una profesión o especialidad de la medicina, por lo cual su actividad del “arte de partear” se catalogó como un simple oficio, situación que permaneció vigente hasta la segunda mitad del siglo xix; cuando las autoridades del Ayuntamiento de Puebla y la Junta de Sanidad, obligaron a todas las mujeres dedicadas a la práctica de los partos a presentar un examen ante la Academia de la Escuela de Medicina, con el fin evaluar sus conocimientos para asistir a las parturientas; una vez cubiertos esos requisitos académicos se les exhibía su licencia para ejercer su oficio. En los últimos años del siglo xix, la Escuela de Medicina y Farmacia de Puebla abrió el plan de estudio para los obstetras, al que asistían todas las mujeres que querían especializarse en los partos, obligándose cursar por dos años las materias de parto fisiológico y distocia clínica incluyendo las demostraciones hechas por los profesores encargados de impartir los casos clínicos observables; al concluir dichos estudios las estudiantes quedaban obligadas a presentar una tesis y un examen profesional antes los miembros de la Academia de Medicina de esa escuela.22 Pero, hasta esos momentos el estudio compartido de la medicina y la cirugía en todas sus especialidades continúo siendo negado a la población femenina en Puebla. Situación académica que fue erogada cuando la doctora María Cuanalo Rojas ingresó y concluyó sus estudios profesionales, convirtiéndose en la primera mujer poblana con los conocimientos de medicina, cirugía y obstetricia al servicio tanto de la comunidad femenina, como de la población masculina.
La vida profesional de la doctora Cuanalo, se inclinó hacia la atención ginecológica de las mujeres poblanas de la localidad y de las comunidades, quienes depositaron en ella su vida y la de sus hijos, por varias generaciones, llegando día a día a su consultorio ubicado en la calle 3 norte 2009, con el fin de alumbrar una nueva vida. Su obra y trabajo no pasaron desapercibidos por los hombres e instituciones de su época y el año de 1963, fue propuesta para recibir un reconocimiento público, en el que se le denominó como una de las diez mujeres más destacadas de Puebla.23 Años después la doctora Cuanalo Rojas, encontró en la doctora Aurelia Juárez, a una compañera inseparable en la difícil tarea de asistir a las mujeres parturientas del Estado, que solicitaban sus servicios clínicos y hospitalarios.24 En 1978, María recibió una de las satisfacciones más gratas que un médico puede
obtener y que consistió en cumplir cincuenta años de vida activa profesional en
beneficio de la humanidad, motivo por el cual, las autoridades del Cabildo del
Honorable Ayuntamiento de Puebla le entregaron la Cédula Real de Puebla. A este
homenaje se sumaron otros más, los cuales llegaron a su fin el día 6 de abril de
1985, fecha en la que falleció a consecuencia de una embolia cerebral, dejando
su huella inmortal en los ámbitos académicos, políticos, médicos y del servicio
hospitalario de Puebla. Lamentablemente en nuestro contexto social actual, su
vida y obra así como su recuerdo han ido desapareciendo con el transcurso del
tiempo, como ha sucedido con otros grandes hombres y mujeres ilustres de Puebla;
situación que se ha convertido en una necesidad y obligación moral-académica
principalmente de los historiadores, de unir esfuerzos con las autoridades
locales por mejorar las condiciones de vida en nuestro Estado, así
mismo la preservación de sus aportaciones no serán infructuosas sino todo lo
contrario se convertirán en ejemplos a seguir por las nuevas generaciones, a
través del tiempo y el espacio. * Estudiante del Doctorado en Historia en el
isc y
h-buap José Ramón Enríquez :
El pasado viernes 26 de mayo, el poeta y director de teatro José Ramón
Enríquez recibió el Premio Nacional de Dramaturgia. Tal reconocimiento le fue
otorgado por el Instituto Guerrerense de Cultura, apoyado por el Instituto
Nacional de Bellas Artes (inba), y el Consejo Nacional para la Cultura y las
Artes (cnca). No es, por cierto, el único ex funcionario relacionado con las actividades culturales de la buap que ha sido homenajeado a nivel nacional. También Emmanuel Carballo y Oscar Oliva —que en los años setenta del siglo pasado fungieron como directores del departamento de Difusión Cultural—han recibo diversos reconocimientos. El primero recibió el Premio Mazatlán de Literatura, en 2006, y el segundo el Premio Chiapas de Literatura, en 1990, por sus aportaciones a la lírica mexicana. Ambos le dieron un gran impulso a las actividades culturales de nuestra principal institución educativa de nivel superior, mérito que se realza si tomamos en cuenta los enormes problemas que enfrentó la misma en los años setenta de la centuria pasada, debido al cúmulo de agresiones de que fue objeto por parte de las fuerzas más retardatarias de la entidad. Carballo y Oliva, a pesar de las limitaciones y obstáculos con que tropezaron en su labor al frente del Departamento de Difusión Cultural —debido sobre todo a la falta de recursos—, no cejaron en su propósito de convertir al mismo en una instancia dinámica y creativa, vinculada estrechamente no sólo a la comunidad universitaria, sino también a su entorno social.
Asimismo, en tanto intelectuales progresistas, contribuyeron de manera importante a darle a una nuestra institución una gran cobertura política en los momentos en que más la necesitaba, labor que desarrollaron de consuno con otros destacados artistas y escritores, como Carlos Monsiváis, Renato Leduc, Carlos Fuentes, Elena Poniatowska, etc., lo cual contribuyó de manera fundamental a neutralizar la ofensiva reaccionaria de que fue objeto la uap en esos años. Sería conveniente, por ello, que el H. Consejo Universitario de la
buap les
brindara un homenaje a tales distinguidos artistas e intelectuales, tanto por
sus aportaciones a la cultura de nuestra institución, como por los
reconocimientos que han recibido a nivel nacional.
Entre esas iniciativas destaca la creación de foros, tribunas y redes que le permitan a los archivos enfrentar de manera conjunta sus limitaciones. En nuestro país, por ejemplo, tenemos el caso de la Red Nacional de Archivos de Instituciones de Educación Superior (renaies), instancia que a pocos años de su génesis (surgió en 1999) ha logrado avances notables en lo concerniente a la búsqueda de soluciones generales a los problemas que enfrentan los archivos universitarios. Experiencias semejantes han surgido en otras naciones de nuestro hemisferio y de Iberoamérica. En contrapunto a tales iniciativas, surgieron también proyectos enderezados a coordinar las acciones de los archivos universitarios a nivel de nuestro hemisferio y en general de Iberoamérica, lo cual ha cristalizado en la celebración de dos congresos iberoamericanos de archivos universitarios, y de dos encuentros —también a nivel hemisférico— de estas instancias. Los días 11, 12 y 13 de octubre de 2006 se llevará a cabo el
iii Congreso
Iberoamericano y del iii Encuentro Iberoamericano de Archivos Universitarios.
Nuestra máxima casa de estudios —a través del Archivo Histórico Universitario—
tiene el honor de ser la sede de dichos eventos, los cuales son convocados por
la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (buap), la Unión de Universidades
de América Latina y el Caribe (udual), la Asociación Nacional de Universidades e
Instituciones de Educación Superior (anuies), la Red Nacional de Archivos de
Instituciones de Educación Superior (renaies), y el Centro de Estudios sobre la
Universidd de la unam (cesu).
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